En la Edad Media
los secretos de los oficios artesanales se pasaban de generación en generación
(de ahí que existan tantos apellidos derivados de oficios). El otro modo de
acceder al conocimiento práctico necesario para desarrollarlo, era suscribir un
contrato de aprendizaje con un Maestro Artesano, Básicamente significaba
constituir una servidumbre personal donde el aprendiz se obligaba a trabajar a
favor del maestro y, en pago, el maestro lo introducía en la práctica de la
actividad. Culminado el aprendizaje, aún debía pagar para rendir un examen de conocimiento
ante el Gremio, y si lo aprobaba, recién se encontraba habilitado para trabajar
como oficial del mismo o de otro maestro. Luego de años, podía eventualmente
ser habilitado para trabajar de modo independiente.
Lo
importante de esto es que, si lo vemos desde otro ángulo, el aprendiz pagaba
por aprender.
Mediante
este tipo de procedimientos, los Gremios artesanales no sólo lograban asegurar
ingresos suficientes a sus miembros limitando la oferta de la actividad, sino
que además les aseguraban mano de obra gratis.
Después vinieron
la revolución industrial y el liberalismo y todo eso se acabó.
Trescientos
años más tarde el Neoliberalismo muta en Neomedioevismo, y, salvo el detalle de
sustituir al Gremio Artesanal por la Empresa Privada Multinacional, reinstaura
el contrato de aprendizaje laboral, cuya matrícula debe ser abonada por el
aspirante a trabajador manual “calificado”.
No permite
otra conclusión el reciente compromiso suscripto entre el Ministerio de Trabajo
Nacional y la empresa Mc Donal’s. Mientras que el salario inicial bruto del
empleado de comercio por una jornada de 8 hs. ronda los de $ 14.000 (a lo que
debe adicionarse como costo las contribuciones patronales), se festejó el
convenio que permitiría a 5000 jóvenes acceder a contratos de aprendizaje en la
“prestigiosa firma”, en jornadas de 6 horas, por el plazo de un año, con un jugoso
salario de $ 4.500.
Lo
importante de esto es que, si lo vemos desde otro ángulo, el aprendiz paga por
aprender: de acuerdo al convenio del sector, por 6 horas, proporcionalmente,
correspondería un salario de bolsillo de $ 9000, es decir, por aprender a dar
vuelta hamburguesas más o menos en su justo punto, llenar conos de papas fritas
y llevarlas a una mesa, el joven argentino de entre 18 y 23 años estaría
abonando al patrón $4.500 de lo que debió haber sido su salario. El sacrificado
patrón, en mérito a su esfuerzo colaborativo en generar empleo de calidad y
mano de obra calificada que contribuirá a que todos y el país seamos mejores,
percibirá del Estado una suma de $1000 e importantes descuentos a las
contribuciones a la seguridad social, en retribución a su esmero en ayudar a,
como dijera alguien, dar vuelta la página de un estatismo agobiante.
Otrora,
esos $ 1000 solían ser otorgados a jóvenes becarios cuya calificación laboral era
suministrada por escuelas técnicas y universidades. Afortunadamente, ya podemos
decir Nunca Más a semejante despilfarro de la plata de mis impuestos.
PD.: Llamativamente, el anuncio no fue acompañado con una promesa de apertura de nuevos locales de la empresa. Cualquier mal pensado podría ser inducido a creer que los 5000 nuevos puestos de trabajo a crearse lo serán en sustitución de otros 5000 viejos y onerosos puestos a eliminarse.
4 comentarios:
El "progresar" ya fue! Las becas de investigación en el conicet, van en camino de extinción! Como ud. dice, medioevo explícito.
Briyante
Esa empresa y otras, a las que les interesa el país, sostienen varias Fundaciones, ONG varias, para seguir teniendo interés en el país.
Personalmente, del choripan salto al vacío.
Este ¿será el trabajo de calidad del que habló MM (no me gusta llamarle el burro, por los burrros ¿vio?)?
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