miércoles, 26 de septiembre de 2012

Después no me digan que no les avisé.



Año 102 D.M. (2046 D.C. según el Calendario occidental): Montevideo lanza el ataque final y recupera el estratégico enclave de Punta del Este. Se ordena la repatriación de la totalidad de la población colonial porteña. Regresados en masa a la Polis Libre Asociada PROrepublicana de Buenos Aires, Vicente López, Nordelta y Countries afines, los indignados desplazados organizan un multitudinario cacerolazo que pone en jaque el reinado de la dinastía fundada por Mauricio Macri el 8 de Diciembre de 2012. ¿Pero cómo llegamos a esto? 



Todo resultó a partir de una serie de absurdas derivaciones de la movilización llevada a cabo el 13 de septiembre de 2012. A fines del mes de octubre del mismo año, la entonces capital argentina recibió una fuerte ola inmigratoria procedente de la República Bolivariana de Venezuela, compuesta por familias patricias de esa procedencia, decepcionadas por la catastrófica derrota sufrida por el candidato Henrique Capriles Radonski e ilusionados por las promesas de felicidad y neoliberalismo que difundiera el propagandista macrista Miguel Del Sel. 

Con inusual agilidad, la legislatura porteña en una maratónica sesión sancionó: 1) declarar “inmigrantes de baja calidad” a la totalidad de los habitantes de los barrios de Villa Soldati, Villa Riachuelo, Villa Lugano y Mataderos; 2) ordenar su inmediato desalojo y traslado “allende el Riachuelo o la General Paz, hacia el Sur o el Oeste así como de los internos de hospitales y centros de salud mental que no puedan acreditar la ciudadanía porteña por más de cuatro generaciones antecedentes”; 3) la toma de un empréstito multimillonario para ser destinado a un proceso de reurbanización del sector, apropiado a las características, idiosincrasia y poder adquisitivo de los recién llegados y atendiendo a los derechos que les asisten en su carácter de refugiados políticos. Desde entonces la zona pasó a ser conocida como “Nueva Miami” o más comúnmente, como “La Gusanera”. 

La misma sesión fue aprovechada para declarar “personas no gratas en todo el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires” a “La Señora de Enfrente, sus Ministros y demás colaboradores” y a la totalidad de los Senadores y Diputados Nacionales considerados hostiles, teniéndose por tales a aquellos que votaran favorablemente “leyes de confiscación de YPF o de AFJP, de Control de Medios de Comunicación, de traspaso de medios de transporte a la ciudad autónoma de Buenos Aires y/o de traspaso de fondos judiciales al Banco Nación”, así como toda otra norma “tendiente a afianzar el autoritarismo hegemónico K y/o pretenda atribuir cualquier tipo de responsabilidad o sumar funciones a la administración de la CABA”. 

La airada protesta de los residentes de la zona sur, quienes se movilizaron en protesta a la Municipalidad, fue violentamente disuelta por la Policía Metropolitana, con la desinteresada colaboración de un batallón de U.S.Seals que circulaban casualmente por el lugar. La indignación de los medios de prensa independientes se hizo escuchar inmediatamente: “Inadmisible intromisión - Nueva intento de destitución del Jefe de Gobierno Porteño protagonizó La Cámpora” titulo Clarín. Por “Nueva arremetida presidencial contra la autonomía de los porteños” optó La Nación. Jorge Lanata inició una profunda investigación periodística que desvinculó a la embajada norteamericana de la actuación de los marines, consiguiendo demostrar que los uniformados, en realidad, eran integrantes del Vatayon Militante al mando de fuerzas de choque conformadas por presidarios y jóvenes coptados por el adoctrinamiento eternautístico. 

El 8 de noviembre, la parte más sana y representativa de la sociedad porteña se movilizó en un nuevo cacerolazo. Mucho más organizados que en anteriores oportunidades, todos marcharon de remeras blancas y pantalones oscuros, cómo se les indicó, se negaron a proferir improperios en forma de declaraciones a los noteros presentes, como se les indicó, y sólo manifestaron a través de carteles, como también se les indicó. 




Los oriundos de Buenos Aires portaban unos que decían “somos el 46”, mientras que las columnas de venezolanos y los marines se identificaron con otro que decía “we are the other 54”. La prensa independiente llenó el vacío de la falta de consignas, y reflejando el espíritu de la movilización tituló “En contra del autoritarismo K. Miles de argentinos se movilizaron en defensa del grupo Clarín”.

Grande fue la sorpresa de propios y extraños cuando, presentada que fuera la Cadena Nacional, en lugar de la Presidenta apareciera Horacio Fontova entonando el siguiente manifiesto:




Ese fue el preludio para que a posteriori se anunciara el Traslado de la Capital Federal, y de todas las dependencias del Gobierno Nacional a San Miguel de Tucumán.


En otra nueva sesión convocada de urgencia, la Legislatura de CABA con anuencia de La Embajada, se declaró independiente y anexó territorios, tomando el nombre de Polis Libre Asociada (a los Estados Unidos de Norteamérica) PROrepublicana de Buenos Aires, Vicente López, Nordelta y Countries afines. Previendo la difícil situación económica por la que atravesaría, solicitó un multimillonario empréstito, declaró los bosques de Palermo y demás espacios verdes “zonas aptas para el cultivo de soja” y ordenó la invasión a Punta del Este, de lo que inmediatamente se hicieron cargo 2 divisiones de la Metropolitana, la UCEP residual, y un regimiento de milicianos voluntarios venezolanos, asistidos logísticamente por un batallón de U.S.Seals con los que La Embajada negó toda vinculación, que tras escasa resistencia lograron instalar a Gabriela Michetti como Virreyna.

