martes, 29 de abril de 2014

Qué es el neoliberalismo, eh?

Se lo preguntará Ud., embargado de cierta angustia.

Sépalo: talcualmente es una forma de charlatanería de apariencia docta, producto pseudocientífico obtenido de una sesgada mixtura gruesa del liberalismo adamsmithiano con el art decó y la aplicación tardía de técnicas derivadas de la utilización del látex. 



Si bien los anales históricos ubican su nacimiento en la reunión de Mont Pellerin (Suiza), convocada por  Friedrich A. von Hayek, en la que se reunieron intelectuales cuyas plataformas de pensamiento habían sido desechadas como viables para la reconstrucción de la Europa de post guerra,  no es menos cierto que el hito sólo significó el momento de confluencia de líneas de pensamiento ya existentes, acunadas en la preguerra al fragor del movimiento intelectual-artístico del art decó.

El mismo se nutrió de expresiones propias de las culturas exóticas, antiguas o actuales (amerindias, orientales, africanas subsaharianas, egipcia, vikinga, etc.), exentas de la influencia de la civilizada Europa. Los fundadores del neoliberalismo hicieron lo propio, especialmente adoptando para el enriquecimiento de las ciencias económicas dos elementos: “la hechicería” y “el jeroglífico”.

Mediante la hechicería intentaron descifrar el díscolo comportamiento de un ser polimorfo, en el que reconocieron las características de omnipresente y todopoderoso, cuyo arbitrio eludía la comprensión de los hombres y era ajeno a toda forma de regulación. Sin embargo, los iniciados serían capaces, mediante ignotos conjuros, de anticipar sus comportamientos, y oficiarían de sacerdotes que esclarecerían a las multitudes cuyo comportamiento adecuado no sería otro que obedecer dóciles a sus inescrutables sentimientos.  

Como suele suceder con la hechicería y otras formas de pensamiento mágico, sus practicantes suelen errar las predicciones, fundamentalmente, porque sus diagnósticos atribuyen el carácter de causa a lo que es consecuencia, dificultando de ese modo el correcto tratamiento de los males ocasionados. Es en este punto en el que acudieron en su socorro los jeroglíficos. Un intrincado y hermético sistema de símbolos y ecuaciones, les permitía moverse en un nimbo ubicado fuera de las capacidades cognitivas del resto de los mortales, quienes asistían absortos a explicaciones inconmensurables que disfrazaban los errores como aciertos y las crisis como oportunidades. Las evidencias del contrasentido quedaban veladas por la ajenidad del discurso justificante.

Los monjes de Mont Pellerin no obtuvieron logros significativos durante los primeros tiempos. Cubiertos de burlas y rodeados de comprensible incomprensión, se retiraron a reflexionar al monasterio de la Universidad de Chicago. Allí avanzaron incorporando nuevos ritos, descollando el de “la jibarización”. Notaron acertadamente que las sociedades humanas tenían la tendencia de asociarse en torno a “el Estado”, una forma organizativa que solía funcionar como repelente de las tendencias puramente individualistas en tanto y en cuanto tenía como finalidad la satisfacción de necesidades comunes. El planteo entonces, como precondición de la instalación de la nueva religión, fue el de empequeñecer al máximo posible la cabeza de esa comunidad organizada, y acallarla cociéndole la boca que la expresaba. Entre los primeros casos de jibarización exitosa podemos contar los de Chile, a partir de 1973  y Argentina en 1976.

No tardaron los montpellerines en notar que (excepción hecha del caso chileno) la metodología de jibarización, si bien eficaz de y rápida implementación, no resultaba perdurable si se instalaba mediante un golpe de estado. Tal circunstancia los obligó a retornar a las fuentes y recordar que otro atributo notable del art decó fue la incorporación de nuevos materiales al diseño. En este punto es donde ingresa el latex, y particularmente, se enriquece el acervo neoliberal con la técnica de “la globología”.  

La mecánica es sencilla. Se toma un objeto de latex longiforme y preferentemente de colores vivos, se lo infla, mediante retorsiones y anudamientos se le imprime una forma “X” y se lo expone al público haciéndole creer que es, justamente, lo que el público quiere ver, aunque la espada no corte ni pinche, ni el perrito ladre ni mueva la cola. El fenómeno psíquico denominado “pareidolia” hace el resto y proyecta sus inclinaciones y aspiraciones en sujetos tales como los Menem, Collor de Melo, Fujimori, Piñera, etc., a los que llama “presidentes”; o los Macri o Massa, a los que pone en el lugar de intendente, aunque no sean más que algo parecido a coloridos forros muy proclives a pincharse, muchas veces aún antes de lograr su cometido, generando embarazosas situaciones que padecerán tanto los ingenuos como los otros.
        

