En nuestro país, los discípulos del persa Mani lograron su logro más rutilante en sus casi 2000 años de historia: Lograron interrumpir el tránsito sobre el Puente Internacional Gral. San Martín (Fray Bentos Uruguay- Pto. Unzué - Gualeguaychú) durante 1037 días, en el climax de una movilización social local que llevó años de cuidadosa preparación, cabalgando sobre una legítima preocupación, aunque a mi entender, sobredimensionada artificialmente por actores interesados. La imagen que sigue, que propagandizaba el reclamo y justificaba la medida, resulta la más elocuente prueba de la retórica maniquea (y extorsiva) que caracterizó al movimiento.
Desde la perspectiva del eje primordial del asunto (la instalación de una pastera en la margen oriental del Río Uruguay), todo teminó como debiera haber empezado: el salomónico y predecible fallo de la Corte de La Haya, a pesar de cuestionar metodológicamente el accionar uruguayo, deja la pastera en su lugar e insta a ambos Estados a realizar un monitoreo conjunto de los efluentes para controlar los eventuales efectos contaminantes de la planta (lo que no da por hecho). Es decir, lo que desde un principio ofreció el gobierno Oriental y que Argentina no aceptó por presión de los ambientalistas (?) gualeguaychuenses.
Desde otras perspectivas, algunos alcanzaron logros "colaterales" mucho más signficativos. 1) El entonces gobernador entrerriano Jorge Busti (quien unos años atrás pretendía localizar plantas similares en nuestra margen del río) se convirtió en un adalid de la lucha ambiental, logrando, asimismo empezar a diferenciarse de un kirchnerismo que jamás digirió. 2) Romina Picolotti, "propietaria" de una ONG cordobesa que asesoraba a los locales, se encaramó en el nada despreciable cargo de Secretaria de Medio Ambiente de la Nación (después renunciada porque parece que se le pegó algo ajeno); 3) otro asesor ilustre de los ambientalistas, Juan C. Vega, arrancó en 2006 facturando jugosos honorarios y viáticos como representante del gobierno entrerriano en la Corte de La Haya, y terminó siendo electo como Diputado Nacional por Córdoba por la Colisión Cínica en 2007. 4) El presidente de la seccional Entre Ríos de la FAA, Alfredo De Angelis, logro subirse al candelero nacional en su novísima condición de defensor del medio ambiente, en 2008 retomó su condición de sojero contaminador para aprovechar la experiencia adquirida en corte de viaductos, transformándose en rutilante estrella de la movida agrogarca destituyente. 5) en lo que hace a las 3 ramificaciones colonenses del movimiento, una de ellas logró insertar a una de sus militantes como Directora de Medio Ambiente del municipio, gestión 2007/2011, y a otro como Secretario Provincial en la materia, desde 2007 a la actualidad. Otra de las organizaciones, que se mantuvo fiel al bustismo, insertó 4 de los suyos en el gobierno local actual: concejal del oficialismo (peornismo federal), Secretaria del HCD, Secretario Legal y Técnico y Directora de Medio Ambiente. 6) Como hay para todas las aspiraciones, la Reyna Carnestolenda Evangelina Carrozo, patrocinada por Greenpeace, pudo pasear su elogiable culo por Viena y lograr su pase a los 15 minutos de fama en lo de Tinelli. Y puedo seguir...
Pero yo no vine acá para hablar de pasteras y entrerrianos, sino de minería y cordilleranos, asuntos del otro extremo del país. Aunque me palpita que con varias cosas en común.
Por lo pronto, el maniqueísmo en el planteo parece ser compartido, y es ese plateo, justamente el que nos impide debatir visiones como las que nos plantea el Ing. Hugo Nielson, que son (no antojadizamente, a mi parecer) arrojadas al segundo plano. Disfrutemos:
Ahora, y ya para la próxima ¿a quien y por qué conviene conservar el debate en los estrechos límites que permite el maniqueismo? ¿quienes ganan y quienes pierden con el oscurantismo ambientalista?