sábado, 17 de diciembre de 2011

Como los gatos...

Quien considera que el Estado expresa en sus políticas la síntesis de la correlación de fuerzas existentes en la sociedad, entiende a esas políticas como fluctuantes y dinámicas por definición, sin perjuicio de entender también que esas políticas pueden consistir en pretender modificar las correlaciones de fuerza.
Ejemplo: gustaba decir Néstor que asumió con más desocupados que votos. Claramente la fuerza representada por el movimiento obrero organizado se encontraba en una situación de debilidad profunda, producto de la aplicación de años de práctica neoliberal que privilegió el capital (fundamentalmente especulativo financiero),  y jaqueada por un ejército de desocupados, marginados y excluidos que anhelaban su ingreso al “mercado laboral”, sin más aspiraciones que cubrir sus necesidades básicas.  Néstor apostó a la reactivación productiva, impulsó mediante sucesivos decretos el aumento de salario mínimo vital y móvil y mantuvo la presión sobre el sector patronal sosteniendo las indemnizaciones especiales por despido que preveía la ley de emergencia económica. Sólo cuando empezaron a visualizarse las consecuencias de esas políticas traducidas en aumento de empleo y fortalecimiento de los sindicatos, habilitó el debate tripartito del SMVM y las paritarias, y sólo cuando el desempleo perforó el 10% de la población económicamente activa y demandante, promovió la derogación de las indemnizaciones especiales.

Paralelamente, fortaleció al Ministerio de Trabajo en su función de policía de las condiciones de trabajo, y después, se salió abiertamente junto a la AFIP, a pelear contra el empleo en negro, contra el trabajo infantil, contra la trata laboral, contra las formas de abuso patronal y discriminación tanto laboral como sindical. 

Evidentemente la lógica no fue habilitar inmediatamente el debate libre entre las grandes corporaciones patronales y los debilitados sindicatos, lo que hubiese significado considerar en condiciones de igualdad al zorro y a las gallinas. Fue viabilizar la recuperación del poder sindical como paso previo a la negociación libre. Néstor modificó la correlación de fuerzas existentes y esa es una de las razones por las cuales Hugo Moyano puede realizar despliegues como el de ayer (a Hugo no se le olvida mencionarlo).

Consecuencia de esa alteración de las condiciones es estar pisando el 50/50 en la distribución del ingreso nacional. Pero la reacción empresarial a los que muchos de ellos consideran prácticamente un despojo, ha sido reapropiarse de la ganancia llevando la puja redistributiva al terreno del aumento de precios de los bienes de consumo, desvalorizando el poder adquisitivo del salario, provocando nuevos reclamos por mejoras salariales y atentando, incluso, contra su propia ventaja comparativa y competitividad en los mercados internacionales.

En este contexto hay que interpretar el discurso de ayer de Hugo Moyano, el titular de la CGT sabe que tendrá que salir a recomponer el poder adquisitivo de los salarios frente a la patronal, e incluso lograr una mejora en términos absolutos de poder de compra en relación a la anterior negociación. Y saca chapa (justificada) por cuanto así como fue beneficiado por las políticas del gobierno kirchnerista, también supo, en retribución, poner el lomo para bancar los tiempos duros (épocas en que la mentalidad especulativa cortoplacista de muchos dirigentes peronistas y progresistas los condujo a acurrucarse bajo la cama, o peor, a pararse decididamente en la vereda de enfrente).

Sí que es fácil ser oficialista con el 54% de los votos, no es tan fácil estar dentro de ese espacio mayoritario y atreverse a cuestionar y a exigir reivindicaciones sectoriales aprovechando el amplio triunfo de Cristina. Es muy fácil también aparaguarse en el poder conferido democráticamente a la conductora y fustigar al rebelde, no lo es en cambio para la conductora de todos los argentinos equilibrar intereses contrapuestos (de los empresarios y de los trabajadores, y también de los trabajadores y el propio Estado como lo explicitó Moyano respecto a la deuda con las Obras Sociales, o con el mínimo del Impuesto a las Ganancias) mientras se pretende consolidar un modelo de crecimiento con inclusión social en medio de la exasperante crisis mundial.


