miércoles, 20 de febrero de 2013

Encuesta exclusiva


Sr. opositor: 

Después del 54% de Chavez y del 57% de Correa, y en vista del rotundo fracaso de la prediccion sobre "Fin de Ciclo del Populismo"...
 


¿de que dimensiones estima que será el pijazo que se comerá en las legislativas de este año?

1) contundente  
2) majestuoso
 3) imponente
 4) de la conchilalora!!!



 
 
 
 

 
 












5) NS/NC





lunes, 18 de febrero de 2013

Inflación ¡Qué suerte que existen los radicales!




Un número publicitado por 4 diputados, que supuestamente resulta del promedio de un número ignoto de índices, elaborados con ignotos métodos, sobre ignotas bases por ignotas consultoras, pomposamente  se transforma (por obra y gracia de Clarín) en el "IPC del Congreso" ¿la consagración del disparate o una verdad revelada que será repetida hasta el hartazgo por dos subespecies subhumanas especializadas: la de los autómatas acríticos y la de los reproductores conscientes de la falsía?


Quienes osaron interrogar a Patricia Bullrich sobre el origen del dato o la metodología aplicada, se encontraron con uno de los secretos mejor guardados desde los códices con que Da Vinci eludía la injerencia inquisitorial. Esta circunstancia hace de la credibilidad del “IPC del Congreso” una auténtica cuestión de fe, cuya autenticidad es garantida por el sacerdocio periodístico de los escribas de Clarín. Desde que Jesús recriminó a Tomas haber necesitado ver para creer ¿a quién se le ocurre andar pidiendo corroboraciones racionales aunque no hacerlo implique cercenar cualquier posibilidad de debate serio?

En la foto los vemos a Ricardo Gil Lavedra, diputado radical y ex funcionario de gobiernos radicales, y a Patricia Bulrich, diputada ya no recuerdo por quien y también ex funcionaria de gobiernos radicales.
 
Viene al caso, porque al simpático cuadrito que acompaño lo pueden encontrar en la página de los diputados de la UCR. 



Según ellos refleja la inflación "real" entre 2007 (año en que San Guillermo atravesara Diagonal Sur para expulsar a los mercaderes del Indec) y fines 2012  a la que atribuyen el valor de 229%, entiendo que según las mediciones apócrifas que cada mes presentan la Bullrich y Gil Lavedra en su acting clarinetero. Pero pongámosle que sea cierto...

Hay que reconocer que en algunas cosas los radicales nos superan ampliamente en eficacia: solo durante 1988 los radicales en el gobierno casi duplicaron la marca lograda por los K en 5 años: 387,7%, y en 1989 les bastaron menos de 6 meses en arrimarse al 1000%.


Algo más, durante el lapso de tiempo que ocupa la medición, el salario mínimo vital y móvil paso de $800 a $2875, o sea, se incremento un 360%. La jubilación mínima que en 2007 era de $600, en marzo alcanzará $ 2165 (361%). Es decir, teniendo en cuenta el índice inflacionario que publican los radicales, con un salario MVM o una jubilación Mínima se puede comprar ahora casi un 60% más que en 2007.

En cambio todo el proceso hiperinflacionario radical del 88/89 se atravesó con salarios y jubilaciones congelados gracias al Plan Primavera. Ese mismo proceso se desató tras una durísima campaña psicológica del diario Clarín y de la derecha económica (que arreció durante el año 88)  para desprestigiar los índices que elaboraba el Indec (se puede leer acá), a tal punto que la paranoia desatada por la “inflación esperada” empujaba a los minoristas a remarcar muy por encima de los costos de reposición, acelerando el proceso. Las reservas de divisas extranjeras se agotaron ya el primer mes del 89,  por minicompras de desesperados por mantener el poder adquisitivo de su sueldo y de los habituales especuladores de ocasión. A pesar de ello, salvo decretar algunos feriados cambiaros, no se adoptó ninguna medida restrictiva que impida la sangría de dólares.

Similar panorama de ataques psicopateantes (ataque desenfadado contra los índices que elabora el Indec y varias corridas bancarias y cambiarias) se verifica durante estos últimos años (2007/2012), sin embargo no hubo hiperinflación ni estallidos sociales, las reservas de divisas son suficientes y consistentes y todos los índices de desarrollo humano evolucionan satisfactoriamente.

12 años más tarde los radicales, están otra vez en el gobierno y volvieron a enfrentar una difícil coyuntura producto de su necedad (o falta de valentía) por sostener un esquema económico a todas luces agotado. Con arcas exhaustas de reservas pero sin hiperinflación (más bien deflación producto de la insoportable retracción de la producción, del empleo y del mercado interno), esta vez abandonaron su tradicional quietismo y, aparte de mantener congelados los salarios, optaron por políticas “proactivas”: recortes a la educación y toda forma de inversión social, corralito, rebaja de sueldos estatales y jubilaciones fueron las estrellas rutilantes del firmamento de desatinos delaurristas. Al final (el más previsible en la historia de las tragedias) lo sufrimos todos.