Del libro “todo lo que a Ud. siempre le ocultaron sobre ciertas ideologías de moda”. De Rucio Sancho, buceando con esnorkel en las profundidades oscuras de las nuevas sonseras. 

sábado, 26 de abril de 2014

¿Quedate piola Vicente?


Las asociaciones empresariales periodísticas han puesto el grito en el cielo por el reciente procesamiento de Vicente Massot. La contundencia de la defensa parece expresar algo más que la solidaridad corporativa con un hermano en desgracia. Razón les asiste por aquello de “cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”.  



Hasta ahora el enjuiciamiento de Massot sigue los mismos carriles que los de los restantes empresarios señalados por encontrarse involucrados con la desaparición forzada de sus propios empleados. Pero existen otras causas posibles para imputarle a buena parte de los actores económicos de 1976, cuya iniciación amenaza extenderse como una plaga entre el empresariado superviviente de la época.

El indicio ineludible es la manifiesta hermandad existente entre las declaraciones emitidas por la APEGE (Asamblea Permanente de Entidades Gremiales Empresarias) antes y en ocasión del lock-out del 16 de febrero de 1976 y las motivaciones políticas expresadas por la Junta Militar para justificar su asalto al poder el 24 de marzo y el Plan Económico de Martínez de Hoz anunciado el 2 de abril del mismo año, apenas una semana después del Golpe (lo que no revela un alto grado de improvisación, sino más bien su elaboración premeditada con bastante anticipación).

Lo que desde la perspectiva de la investigación histórica y periodística es un hecho cierto, amenaza con instalarse en el ámbito tribunalicio. Un sudor frío corre por las espaldas de la elite económica argentina: la imagen de oficiales de justicia allanando sus oficinas y distribuyendo convocatorias a indagatorias, no ya por la imputación de hechos puntuales relacionados a delegados gremiales y empleados secuestrados, torturados o asesinados (o por apropiación de bienes, como en el caso de Papel Prensa), sino en el rol de autores intelectuales o instigadores de la represión ilegal en el marco del genocidio.  

Un giro altamente probable (y necesario) en la estrategia de distribución de responsabilidades emergentes de la última dictadura militar. Si el objetivo final del proceso iniciado con el Juicio a las Juntas es la definitiva eliminación de todas las formas de impunidad y la comprensión por parte de la sociedad de que si bien a los militares (y al Estado) le cabe un alto grado de culpabilidad en la ejecución de la política represiva y en la reestructuración radical de un modelo socioeconómico de país, no es el único sector involucrado en el diseño y su promoción, y mucho menos, el más beneficiado con su instalación. Si en Nüremberg desfilaron industriales y banqueros por su complicidad y aprovechamiento del régimen nazi ¿Por qué no debiera suceder lo mismo en Argentina?

Así como cabe señalar a las empresas y sus titulares alineados en las entidades patronales que convergieron en la APEGE como los autores intelectuales del Golpe y como base social necesaria para su consolidación, no podemos eludir la urticante realidad de que tal base resultaba insuficiente y que para la instauración del terrorismo de Estado como mecanismo disciplinador eran indispensables consensos legitimantes mucho más amplios. A diarios, revistas, televisión y radios les cupo, antes y durante la Dictadura el papel de constructores de esos consensos fomentando la sensación de inseguridad, el hartazgo en las instituciones republicanas y la desconfianza en la salida democrática.

Su accionar fue preciso y contundente. Durante los tiempos en que campeaba la impunidad derivada de los indultos menemistas y la ratificación de la senda del olvido asumida por el delaruismo, Clarín publica una encuesta en la que afirma que más del 60% de los argentinos adhería al postulado de la necesidad del Golpe de Estado, desestimando las opciones electorales e incluso que la operatividad de la “delincuencia subversiva” había sido ya prácticamente desarticulada.  Tan seguros estaban del éxito de las operaciones psicológicas masivas, que el mismo diario el 24/3/1976 describe en tapa como una situación de “Total Normalidad”  que las fuerzas armadas ejerzan el gobierno.  