En realidad no me preocupa un tantito así  lo que puedan especular o decir los editorialistas de los monopolios de prensa, soy consciente de que se haga lo que se haga siempre será criticado o interpretado de la manera más desfavorable posible a nuestro gobierno. Dejémoslo que sueñen despierotos con horrorosas desaveniencias. Mucho menos las elucubraciones de la desinflada oposición política, ávida de algunos segundos de aire; ni los oportunistas celesteblanquistas que se babean por ocupar una silla (aunque mas no sea un banquito de tambero)  en la antesala del salón donde Moyano reúne a sus generales. No se hagan los otarios, saben que, como los gatos, podrá parecer que estamos peleando, pero nos estamos reproduciendo.

Si temo por nosotros mismos, que no sepamos interpretar la compleja realidad de un movimiento diverso, polifacético y pluralista, que se desarrolla en medio de contradicciones, con mucho de esperanzadores avances, pero también con errores y tropiezos, y terminemos viendo como enemigos o traidores a los que plantean matices, critican y reclaman por lo que todavía falta. Apuesto a la inteligencia de Moyano, quien tiene sobradamente ganado el derecho a tensar a favor de su sector, pero sabe que sólo este modelo nacional y popular (y su continuidad) está en condiciones de satisfacer las necesidades de sus representados. Apuesto a la inteligencia de Cristina (y de quienes la acompañan en la cúspide de la administración del gobierno), porque es una militante política, porque sabe de tensiones y definiciones, porque es conocedora y consciente de la historia del movimiento nacional y es capaz de articular su futuro.

Y no jodamos con “las formas”, no entre nosotros… la queja es hacia adentro, y adentro tiene que estar la respuesta. 

Si alguna duda queda, vean los tuits del Facundo (robados al Cro. Adan de Ucea)

6 comentarios:

profquesada dijo...

100% de acuerdo Rucio nada que agregar a lo que decís con absoluta claridad. Lo único que me parece que hay que considerar son las características personales de uno y otra que hacen más difícil el diálogo personal pero bueno para eso están los ministros.

Pibe Peronista dijo...

Sí señor, como los gatos. Ya veremos cómo se van acomodando los melones!

Abrazo peruca

Daniel dijo...

Todo bien. Ahora yo pregunto:
-Cómo les parece que le cayó esto a Cristina?
Cosa que me preocupa más que nada porque yo voté a Cristina.
Y digo; si se tiene -como se declama- confianza en una dirección, es necesario moverse de esta manera?
Y no hablo de "formas", como bien apuntás. Sino de contenidos, que los hay de sobra barajándose en este entuerto. Muchos de los cuales perdón, pero me patearon el hígado.

Ricardo dijo...

Excelente nota, Rucio.
Buenísima la perspectiva respecto al equilibrio de poder.
Hay una cuestión más respecto a ese punto, y es que el equilibrio que parieron los noventas hacia el interior del peronismo dejó a los territoriales (que debían bancar la escasez desde las intendencias y gobernaciones) en situación de ventaja respecto a los sindicalistas. Moyano intentó terciar en la interna de la PBA y prácticamente los territoriales lo anularon. Desde eso es también que dispara, me parece.

Un abrazo.

Mabel dijo...

A mi me mando Ricardo .Esta nota me ilumino .Bien
Ahora la luz se hace pregunta ¿Le será mas fácil negociar a Cristina con los empresarios usando esta"defensa encendida de Moyano""como cuco ?'
Yo creo q si Nos sirve a los trabajadores q Moyano se haga el enojado pero siga siendo k y logre un aumento y le sirve a CFK para pedirle a los empresarios q no se quieran ganar tanto .Todos ganamos creo ..vamos a ver

Adán De Ucea Queralt dijo...

Impecable lectura, Rucio. Voy a enlazarlo a mi post de ayer que arranco con el Cobos de Capitanich (según Radio Mitre) y derivó en el Moyano es Cobos (según algunos Hijos de la 125).
Gracias y abrazo.