viernes, 28 de junio de 2013

Massa: historias paralelas.


Después de un lustro, de la troupe de “100% Lucha” se retira La Masa, uno de los protagonistas más significativos de un show cuyo formato, por primera vez y después de muchos intentos de emularlo, había logrado un éxito semejante al mítico “Titanes en el Ring”. 




Nadie podía dudar de la importancia que “El primer campeón” tenía en la escena, o de la dimensión del personaje; pero vaya a saber por qué motivos fue separado del espectáculo, asumiendo sus productores el riesgo de cagarse en la dialéctica perdiendo un atractivo que parecía esencial (ni más ni menos que el antagonista natural de Vicente Viloni “el campeón del pueblo”). 100% Lucha siguió su periplo, y sus fans siguieron contribuyendo a las arcas casi sin notar, o acostumbrándose a la baja. Es que el complejo y articulado armado contaba con las respuestas necesaria ante el evento, sin siquiera tomarse la molestia de buscar un sucedáneo del titán. Distinta fue la suerte de “La Masa”, tal vez extrañado por algunos, pero incapaz de montar un show que lo tuviera como protagonista excluyente y lo transformara en una competencia que amenazara la suerte de sus ex cófrades.

Después de una década, del kirchenrismo se retira Sergio Massa, uno de los protagonistas más significativos de un movimiento político cuya práctica, por primera vez y después de muchos intentos de emularlo, ha logrado un éxito e inserción semejante al mítico período de “El Primer Peronismo”.

Algunos nos permitimos dudar del protagonismo real del Intendente de Tigre respecto al grueso del movimiento, atribuyendo la recurrente mención de su nombre en medios capitalinos a un intento de intereses extraños de generar una “sensación de popularidad” de la cual carece fuera de los límites de su distrito, y una atracción relativa en el ámbito de la provincia de Buenos Aires. Intento destinado a “nacionalizar” una expectativa, trasladándola a ámbitos en que poco importa la eficacia de los cuadricópteros dronnes a los efectos de alertar siniestros en los cursos de aguas navegados por yates y lanchas colectivas.




Hasta ahora Sergio Massa ha sido presentado como la “nueva esperanza blanca” nacida del seno mismo de un kirchnerismo que se muestra cada vez más inexpugnable en términos electorales, con un doble beneficio, lo que hipotéticamente suma a la reacción, simétricamente lo resta al gobierno. La ventaja comparativa que ello representa, relega las aspiraciones de Mauricio Macri, acunadas desde los sectores que detentan el poder real. También es evidente que su innata incapacidad de un armado que trascienda los límites de Capital (expresado exclusivamente en el reclutamiento de estrellas rutilantes de firmamentos ajenos a la política partidaria como De Angelis, Del Sel, Telpux, Olmedo o Baldassi, sin que ello represente un anclaje territorial propio, al que más bien despreció por su lento e insignificante desarrollo) conspiró en contra de sus ambiciones al confrontar sus menguados logros ante las exigencias de un cónclave de dueños del país presurosos de obtener victorias contundentes. 

Estrangulamiento similar sufrió Francisco de Narvaez, dormido en los lauros obtenidos hace cuatro años, no sólo fue considerado por las corporaciones “no apto” para liderar un nuevo intento, sino que también sufrió el desprecio de la exclusión, arrastrando consigo toda la caterva del neoperonismo federal que trabajosamente intentaba articular junto a De La Sota.




Hasta ahora, la deserción (preanunciada por cierto, sólo cabía ponerle fecha) de Sergio Massa ha servido para disciplinar (en el caso de Macri, quien subordinó sus postulaciones bonaerenses al sino del avenido) o para marcar la cancha dejando fuera a los artífices de un discurso, talibánicamente anti-K pero electoralmente inviable, dentro de un amplio arco opositor derechista que disputará los favores corporativos y mediáticos con el más armónico y cuasiestable polo centroderechista constituido por el radicalismo cuadripléjico y el socialismo de cotillón.

Por supuesto que no se trata de ningunear la inteligencia articuladora de Massa, sino de señalar que su discurso confrontado por su modo de acumulación resultan contradictorios, se neutralizan y amenazan hacer naufragar el perfil crítico o pos-kirchnerista que gusta cultivar. 