En conclusión, nadie en su sano juicio puede desconocer que la inflación es un problema. Pero “El Gran Problema” no es en sí el aumento de precios, sino las políticas con que se lo enfrenta y quien capitanea el buque en la tormenta. Y aquí está la razón de que resulta conveniente para el radicalismo llamarse a silencio en vez de intentar payasadas publicitarias.

Ya lo dijo Ricardito, hijo del papá que la sabía lunga: “el problema es la torpeza” o algo así. CARADURAS...



 

sábado, 16 de febrero de 2013

El corso impuesto, la novela abandonada y el acuerdo con Irán.




Una práctica comunicacional de los imperios mediáticos que se ha acentuado drásticamente en los últimos tiempos, es la de inducir la confusión entre los intereses propios con el interés general, dando al relato de los asuntos que abordan  una pátina de altruismo que opaca la mezquindad que es el motor mismo de las disquisiciones periodísticas. 

Esta captura de pantalla de Clarin.com (sábado pasado) puede ayudar a entender la idea: 



Tema a criticar: corsos porteños y feriado de carnaval; problema “para todos” que acarrea (supuesto móvil filantrópico): caos y cortes de tránsito; fundamentación teórica (ninguneo: "Carnaval - Diviértansees una orden"): a cargo de un antropólogo adscripto a “Ñ”, cuyos argumentos son deshechos con una año de antelación en este artículo de laAgencia Paco Urondo. Motivo real de la crítica: (explicitado impúdicamente en “Feriados Matan Ficción”) la gente sale a la calle convocada por un espectáculo que no administramos, en el horario central de la telenovela, se les cae el rating a pedazos, ergo, nos cagan la facturación.

La mecánica es la misma en la guerra propagandística desatada en contra de la Ley de Servicios Audiovisuales: bajo la épica consigna de la defensa de la libertad de expresión, se combate sin cuartel contra una típica ley anti monopólica, y se reitera hasta el hartazgo. 

La misma lógica podría aplicarse sin hesitaciones a la tapa de hoy de Clarín:


Y a la sobredimensionada repercusión que se le da a la intervención de Laura Ginsberg (*) en la reunión de comisión de ayer en el Senado, transformándola en excluyente de la opinión (favorables al tratado con Irán) de las restantes organizaciones de familiares de víctimas de los atentados. Se “ningunea” incluso, la representatividad republicana que la constitución otorga a los Senadores. Más allá del respeto que se merecen sus opiniones ¿desde cuándo se supone que la política exterior está en manos de algunas entidades representativas de colectividades, tal como lo son DAIA y AMIA? 

El supuesto bien común defendido para que las entidades den marcha atrás en su inicial apoyo al “memorandum” no aparece demasiado claro. Es natural y perfectamente atendible que al principio hayan aparecido actitudes de aprensión o desconfianza, pero que de ahí se pase en pocos días a afirmar que el tratado implica “el punto final” de la investigación”, sembrar las condiciones para un tercer atentado, o ampararse en “la negación del holocausto” por parte de aquellos con quien se comercia a diario, suenan a exabruptos de campaña más que a expresiones relacionadas a la racionalidad que exige desatar el nudo gordiano en el que se encuentra la causa desde hace años.

Pero la misma desconfianza justificable en la comunidad judía, cabe perfectamente ser entendible por parte del asediado Estado Iraní, quien no solo ha sido prejuzgado y condenado mediáticamente, sino que sabe que cualquier argumento (falso o  verdadero, poco importa) puede ser utilizado por Israel o los EEUU para justificar su ansia de destruir a la Revolución Islámica y, de paso, tomar el control de unos cuantos pozos petroleros más.

Si revisamos la letra del “Memorándum de entendimiento” (que nos acerca esta página de los diputados radicales, aunque ayer pareciera que sus Senadores no se detuvieron a leerlo), no solo desecharemos las falacias tales como la de la renuncia a la soberanía, o del desconocimiento de lo actuado por la justicia argentina, o de la probabilidad de una futura nulidad, sino que comprenderemos que el peor riesgo que podría correr la causa es seguir en el mismo estado que se encuentra ahora. ¿Entonces por qué tanta desmesurada oposición a un intento de destrabarla?

Y acá cabría arriesgar un par de hipótesis:

1) De la virulenta reacción del Estado Israelí frente al tratado (que entiendo tuvo por objeto disciplinar a las entidades judeoargentinas), así como la reiterada injerencia norteamericana en la causa (baste este botón) podría cualquier mal pensado inferir que la orientación actual de la investigación ha sido dispuesta de modo funcional a los intereses intervencionistas de ambas potencias, más que inspirados en la búsqueda de la verdad real. Un entendimiento con Irán, y cualquier hipótesis en que sus funcionarios acusados encontraran el ámbito propicio para demostrar su ajenidad con los atentados (o desliguen al estado de la investigación) rompería al menos un eslabón de la cadena de satanización con la que viene siendo sometida la República Islámica desde el derrocamiento del Dictador Mohammad Reza Pahlevi.