Si la edad y el estado de salud de Gustav Krupp le hubiesen permitido sentarse en el banquillo de los acusados en el primer juicio de Nüremberg, se habría enfrentado a cargos como los de “conspiración” en razón de su activa y consciente participación militante y financiera en el ascenso de Hittler al poder, tan o más grave que aquellos empresarios (incluso su propio hijo) condenados por haber utilizado mano de obra esclava o haberse aprovechado económicamente del régimen. Nada distingue su posición de la de los empresarios que participaban de APEGE. 

Nada tampoco permite colegir que buena parte de la prensa local, hegemónica ahora y en el 76, sea merecedora de menores imputaciones que los editorialistas, locutores y periodistas de la Radio Televisión Libre de las Mil Colinas o de la Revista Kangura en Ruanda. El precedente sentado por las largas condenas recaídas por incitación al odio genocida que derivó en la masacre de 1994 debe machacar inquietante (como nunca lo hizo su propia consciencia) en las mentes de varios  adalides monopólicos de la libertad de expresión. Y el fantasma se hizo carne cuando la justicia puso la lupa sobre Vicente Massot.
  




domingo, 13 de abril de 2014

Reporte sobre la incidencia del Paro Nacional en el Paraje de Tapera de Elortondo. (Parte del Subcomisario Elias Scheff)


“Me dirijo a la superioridad a efectos de informar el desarrollo de los incidentes sobre los que se me indaga y que tuvieran lugar en la jurisdicción de la subcomisaría a mi cargo, desmintiendo desde ya los trascendidos que dieran lugar a los maliciosos comentarios emitidos por una radio capitalina.



En Paraje de Tapera de Elortondo el Paro Nacional tuvo la particularidad de iniciarse recién a las 0724, habida cuenta de que el ciudadano de la localidad de Lomas del Tala, Dn. Luis Tamichino, sobre cuya persona pesa la responsabilidad de distribuir los ejemplares de los periódicos de tirada nacional, recién a las 0614 logró despertar al “Turco” Miriam Taleb, propietario del Quiosco y hacer entrega de los ejemplares del día de la fecha. Cumplido su cometido, desayunó el distribuidor en la confitería de la terminal de ómnibus y a posteriori, se dio por iniciado el Paro, teniendo la amabilidad Tamichino de acercar hasta su domicilio al “Gallego” Muslavino, único obrero afiliado al gremio gastronómico de la población. La actividad de la confitería continuó de la manera habitual atendida por su dueño y Sra.

Siendo las 0815, se apersonó en la Subcomisaría el propio Tamichino, siendo atendido por el imaginaria, Agente Carlos Sifuentes. En la oportunidad puso en conocimiento del funcionario que un grupo de 4 masculinos, pertrechados con un redoblante y 6 banderas y un pasacalles todos ellos de color rojo con inscripciones, habían tomado posesión del camino vecinal en las inmediaciones a su empalme con la Ruta Provincial Nº4, obstaculizándole el paso y de ese modo impidiéndole retornar a su localidad de origen. Ni buen fui puesto al tanto me comuniqué con el Cura Párroco para descartar la hipótesis de que integrantes de su feligresía tuvieran la intención de instalar en el lugar un santuario a la memoria del Gauchito Gil. Ante la negativa de la autoridad eclesiástica, alisté preventivamente a la brigada antimotines  integrada por el Cabo Cosme López y el Agente Mario Copenhague y los tres nos dirigimos a caballo al lugar de los hechos para realizar una inspección in situ.

Arribados al sitio del conflicto, inmediatamente pude advertir una divergencia entre lo atestiguado por el ciudadano Tamichino y el cuadro de situación actual, detalle que modificaba favorablemente la correlación de fuerzas en caso de un eventual enfrentamiento. Nos ubicamos a la distancia prudencial que indica el Protocolo de Acción Policial (PAP) para este tipo de procedimientos, me apeé y dejé el arma reglamentaria en custodia de mi subordinado de mayor rango para que no pueda ser juzgada mi actitud como intimidatoria, ni agresiva, ni provocadora por los sospechosos, según indica el PAP.

