El lenguaje geométríco en que se ha planteado la pregunta, obliga a elaborar conclusiones pitagóricas e invita a reflexiones no menos que euclidianas.
La primera hipótesis, es que se trata de un corto segmento, que habita el vértice superior de la pirámide social. Su área de influencia incluye, entre otros, a los acólitos del triángulo negro sobre una superficie amarilla y a los seguidores del óvalo rojiblanco, a los cultores de la ecuación "+a = -K", al que dice que "suma+" y a los que simplemente "unen", porque es aritméticamente imposible sumar árboles secos con chanchos bayos. Sólo ven a la sociedad como un minuendo en el cual aplicar una sustracción, para obtener, aunque sea, un mínimo resto que los respalde.
Como podemos ver, bajo su cono de sombra, se encuentran figuras que carecen de volumen y masa considerables, que no están a la altura de las circunstancias. Más que multiplicar, dividen, porque siempre derrapan en las curvas electorales. Nunca fueron capaces de hallar la raíz de la cuestión, en cierta forma, también son víctimas de una operación cuyo resultado elevaría a la enésima potencia el problema, transformando a la democracia en un conjunto vacío de sentido popular.
Afortunadamente, el vector objeto de análisis, cree que somos unos negros cuadrados. Nos quieren tomar de punto, como si fuésemos incapaces de elaborar la fórmula que nos permita despejar la incógnita. Se equivocan porque nos miran desde un plano de superioridad.
Observándolos desde el ángulo correcto, podemos divisar nítidamente que sus cuerpos se ubican en el espacio de los desestabilizadores. Quieren que la popularidad de Cristina caiga como un cilindro por un plano inclinado.
Son los que quieren que el gobierno responda únicamente a los intereses de las altas esferas de poder económico, sabiendo que de hacerlo, su centro de gravedad caerá fuera de su base de sustentabilidad.
Ellos son los que siempre transmitieron que entender la economía es más difícil que armar el cubo de Rubick, y cuando les pedís que expliciten el modelo de país que quieren, se escapan por la tangente. Eso sí, nunca dejan de estar prendidos del seno del Estado.
Son los cuadros del neoliberalismo, cuyos axiomas (que como tal no necesitan demostración) condujeron a la paradoja de sacar de escuadra las finanzas argentinas, por no mover su lógica de los ejes cartesianos instalados como paradigmas de los`90. Pretenden demostrar las propiedades conmutativas y distributivas de una sustracción que sólo arrojó resultados negativos a los factores de la economía.
Son los que hacen fortunas con el dolar paralelo, y triangulan sus ganancias para evadir. Son los que logran apartar a los jueces de la línea de la recta justicia.
Pero también están acompañados por otros exponentes que potencian sus elucubraciones: los agudos cagatintas, que nos quieren confundir con sus obtusos comentarios. Nos cuentan que son un elemento neutro, cuando en realidad son opuestos. Como, si no supiéramos que en varias oportunidades nos metieron como blanco en los polígonos de tiro de las dictaduras.
No es para gritar "¡Eureka!" como Arquímides, porque no hallamos la cuadratura de la circunsferencia cuando afirmamos que, en definitiva, los integrantes del Círculo Rojo son los mismos elementos que siempre quieren rompernos el anillo de cuero. (L.Q.Q.D.)
3 comentarios:
¿Estás sugiriendo que son el límite tendiendo a cero de los derechos del pueblo?
Excelente!!
Según se observa, está bien afilado en matemáticas.
Como dijera Raúl Scalabrini Ortiz:
"Las cuestiones de economía son muy sencillas. Para comprenderlas sólo hay que saber sumar y restar. Si usted no las entiende, pida que se las expliquen otra vez. Si a la tercera sigue sin entenderlas, es que lo están robando."
Muy bueno el texto!
Está pa' un 9 o 10 ;)
Abrazo.
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