¡Moooy
buenos días, mis queridos radio-escuchastelefónicas!
Luego del rutilante triunfo obtenido contra el seleccionado trasandino en el
día de ayer, ya nos animamos al entusiasmo y a afirmar, que, aun sin Messi, el
team conducido por Martino es el mejor
equipo en los últimos 50 años.
Luego de
transitar durante más de una década por un oscuro
túnel sin éxitos deportivos, en que nos
hicieron creer que teníamos derecho a ver el futbol gratis como en Cuba, cambiamos. Podemos ver la luz al final del
túnel, en los albores del segundo
semestre, ya de arranque nomás. Pero dejemos de lado las ilusiones y
avoquémonos a sincerar el presente
inmediato: el próximo encuentro con el combinado panameño.
Panamá es
un seleccionado que merece ser tenido en
cuenta. Muestran una enorme facilidad para construir sociedades y, off
shore el campo de juego, tienen un banco
de lujo. Es lógico que la gente deposite
mucha confianza en ellos.
Pero
nuestro arrítmico corazón está con
la albiceleste. Contrariamente a lo que pasa con los panameños, Argentina paga
la pesada herencia de tener la mayor parte del capital futbolístico
en el exterior. Salvo Mercado, claro, convocado a pesar de
que muchos afirman que se encuentra fuertemente deteriorado y que ya no vive su
momento de gloria, pagando una alta
tarifa por la energía desplegada para producir un juego que sólo es de consumo interno.
No podemos
desconocer las serias dificultades que atravesó Martino para repatriar a los integrantes de su
equipo, fundamentalmente representada por la desconfianza externa con que es mirado el país que redunda en que los
europeos no quieran prestar los jugadores. La AFA debiera blanquear
esta situación aunque la FIFA amenace
con graves penas por difundir los entretelones. Hay que cerrar la grieta de una buena vez.
A pesar de
todo ello, nadie puede dudar de la habilidad de nuestros delanteros para evadir a los rivales, ni para emplear
la bicicleta, ni para gambetear a la oposición de los
defensores triangulando con los jugadores
externos y los punteros mentirosos, ni para calesitear en el medio campo, aunque este tipo de juego sea considerado
meramente tribunero e ineficaz.
“Es increíble lo que podemos hacer juntos”, se le escuchó decir a Funes Mory,
un Central que paga muy bien a quienes
compraron bonos apostando a que sería una buena reserva a futuro.
Si bien
parece que todo anda sobre ruedas, tampoco es cosa de inflacionarnos: siempre se corre el riesgo de tener que tragarnos
las palabras junto al bigote en medio de un baile, o que todo se vaya por la
canaleta del juego de playstation y del dopping positivo. Sostenemos que ya es
hora que terminar con las moratorias
a aquellos jugadores que no han hecho
aportes suficientes para jubilarse dignamente.
Llegada la
hora de especular, creo que sí-se-puede ganarle a Panamá. Pero
desconfío que, a pesar del rival y su relativa pobreza, 0 sea el
marcador en nuestra valla. Es que no
somos infalibles, y nos seguiremos equivocando. Hay que ajustar muchos puntos flacos para poder crecer, si no, seguiremos endeudándonos con la
hinchada patria.
Nunca
debemos olvidar que, como bien enseñara Milton Friedman, para que Fideo Di
María haga un gol, necesitamos de los yanquis para que acondicionen un campo de
football para que se pueda jugar al soccer, y de Banega que robe una pelota y
dé un pase correcto, y del línea que no cobre orsai, del canchero que tenga
bien cortadito el pasto y marcadas las líneas del área, y del Pipita que no
participe de la jugada, y de los defensores chilenos que sigan papando moscas,
y del arquero rojo que no sepa para que puta se para al lado del palo si va a
dejar pasar la pelota igual. Ah! Y del Mauris, por supuesto.
1 comentario:
Excelente Don Rucio!!!.
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