Ipso facto me acerqué a su emplazamiento, confirmando lo percibido en el primer vistazo: no se trataban de cuatro (4) masculinos, sino de tres (3). Usando el lenguaje coloquial que indica el PAP, para evitar poner nerviosos a los increpados, tomé contacto comunicacional oral con uno de ellos, el único que se encontraba despierto y sentado en la banquina tomando mate dulce, ya que los otros dos dormían en posición de cúbito dorsal sobre el camino, protegiéndose de la intemperie con uno de los pasacalles que relacionara Tamichino.

Invitado a identificarse, indicar ocupación y preguntado el ciudadano sobre el propósito de su actitud, dijo llamarse Juan Alberto Velasichini, oriundo de la localidad de Lomas del Tala. Indicó asimismo, mostrando su pechera blanca con letras azules, su pertenencia a la CCC (Corriente Cansina y Curativa), y que los restantes integrantes del grupo eran Jerónimo Aspavento y Luciano Milocchi, ambos integrantes del MANSOTroska (Movimiento Auténticamente Neo Socialista de Orientación Troskista), integrante de la 3era Escisión de la IV Internacional. Que al igual que Arturo Morelli, a quien retirara del lugar su Sra. madre hace instantes, perteneciente al S-PT (otra facción), eran estudiantes de la carrera de Filosofía Materialista Dialéctica y Letras Góticas en el aula satelital que funciona en el CIC de Lomas del Tala. Indicó que su propósito era el de hacer sentir el clamor de la clase obrera expoliada por Rodrigazo en Cuotas y el Ajustazo que pergeña la dictadura K, logrando que el Paro Nacional no sea un paro dominguero sino una herramienta para que se imponga consciencia de clase a los trabajadores y así unirlos con los proletarios egipcios y ucranianos que ponen en crisis las contradicciones del sistema capitalista. Me pidió también que tenga a bien mencionar en mi informe que apoyan a la lucha del pueblo boliviano por la salida al mar, sin que ello implique adherir al populismo reformista de Evo Morales, agente del imperialismo.    

Invitado a deponer su actitud obstruccionista del tránsito y explicado que implicaba un riesgo para su propia persona y los restantes transeúntes, como así la presunta infracción de disposiciones legales del tránsito y ordenanzas municipales en vigencia, explicó en su descargo que las altas consignas que defiende en su lucha no pueden ser limitadas por normas de la legislación burguesa ideadas para esclavizar a las masas, diluir su consciencia y expoliar a los trabajadores, perpetuando un esquema de injusticia capitalista.  

En vista a que resultaba claro que el sujeto estaba convencido de persistir en su actitud desacatada, y de que los otros dos se despertaron y que, mientras uno con un megáfono cantaba canciones injuriantes y me gritaba “¡fuera cerdo fascista, abajo la provocación estalinista!” el otro le arrojaba panfletos a mis subordinados, decidí retornar junto a la tropa expectante. Ordené entonces al Cabo Cosme López retornar al trote a la Subcomisaría y volver con el patrullero y refuerzos suficientes, sin que ello implique dejar desguarnecida la Delegación.  

Con una demora sensible, a las 1158 retornó de su comisión mi subalterno acompañado por el Agente Milcíades Peñalba, conduciendo el patrullero. En su parte me informó que, a pesar que en el pueblo la actividad civil y comercial era absolutamente normal, ya estaban en conocimiento del incidente del piquete y le manifestaron su preocupación tres vecinos que debían dirigirse a trabajar a Lomas del Tala a tomar el turno de las 1400 en la fábrica de alimentos para gatos y Benito Moscosso, el almacenero, que esperaba la llegada del camión del distribuidor a las 1600. La preocupación de este último radicaba, principalmente, en que si no se verificaba la visita, el pueblo podría sufrir el desabastecimiento de harina, tabaco, durazno al natural y dulce de batata casi inmediatamente, dado lo reducido de su stock.

Atento a las novedades, puse en inmediata ejecución el procedimiento que para estas situaciones de crisis dispone el PAP, con las adaptaciones del caso habida cuenta de lo reducido de la dotación. Dimos los dos llamados de atención e intimaciones a despejar la arteria, haciendo caso omiso a las mismas los implicados. Sí pudimos advertir que inmediatamente, al primer aviso, se declararon los desacatados en estado de asamblea y movilización permanente, notándose fuertes y agrias desavenencias entre los mismos. Antes de que iniciáramos las maniobras de despeje, y sin someter moción alguna a votación, el sujeto que se identificara como integrante de la CCC y uno de los pertenecientes al MANSOTroska, la emprendieron a golpes de puños y con la caña que sostenían una de las banderas contra el otro integrante del MANSOTroska. En ese instante el operativo diseñado en primer instancia se desvirtuó, ya que abandonamos nuestro original propósito y debimos acudir a proteger la integridad física del que se hallaba en minoría.

