sábado, 27 de agosto de 2011

Yo ya lo sabía de antes!!!!

¡Uds. sigan riéndose nomás de las supuestas pretensiones pitonísico-chamánicas de Rucio! ¡Incrédulos! Sigan ignorando lo que Yespir advirtió,  poniendo en boca del Hamlet Lima Quintana, Hay más cosas en el cielo y en el conurbano, que todas las que pueda soñar tu filosofía, mejor cantate zamba para no morir y dejate de joder".

Ya se los anuncié al final de este post, pero no, claro, los señores tuvieron que reclamar metodología científica y  pedirle encuestas a  la consultora Pregunta Abierta  y a Artemio Lopez para desengañarse. Y encima seguro que les pagaron y todo, y a mi ni siquiera me regalaron el libro de Barragán.

Pronóstico para octubre.

Lo cierto es que el panorama de Alfonsín y Duhalde para octubre se oscurece. Y no cabe echarle la culpa sólo al existismo argentino, ni a las operetas de Clarín. De ninguna manera. Los tipos se esfuerzan con méritos propios también. Ya el domingo a la noche, Duhalde no pudo escapar a la tentación de reafirmar su anacronismo con un “flamean banderas de organizaciones que son y han sido subversivas” y de sugerir la instalación de un escenario de violencia y “susto” más apropiado a su perfil. Alfonsín tampoco pareció percatarse de la vaca en el bidet, arrancó subestimando la trascendencia de las P.A.S.O. calificándolas de “encuesta” y, lejos de autocriticarse por su armado “contra natura” o por la pobreza conceptual de su campaña, apenas llegó a circunscribir su crisis a “defectos de comunicación“ . Por supuesto que poner jóvenes a vomitar mientras ven 678 puede ser caracterizado como un problema de comunicación, pero además refleja una subestimación al electorado y una actitud reactiva en lugar de la propositiva que debería animar a un candidato a Presidente.

Para colmo, ambos compartieron un latiguillo fatídico: el panegírico del modelo chileno, justo en épocas donde su barniz de exitosa modernidad se va descascarando y pone al desnudo toda la impudicia de desigualdades del régimen neoliberal a ultranza, heredado de Pinochet y conservado en su pureza libremercadista durante la democracia.



Sobre lo llovido, mojado: el empate técnico entre Ricardito y el Cabezón (más la inmensa ventaja oficialista), desarticuló la posibilidad de cualquier maniobra que pretendiera confrontar a Cristina con un solo candidato opositor consolidado y con expectativas ciertas de esquivar un nuevo papelón.

Queda demostrado en esta campaña el devastador efecto que produce en las posibilidades de un candidato el leer Clarín y/o La Nación y/o Perfil, o de alisar su culo en un sillón consumiendo TN X 24 hs x 7 días a la semana. Y encima, creer en sus análisis o en el poder omnímodo de convicción del que alardean. Se me ocurre una sola explicación a la actitud refractaria de millones de electores frente al discurso mediático, que no pasa por la masividad, sino por la individualidad. Una aplicación práctica de aquello de “se puede mentir a algunos todo el tiempo o a todos por un tiempo, pero no se puede mentir a todos todo el tiempo”. A ver: en cadena nacional privada se invisibiliza la acción de gobierno, se pone en dudas la veracidad de cualquier número favorable a la gestión, se desconocen los logros concretos, se tergiversa la información sobre los efectos de las políticas sociales. TODOS, directa o indirectamente, consumimos esta verdura: no es cierto que se hayan construido más de 1000 escuelas nuevas, no son ciertos los miles de kilómetros de gasoducto, no son reales los nuevos puestos de trabajo, ni la reactivación económica, ni los planes sociales de viviendas. Todo y cualquier cosa puede ser tapada para el 99,99% de la población, menos para el beneficiario de alguna concreción, para la familia del gurí que va a la escuela nueva, para el que prende el calefactor en su casa a precio de bicoca, para el que después de más de 10 años consiguió empleo o se jubiló, para el que por fin accedió a su vivienda con agua, cloaca y luz. Para esos Cristina es una realidad palpable que no puede ser desmoronada por ningún operativo de prensa. Y la puta que parece que son muchos los que lograron alguna mejora en su cotidianeidad…

Ese microanálisis parece ser ajeno a los equipos de los dos (¿ex?) principales hombres en pugna, el macro que dibujan los multimedios abarca hasta su último resquicio neuronal. Y por ahí transitan, ávidos del voto de un universo cada vez más pequeño de disconformes.



La lógica indicaría que es hora de contradecir a sus patrocinantes, readquirir desde la política un nuevo compromiso con la ciudadanía y, si de asumir errores se trata, reconocer que con este gobierno las cosas no le van tan mal a la ciudadanía. En definitiva, tomar lo hecho como un avance e ir por más. Pero en cambio, desde Clarín nos anuncian que todo se trata de una cuestión comunicacional, y que van a fortalecer la fiscalización del comicio y fortalecerán sus críticas al gobierno. Y ya que estamos, trataremos de cambiar las reglas del juego electoral metiendo a marcha forzada la boleta única, apuntalándola con un escandalete mediático, denunciando a presidentes de mesa y horrorizándose por la confección de algún telegrama. Creo que así poco ayudan a su nueva táctica de ir por los escaños del Congreso “para controlar” (JI! Hipócritas…) a quien ya reconocen como número puesto para la reelección.

Las dos campañas menos agresivas (creo que las más inteligentes) han sido la de Rodriguez Saa y la de Binner (casualmente, los más alejados de Clarín hasta entonces). La noche del 14/8 ambos perfilaron un discurso de tono consonante, más amigable, no se empecinaron en la crítica, se consustanciaron con el resultado y subrayaron las propuestas, a su entender, superadoras de nuestro modelo.

Sinceramente, les deseo suerte, por más que la historia reciente de los actores haga que no les crea nada. Un resultado electoral que ponga a estos dos candidatos  por encima de los Mariscales del Retorno al Pasado, puede llegar a ser un mensaje significativo sobre el modo viable de hacer oposición, y, quien te dice, los convenza de que la construcción y conducción política es tarea de los políticos y no de los dueños de los diarios. Sino, preguntenle a la Goorda como le fue.

Lilita se medicó el martes y parecía que logró poner
sus patitos en fila. Ya se le va a salir uno. Posta.



3 comentarios:

profquesada dijo...

Rucio es un burro pero que se mandó un post del carajo, mas claro que el agua clara, como los chorros del oro, como dice en la decaída España de mis amores. No se le puede objetar ni una coma, pa´mi ¿sabe?
un abrazo rumiante.

Ricardo dijo...

Excelente lo suyo, Rucio.

Es que al empatar, ambos -Alfonsin y Duhalde- perdieron. No tenian que ganarle a Cristina. Ni siquiera recortar la diferencia que las encuestas mencionaban. Solo debian desmarcarse y ni eso pudieron hacer.

roberto dijo...

Rucio, Ud. es mi idolo, es más pitoniso creible que la anaranjada.
Los diarieros Duhalde y Alfonsinito son los verdaderos perdedores, solo espero que Binner y el Alberto sean un poco más coherentes y solo hagan crítica constructiva en la pobre elección que haran en Octubre, los otros dos que sigan participando en el rubro 59 truchado.

Un abrazo