La prensa mundial dedicó elogiosos y auspiciosos comentarios a la impresionante ceremonia de coronación de Mauricio I, concelebrada en la Catedral por el Prelado Jorge Bergoglio, el Raví Sergio Bergman y el padre espiritual de la naciente nación, Sri Sri Raví Shancar, donde jurara desempeñarse con lealtad a la banca y a la libre empresa por la memoria de Osvaldo Cacciatore.  Todo fue a partir de allí paz, armonía, amor y consenso en la metrópolis, dirigida por un prestigioso gabinete de notables que contó entre otros con Jorge Alberto Fino Palacios como Ministro de Defensa, Seguridad, escuchas legalizadas y demoliciones; Esteban Bullrich en Educación, Cultura, control pedagógico y despidos docentes;  la Dupla Martín Redrado y Alfonso Prat Gay se hicieron cargo de las carteras  de Endeudamiento Externo, comisiones e intermediación bancaria y de Dolarización Galopante y socialización de pérdidas y quebrantos respectivamente, mientras que los asuntos exteriores fueron delegados a perpetuidad en cabeza de quien el gran país del Norte designare embajador. A Lilita Carrió correspondió el honor de hacerse cargo del Ministerio de Culto, augures y predicciones, Patricia Bullrich fue designada en la Secretaría de Trabajo esclavo y desarticulación sindical, del que dependía el Departamento de Rechazo de Beneficios sociales y Previsionales a cargo de Eduardo Amadeo. 

La legislatura fue disuelta, pero en su lugar se instituyó un Gran Consejo de Notables conformado, entre otros, por el Alcalde de Primer y único voto, el Gran Comendatore y Archiduque del Plata Héctor Magneto (vacante desde que humildemente lo declinara por considerarlo un “puesto menor”), el Condestable de Recoleta Jorge Fontevechia, el “Primer Noble de Toga”  Jorge Lanata, la Duquesa de Florida Susana Giménez y la Matriarca de La Gran Orden de Bernardino Rivadavia Mirtha Legrand.

Todo transcurrió en un clima favorable a los negocios hasta que acaeciera el trágico fallecimiento del Gran Comendatore y Archiduque del Plata Héctor Magneto. Sus exequias se celebraron en la ex Catedral, ahora Sagrado Templo del Amor Universal y de la Respiración Liberadora, donde su cuerpo embalsamado descansa eternamente en el lugar que otrora ocupara el General José de San Martín (remitido de urgencia a San Miguel de Tucumán). Las profundas muestras de dolor se tradujeron en su póstuma designación como “Padre de la Patria Porteña” y en la adopción del calendario de “nuestro señor Magnetto” que tuvo su punto de arranque el 9 de julio de 1944, fecha del natalicio del prócer fundador.

Increíblemente, a partir de su desaparición física todo pareció palidecer y marchitarse. Aparecieron las primeras manifestaciones de descontento al descubrirse que “el Gran Canal de Avenida de Mayo” no se trataba de un importante atractivo turístico como fuera anunciado, sino de una inundación de carácter permanente producto de un conjunto de desatinadas medidas de gobierno.

Recordaron entonces los porteños que, perdidos los subsidios que se otorgaban para su mantenimiento, con gran fanfarria se había anunciado la reconversión de los túneles por los que transitaban los subtes en una compleja red de desagüe pluvial. Pero parece ser que, desde que Guillermo Moreno (nieto) aumentara escandalosamente los derechos de importación de residuos urbanos hacia la República Argentina, la basura fue depositada clandestinamente en los ductos, produciendo la catastrófica obturación que diera lugar a las Tercera y Cuarta gran inundación. La infausta situación había sido disimulada con la inauguración del “Gran Canal”, pero con el tiempo y a pesar de la sustitución de las bicisendas por carriles exclusivos para botes a pedal, la ausencia de Héctor Magnetto se empezó a hacer notoria. 

La injusta medida adoptada por el Gobierno Uruguayo de reconquistar por la fuerza su propio territorio, y la expulsión de la población porteña allí alojada, trajo aparejada la ola de descontento definitiva. Los venezolanos que habitaban “la Gusanera” se negaron a ceder espacios a los recién llegados, generándose multitud de controversias y desmanes. Los habitantes de barrios flotantes que se extendían a lo largo de toda la ribera y bajo el Puente Puerto Maderos-Punta del Este (poblados por familias desalojadas de los que fueran la Villa 31 y otras) ya preparaban la embestida final reunificadora.  Pesar del blindaje que le confería el XXVI Gran Empréstito, Macriópolis colapsaba.





5 comentarios:

H.M. dijo...

Gracias por avisar como viene la mano.
Tengo entendido que los autouniformados querían usar camisa negra. Un detalle subsanado cuando les explicaron que si iban vestidos de "puro negro" podrían tener problemas...

Moscón dijo...

Que lo parió,¿y podríamos vernos por TN ,mostraría el desarrollo completo de los hechos o haría informes sesgados para victimizarse?

El Sudaca Renegau dijo...

Rucio no sea canuto. Convide de eso que está tomando que está buenísimo :)
Si su blog fuera de wordpress rebloguearía esta entrada. Chapeau!
Ya que estoy le comento acá: lo del billete de Eva me hizo lagri-mear de risa. Imagínese a al Sr Laurentis con toda la billetera llena. , llenita... como debe estar siempre.Pero ahora... Je, En un punto siento la máquina del tiempo prendida y creo ver al Sr. Diego (ya le tomé cariño al gorilita) recibiendo una carta con la estampilla de Eva.

profquesada dijo...

Muy bueno, Rucio, desde Entre Ríos las cosas se ven con perspectiva.

Pibe Peronista dijo...

Che, pará en 1880 que Belgrano fue capital de la república durante unos meses. Esa debería er otra reinvindicación de los cacerolos soplapitos!