Quien suscribe este post ha enunciado la hipótesis de que no se puede dejar de ser “muy-muy” sin transformarse en “tan-tan”, Massa sostiene lo contrario: dice rescatar aspectos del kirchnerismo, pero sube a sus listas delegados del Grupo Clarín (Mirta Tundis), capos del industrialismo inconformista (José Ignacio De Mendiguren), cultores del oposicionismo denuncista (Adrián Perez), y por otro lado, adscribe a la lógica menemista del despliegue de concheros apolíticos (Fabián Gianolla) y se prepara a embarcarse en la campaña acompañado por una nítida militante de la derecha reaccionaria PRO como lo es Gabriela Michetti. Esto no es kirchnerismo crítico, es antikirchnerismo al galope, no se puede sinceramente pensar que los logros del modelo pueden ser sostenido por quienes han cuestionado hasta la médula el modelo, incluso cuando se han beneficiado con él, pero consideran que no lo suficiente. 

Me detengo en el ambicioso De Mendiguren, el ex presidente de la UIA, hace un mes atrás llamaba a ”replantear el modelo” porque el consumo ya no crece, después de anunciar la inminencia de un “Rodrigazo” y cuestionar por exagerado el llamado “cepo cambiario”.  Sin embargo, el consumo siguió creciendo, el rodrigazo no se produjo y la “exageración” del control de divisas trajo como consecuencia un record de inversión extranjera en 2012 por reinversión de utilidades. Resulta evidente que la incorporación de De Mendiguren no responde sólo a la necesidad de contener a un sector (perdidoso, cuestionado por sus colegas tal como Plaini de la lista de De Narvaez) de la interna empresaria, sino que también desarrolla un discurso que distorsione la realidad a efectos de hacerla funcional a una necesidad cuestionadora del modelo en sí (no a su mejoramiento), sobre la que se encarama el pensamiento real de Massa. 

Quizás que no se pueda atribuir a Mazza el mismo carácter de “fenómeno endémico” con que normalmente se adjetiviza a Macri, dado que su carareada supuesta condición de peronista le facilita otro tipo de diálogo con actores bonaerenses e incluso nacionales (siempre predispuestos a ceder a las condiciones impuestas por la real politik sin hacerse demasiadas preguntas sobre la coherencia de sus acciones). Pero sería realmente sorprendente encontrarnos con semejantes resultados que en 2009 en el territorio bonaerense, habida cuenta de que las condiciones objetivas y subjetivas son evidentemente dispares y de que sería menospreciar a la inteligencia popular sospechar siquiera que no se adviertan las diferencias de tiempo, de personas, e incluso las contradicciones flagrantes entre el discurso y la práctica de acumulación massista, quien enarbolando la idea de la “renovación”, en realidad encarna la propuesta de la “reacción”. 

El kirchnerismo ha tenido la capacidad de resistir indemne el éxodo y el repudio posterior de dirigentes importantes (o al menos renombrados) que otrora departían en torno al fogón, por derecha o por izquierda. Desde Reutemann a Donda-Tumini-Ceballos, pasando por Alberto Fernandez, Moyano, Plaini, Piumatto. Incluso de referentes provinciales relevantes como Jorge Busti, Das Neves o el propio De la Sota, ex ministros o secretarios supuestamente claves, categoría en la que merecen mención Julio Bárbaro y Roberto Lavagna, técnicos mimados por el stablishment como Prat Gay, Redrado o Lousteau… Algunos fueron una chispa de esperanza entre dos oscuridades opositoras. Todos ellos, como “La Masa” se pensaban jugadores imprescindibles y terminaron deambulando por fiestas infantiles y shows de clubes en búsqueda del protagonismo perdido, y el proyecto Nac&Pop continuó, sin necesidad siquiera de sustituirlos.  No hay razón para pensar que Sergio Massa comparta ese triste destino, pero tampoco hay antecedentes que validen la hipótesis del éxito de quien quedó con los pies fuera del plato. 





4 comentarios:

uno dijo...

Don Ruccio, por el medio de su buen posteo dice "inteligencia articuladora"...¿No será mucho atribuir eso a Massa amorfa?
Para no ser extenso: Anoche en el programejo del periodista gorila y acérrimo opositor, el tal Novaresio....¡Fue dura la paliza argumentativa que recibió Adrián Perez de parte del chino Navarro! El periodista no sabía como "ayudarlo" más al ex lilito...¡Daban pena Novaresio y Perez.

PIPO dijo...

Como me rei con las fotitos que pusiste !!la verdad que massita y su clan son una verguenza todos, pero al menos saca de la cancha al atorrante de maurizio y eso es muy importante.

Tilo, 72 años dijo...

Cuando Amado Boudou sugirió la idea de rescatar los fondos previsionales de las garras de las AFJPs, el muñequito éste estaba presente. Estoy seguro que a partir de ese preciso instante metió el cambio y comenzó a cambiar de carril. O sea, a circular por el carril al que verdaderamente pertenece. Afortunadamente, también lo apoya el padrino, por si alguien aún tenía alguna duda.

Saludos

Luis Quijote dijo...

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