He de reconocer que aprovechamos furtivamente la ocasión presentada, y vimos facilitada nuestra tarea de impedir que se siga perpetrando el corte del camino vecinal con menores dificultades a las previstas, logrando la detención de los tres infractores sin sufrir bajas ni contusiones de nuestro lado.

Pusimos inmediatamente a los tres a disposición del Juez competente quien les imputó lesiones recíprocas en riña, incautando las banderas, las cañas, el pasacalles, el megáfono y el redoblante. A su vez, intervino el Juez de faltas local quien pretende multarlos por obstrucción del tránsito en violación a la ordenanza local sobre la materia. De nuestra parte, le hemos impuesto dos días de arresto por desacato y alteración del orden público. El intendente de Lomas del Tala (tío del cuarto implicado) ha intercedido ante la superioridad, para que no imputemos los mismos cargos, pero en grado de tentativa, a Arturo Morelli.

Creo que este relato de los hechos que formulo en mi descargo, ha de ser suficiente para evacuar cualquier duda de la superioridad que haya sido inspirada en las maliciosas especies esparcidas por la prensa capitalina. Tampoco es cierto, como afirmó el periodista, que se mantenga retenidos a los mencionados en razón de pretender aplicárseles, a modo ejemplificador o para desalentar la protesta social, la Ley Antiterrorista, sí en cambio reconozco que seguimos estudiando la posibilidad de aplicarles la Ley de Vagos, a menos que se apersonen sus padres a acreditar su condición de alumnos regulares que invocan, u otra actividad honesta, tal como se les ha requerido.

La confusión diseminada sobre los hechos ha sido de tal magnitud que, incluso en respaldo a lo reseñado por este agente del orden, mientras que la Conducción Provincial del Partido MANSOTroska ha emitido un comunicado repudiando el accionar policial, el Comité Central local del mismo partido analiza la posibilidad de expulsar de sus filas al agredido por no acatar la decisión de ‘retirarse estratégicamente hasta que estén dadas las condiciones subjetivas y materiales de iniciar la resistencia al régimen y encaminarse hacia la revolución permanente’ adoptada en la asamblea por mayoría especial de 2 votos contra 1.

Creo no tener nada más que informar a la superioridad.
Saludo a Uds. atte.

Subcomisario Elias Scheff
Paraje de Tapera de Elortondo.”  





martes, 8 de abril de 2014

Disparate probable.



- ¡Me robaron el Nokia 1100! - gritó desesperada la chica que llevaba la mochila adelante. 

- Al ladrón! Al ladrón! - arengaban vecinos indignados mientras agarraban patas de mesas de los bares, rompían vidrieras para improvisar facas y arrancaban cables de las luminarias y adoquines de las calles para confeccionar boleadoras, emprendiendo la despiadada persecución. 








Lo alcanzaron un par de cuadras más adelante, de rodillas pretendió entregar el Nokia 1100, pero el primer palazo lo destrozó, al igual que a la mano extendida. y todos se abalanzaron sobre él...


En ese instante se interpone, entre la turba enardecida y esa pulpa informe a la que había sido reducida el delincuente, Kevin Johansen. Con su voz intenta tranquilizar a las fieras entonando dulcemente "Anoche soñé contigo"´, siendo interrumpido al grito de "defiende al delincuente, démosle a ese también", comenzando la lluvia de adoquines y palazos.

En torno a los linchadores, se había concentrado una masa humana  numerosa y estupefacta... que se sensibilizó hasta las lágrimas al ver que el cantante expiraba... 

- ¡Hijos de puta! ¡mataron a Kevin! - reaccionó un gordo con gorrita de lana, que hasta entonces parecía dibujado.

- ¡El que mata tiene que morir! - gritó histérica una rubia teñida y ataviada con un ceñidísimo animal-print, hincando reiterada y enconadamente, la punta de su paraguas en el ojo de uno de los linchadores vocacionales...

El resto... ya se sabe.



De "Los valores inescrutables en la ciudad de las sensaciones" 
por Rucio Sancho (refutador de sandeces)