Prefacio.
Nada de lo que diga Rucio en este post deber ser considerado objetivo, equilibrado o neutro. No es voluntarista, ni inocente y SÍ veraz, pero producto de una mente enferma por una talibanizada admiración y respeto incondicional a quienes construyen desde la coherencia y se niegan a jubilarse de sus luchas.
Antes de seguir leyéndome, los invito a pasar por ACÁ y por ACÁ.
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A veces me pregunto si entiendo de lo que estamos hablando, o si soy demasiado reduccionista, o si, con la mano en el corazón, le confiaría la construcción de 5000 viviendas a una viejita de 83 años, incluso si es correcto que organizaciones populares encaren proyectos de viviendas con el financiamiento del Estado. Cuando no, me cambio las preguntas y ensayo algunas respuestas. Pero siempre me cuestiono cuando intento analizar situaciones al ritmo de los titulares de Clarín.
La situación planteada con la Misión Sueños Compartidos, por el valor ético histórico y actual (no meramente “simbólico”) de Madres de Plaza de Mayo, merece más detenimiento en la reflexión que la que nos permite el vértigo de la información. La particular de Schoklender, no. Si es tan inteligente como dicen, que se defienda sólo. Si juntó tanto dinero malhabido como dicen, que pague los mejores abogados. Además, ya Argentino Libre me liberó de expresar lo que pienso.
Dimensionemos las cosas en su contexto. Desde el año 2003 este (nuestro) gobierno nacional encaró la construcción de 832.666 viviendas populares. A la Misión Sueños Compartidos le correspondió la obligación de ejecutar alrededor de 5000 de ellas. Es decir el 0,6%, un número apenas superior que las que viene ejecutando la Tupac Amaru (3400) o Cáritas (3700). El resto de las obras, no son ninguna de ellas ejecutadas directamente por el Estado Nacional, ni por las provincias, ni por los municipios. Salvo escasos ejemplos de autoconstrucción o por intermedio de cooperativas de trabajo, a la abrumadora mayoría las realizan empresas constructoras privadas. Van, emplazan el obrador, contratan los empleados, más o menos le pagan el sueldo de convenio, terminan la obra, en el mejor de los casos entregan la libreta y el fondo de desempleo, despiden a los obreros y, con absoluta lógica capitalista, si te he visto no me acuerdo. Si hay “vicios rehibiditorios”, arreglémonos como podamos porque la gente no puede esperar el resultado de la “cuanti minoris” y mucho menos que vuelvan para las reparaciones. ¿Cloacas, agua, luz u otros servicios? Roguemos que el municipio beneficiado haya sido previsor.
No es esa la lógica de Madres, ni de la Tupac. La finalidad de la Misión, no es la mera construcción de casitas contra una paga, se define como un “proyecto social de inclusión laboral y de urbanización”, y el resto se puede leer acá abajo.
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Madres apuntó a hacer del hecho de la “construcción de viviendas” una experiencia de fortalecimiento de conciencia solidaria, de recomposición de lazos comunitarios, de participación y de construcción de conciencia sobre derechos humanos sociales y culturales, y del efectivo goce de los mismos. Al igual que la experiencia de la Tupac, no empieza la obra con el primer ladrillo ni culmina con la casa terminada. Empieza con la revalorización del hombre como sujeto de su destino, con su integración social, con la recuperación de su dignidad. Y sigue con la escuela, el centro barrial de salud, los talleres de capacitación (incluso fábricas), los centros recreativos, etc. Y todo por la misma plata.
Cuando pienso en estas cosas, me respondo, no sólo es correcto que organizaciones sociales populares encaren semejantes proyectos. Es sumamente positivo y superador de la lógica capitalista de empresa. La vivienda puede ser vista como un bien de mercado, como la satisfacción de una necesidad, pero también, como una oportunidad de generar confianza en los propios beneficiarios, de revalorizar su autoestima, de general lazos solidarios, de intervenir en los comportamientos con la expectativa de romper el individualismo y regenerar las redes solidarias. Ninguno de estos son objetivos de la empresa capitalista y todos bienes preciados en una sociedad que se pretenda animada por la justicia social.
