Sonrieron. Ilusos.
Pero no tardaron en darse cuenta
que ya era inalcanzable para su ponzoña,
que estaba mucho más alto
que lo que su mediocre egoísmo
les permitía imaginar.
La sonrisa se les hizo mueca
y comenzó para ellos una pesadilla
en que florece millones de veces,
consecuente y obstinado,
y contagia su vida en nuestros corazones.
Sonrieron. Ilusos.
Debieran saber desde siempre
que las tumbas no detienen a los sueños.
Te digo compañero, que hoy estaba tranquilo en este día calmo, de reflexión, donde vamos a ir a las calles sin llamados ni afiches. Y especialmente sin odio.
ResponderEliminarY este imfame que postea hoy Barricada:
http://sergiodelfino.blogspot.com.ar/2012/10/el-mismo-amor-el-mismo-odio.html
que hoy es el que mas cobra para provocar desde la cueva de ratas que tenemos enfrente, logró provocarme.
Pero ya está.
Que les sea leve el final que les espera. En sus conciencias, digo, si es que les queda algo de eso.
Muy bueno, pero algo sarmientino, vea. ;)
ResponderEliminarBueno, hay más de un Sarmiento (no como Rocas, Biolcattis y Mitres, que solo hay uno)
ResponderEliminarAbrazo con memoria, lágrima y sonrisa, todo junto.
mucha gente hoy en plaza de mayo, nestor no fue olvidado !!
ResponderEliminarEl Presidente Kirchner se convirtió en un emblema nacional y latinoamericano, jamás será olvidado.
ResponderEliminar"Las tumbas no detienen a los sueños" ni tampoco a los símbolos, a las banderas, a los ideales.
ResponderEliminarHermoso poema.
Abrazo
Viva Nestor!
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