2) Tras la apariencia principista suelen ocultarse, como decíamos al principio, todo tipo de egoístas intenciones… eventualmente no solo la desesperación  de quienes no han resuelto como afrontar las próximas elecciones legislativas (desde Macri, defensor a ultranza del encubridor Fino Palacios, hasta Gil Lavedra, Bullrich y  Carrio, funcionarios del período delarruista que vio pasar su tiempo sin dar un solo paso en la investigación) y ven en cualquier operación de desgaste la tabla que los puede salvar del seguro naufragio que les auguran las encuestas de cualquier color, también los intereses mediáticos corporativas en jaque y… quizás, si el mal pensado del punto anterior tuviera algo de razón, también los que encuentran en la línea de investigación iraní, la cobertura de su impunidad. 

Con suerte y trabajo, el tiempo pondrá los nombres en el lugar correspondiente, aunque sospecho que algunos serán acogidos por más de un casillero.




(*) Cuya interpretacion no resulta para nada sorprendente, ni justifica el revuelo producto de su supuesta novedad. Baste leer su posición de 2007, a contramano de la unánime reconocimiento de las entidades judías a lo realizado por el kirchnerismo respecto a la investigación de los atentados contra la embajada y la mutual. 

La mayor preocupación de Laura Ginsberg pareceira pasar por que el Estado Argentino (a mi entender víctima también de los atentados, aún a pesar de la probable connivencia y encubrimiento por parte de funcionarios del ejecutivo, policiales y judiciales) se reconozca como responsable principal de los atentados. De hecho, más allá de la causa penal, acciono civilmente en soledad contra el Estado Argentino, y ya desde 2011 se encuentra firme la sentencia por una cuantiosa indemnización por el encubrimiento de los autores de la muerte de su marido.

miércoles, 13 de febrero de 2013

¿Benedicto está felí?



La extraordinaria decisión que adoptara Joseph Aloisius Ratzinger de volver a ser Joseph Aloisius Ratzinger, abre en la grey católica un profundo debate que amenaza hundir al catolicismo en un nuevo sisma: ¿es Benedicto XVI es más Riquelmeniano de los Papas?




El hecho de comunicar su declinación en latín, ha dado lugar a una profusión de traducciones inexactas que no trasuntan en toda su magnitud la emoción del crítico momento. Textualmente, el conmovedor anuncio habría sido expresado en los siguientes términos: "Me voy. Amo esta Iglesia, esta casulla y esta mitra, pero no voy a continuar. No puedo pontificar a la mitad". Y añadió: "Si mis hijos quieren, seguiré pontificando. Pero acá, no" "Acá no puedo seguir" "He hablado con el Concilio, con el Tribunal del Santo Oficio, les comuniqué que no voy a continuar y que amo esta Iglesia. Voy a estar agradecido por siempre. Pero el compromiso que tengo es grande, me siento vacío y no tengo más nada para darle"… "Es una decisión mía"… “Quiero mucho a los feligreses, nací católico y viviré católico".

El actual Papa fue contundente en anunciar su definitivo alejamiento para este fin de mes, a pesar de ello, las conmocionadas multitudes que colman cada domingo en la Plaza de San Pedro, e incluso aquellos que siguen sus actuaciones a través del mundialmente popular programa televisivo   “Angelus para Todos”, no dejan de abrigar la esperanza de que revea su actitud. Incluso ya se comenta en los pasillos del Vaticano la inminencia de la realización de un masivo “ostiazo” que tendría como único objetivo demostrarle el incondicional apoyo de la feligresía y lograr que revierta la decisión. 

“El Vaticano es un cabaret” se habría oído quejarse a un reconocido prelado militante del Opus Dei, desde el lefevrismo también llovieron críticas: “si estás vacío llénate, si te quieres pelear conmigo, peléate. Pero no puedes traicionar al 75% del mundo occidental, que es hincha de la Iglesia Católica". Mientras, dominicos y franciscanos se muestran proclives a dejar de lado por un tiempo siglos de desavenencias teológicas para, hombro con hombro, promover la suscripción de un petitorio para lograr la intercesión del Dalai Lama en el asunto.  

Si bien hay pesimistas que desechan la idea de cualquier reconsideración porque afirman que Ratzinger es un “tipo de palabra”, hay quienes maquiavélicamente especulan que si el Purim (24 de febrero) y el Pesaj (26 de marzo) judíos de 5773 derrotan en términos de convocatoria a la próxima Semana Santa, el espíritu competitivo y el amor al báculo que han caracterizado a Ratzinger, renacerían al convencerlo de la importancia de su estilo y presencia en el equipo purpurado. Técnicamente no sería su vuelta, sino una continuidad. Recordemos que el contrato que lo une a la Institución Sampedrina es en principio vitalicio, y que casos de ruptura intempestiva no se verifican desde hace casi 600 años.