Ahora ¿confiar tan enorme empresa en una viejita de 83 años? ¿Pero qué decís Rucio? No entendimos nada. La Hebe será el general, la referente, la líder, la bocona. Pero el exacerbado individualismo que hemos cultivado no nos autoriza hacer transferencia. Cómo no ver que “Madres de Plaza de Mayo” es una organización, colectiva, compleja, multifacética, rodeada de profesionales, que ha comprendido que la trascendencia que la organización ha adquirido en la lucha por los derechos humanos les exige volcar su prestigio y su esfuerzo también en la cultura, en la educación, en la salud, en el trabajo, en la vivienda. Por eso la editorial, la Univesidad, el Ecunhi, la radio, la Misión, el Cemop, los Congresos internacionales de DDHH y salud mental, de DDHH y economía política, etc. ¿O acaso dejaron de hablar o concretar alguna vez derechos humanos?
Y acá es cuando, egoísta, me vuelvo a preguntar, ¿de que le sirven a la Argentina las Madres de Plaza de Mayo de bronce cuando todavía hay tanto por hacer? Y claro, me pongo egoísta porque pretendo exponerlas al escarnio de seguir haciendo, aún a riesgo de ensuciarse la manos, de equivocarse. Pero algo me dice que, si les pidiera lo contrario, palabras más, palabras menos, me contestarían: “¡Cómo te aferras a tu pureza, mi pequeño muchacho! Tienes miedo a ensuciarte las manos. Bien, ¡continúa siendo puro! ¿De qué te servirá? ¿Por qué has venido con nosotros? La pureza es el ideal del faquir y del monje. Vosotros, los intelectuales, los anarquistas burgueses, utilizáis la pureza como pretexto para no hacer nada. No hacer nada, permanecer inmóvil, apretar los puños, llevar guantes.” (J. P. Sartre “Les mains sales” 1948).
En el contexto de estos días, les pido que vuelvan a ser víctimas de los medios de comunicación, del medio pelo argentino que se escandaliza en nombre de valores que no practica y de la oligarquía que defenestra a todo el que quiera algo bueno para otro que no sea la oligarquía. O sea, le pido que vuelvan a sufrir lo mismo que sufrieron cuando empezaron por el 77 con la ronda de los jueves.
Es que las Madres cambiaron su objeto inicial. Puedo decir que sí, que efectivamente, lo hicieron otra vez. Arrancaron pidiendo la aparición con vida de sus hijos. Continuaron denunciando los atropellos de la Dictadura. Siguieron por Juicio y Castigo, por memoria verdad y justica, ya no sólo por sus hijos, sino para todos los argentinos. Y ahora encaran la lucha en una nueva esfera de los derechos humanos, lástima que nadie las preparó para eso. Bueno, tampoco nadie las había preparado para pelear contra una dictadura, ni contra gobiernos democráticos timoratos o exististas o corruptos, ni contra una sociedad anestesiada o indiferente. Debe ser una experiencia realmente grandiosa reinventarse y rejuvenecer a los 80 años. El bronce es un material noble y puede esperar varios años más.
Por supuesto que estas cosas son un montón de perogrulladas que las sabían todos desde antes. Pero resulta que apareció el asuntito este del supuesto desfalco al Estado y se dispersó el terror a que la Hebe termine engrilletada por asociación ilícita, cheques voladores, malversación de caudales públicos, y por instigadora y/o cómplice y/o partícipe necesario y/o encubrimiento y/o al menos esbozar una sonrisa ante la caída de las Torres Gemelas el 11/09/01. Ah, y la Cristina embarrada hasta los ejes.
Por supuesto que la gran cobertura mediática que le prodigaron Clarin, La Nación y Perfil, no tiene nada que ver con las tradicionales posturas que sus respectivos propietarios han tenido respecto a “Las Locas de Plaza de Mayo”, principales responsables de aquella campaña antinacional de desprestigio que pretendía opacar el brillo del Mundial 78. Tampoco tiene nada que ver la investigación de Papel Prensa, ni la Ley de Medios, mucho menos el caso de Felipe y Marcela. Además es puramente tangencial que las organizaciones sociales vengan siendo duramente cuestionadas por su rol de llevar adelante emprendimientos con dinero del Estado.
En definitiva, soy un reduccionista si planteo que este es otro de los tantos ataque que las Corporaciones mediáticas y empresarias hacen al gobierno K, o si creo que las constructoras están detrás de los millones que administran las Organizaciones Sociales. Pero para no ser tan mal pensado, tengo que olvidarme de lo que piensa Lilita Carrió al respecto, o del virulento ataque de Morales a Milagro Sala (dicho sea de paso, nadie se acordó de publicar que fue absuelta en el caso de las supuestas amenazas y agresiones al “aterrado” diputado jujeño). Incluso tengo que no haber leído Clarín (quien incluye las noticias en la sección “política”, no en las policiales, ni en la de “Empresarios Corruptos Incumplidores con la ley” –ah, esta sección no existe-):
1) Sobre las intenciones de Clarín: “La denuncia de la Coalición Cívica, sin embargo, acaba de impactar en la línea de flotación de la construcción ideológica kirchnerista y reviste una gravedad mucho mayor para el gobierno que cualquiera de las causas penales que acechan a sus funcionarios. Son los piolines del esquema de poder tejido por Kirchner los que Schoklender, al fin y al cabo un personaje secundario de la historia, acaba de desnudar y poner en crisis. Tarde o temprano tenía que ocurrir porque ese relato imaginario tiene una base material que no se asienta en la práctica de las masas sino en una montaña de dinero.” (Clarín 29/05/11 “Un impacto en la línea de flotación kirchnerista” Por Susana Viau). La mentada denuncia es personalmente contra Schoklender, por supuesto lavado de dinero, sin embargo, para Clarín es un “personaje secundario”.
2) Sobre las empresas constructoras: “Como para completar el panorama, también se quejaron las empresas constructoras del Chaco. El vocero de ellas, Ricardo Siri, había planteado que la Fundación Madres se había convertido en “una competencia desleal avalada por el poder político”. Clarín 30/05/11 “Schoklender y su hermano se robaron plata del pueblo” Por Sergio Schneider.
¿Descarto entonces la cuestión de la animosidad de la acusación? Tratando de leer sólo lo poco que encuentro de noticia objetiva, me animo a decir que esta cuestión se reduce a investigar un descomunal afano de Schoklender a la Fundación Madres de Plaza de Mayo. Cómo hacía después para blanquear la plata, es asunto que se investiga en la causa de lavado, y si existe la denuncia dirigida a Schoklender, es prueba de que la fundación ya era ajena a la cuestión. Todo lo demás que se escribe son especulaciones interesadas de Clarín, piroctenia apuntada a desprestigiar a Madres y a socavar al Gobierno Nacional en época preelectoral. Está bien que la ocasión hace al ladrón, pero… es casi como si, frente a una violación, dijéramos “pero ella usaba minifaldas”.
No sé en las causas, pero al menos en los diarios, no encuentro una sola punta que me permita inferir que hay defraudación al Estado o mal manejo de fondos públicos, es decir, que Schoklender se haya quedado con plata del Estado que debiera ir para construcción de viviendas. Porque la plata se entregaba a la fundación contra certificación de obra, a partir de allí el dinero deja de ser público para ser privado. Más difícil aún es probar alguna complicidad o descontrol de algún funcionario nacional, porque al Proyecto lo aprueba la Nación, pero los contratos de obra se hacen entre la fundación y los municipios o provincias, el Estado nacional gira la plata a una cuenta bancaria que maneja el municipio o provinciae, y ellos son quienes libran los cheques.
Y dejé para último el tema de la “asociación ilícita” que algunos temen involucre a la Hebe. El tipo penal es el siguiente “el que tomare parte en una asociación o banda de tres o más personas destinada a cometer delitos por el solo hecho de ser miembro de la asociación” (art. 210 CP). Pero ojo, diferenciemos claramente lo que significa cometer delitos desde o aprovechándose de una asociación (que podría ser el caso de Schoklender), con formar parte de un grupo que se organizó y perdura en el tiempo con la finalidad de delinquir. El tipo penal ni siquiera refiere a un grupo que ocasionalmente cometa delitos.
Madres de Plaza de Mayo pudo llegar a ser considerada una asociación ilícita desde la perspectiva de la dictadura en los 70, porque sus actividades quebrantaban sistemáticamente el Estado de Sitio, e incluso, pretenderían “alterar las relaciones amistosas del gobierno argentino con un gobierno extranjero” (219 CP). Pero resulta muy traído de los pelos aplicar la figura a Madres por motivo de un delito económico, sin considerar su finalidad específica y concreta (activa defensa de los Derechos Humanos). Y si me preguntan si con ese argumento le vamos a ir al Juez, les contesto que sí, porque a la hora de evaluar la finalidad específica para la que se conformó el grupo, la historia, su trayectoria, cuentan. Y esta afirmación no tiene nada de sentimentalismo, ni es ingenua, es puro pragmatismo jurídico.
Por supuesto que los redactores de notas de Clarín, La Nación y Perfil saben todo esto. Pero su objetivo no es informarnos, sino ensuciar, deformar y empantanar nuestro razonamiento. Y además saben donde pegar para que duela.