Truman
Burbank es, básicamente, un esclavo de las apariencias. Todo lo que vive,
siente o comparte socialmente, está cuidadosamente prediseñado desde antes que
naciera. Truman es el protagonista de un Show que otros pensaron, que otros
explotan. Truman, en su pequeñez ignorante es una gallina de los huevos de oro.
Pero, al igual que todos nosotros, Truman cree en su feliz libertad.
Un
día, alguna inconsistencia pone en vilo las seguridades de Truman. Truman duda,
y emprende un camino arriesgado y tormentoso por un mar de preguntas. Llega
hasta la pared pintada que es el límite de un inmenso domo de la ficción más
depurada y (hasta entonces) convincente. Asciende decidido una escalera hasta
una pequeña puerta, la abre y la trasciende. Truman se libera.
El
confín de la ficción nunca estuvo diseñado para que Truman accediera a el, simplemente fue una limitación necesaria
para los artífices del show. Ellos sí eran conscientes de su existencia, por
eso resulta extraño pensar que alguna vez pudieran aludir a ella, aunque sea
elípticamente, a riesgo de que Truman siquiera lo sospechara. Evidentemente,
todos los fabricantes de ficción son conscientes de que hay límites, pero
algunos no son tan perspicaces, o son tan temerarios que osan rozar su
reconocimiento.
Clarín
parece haber dado ese paso en falso. Sabe que Truman ya ha abordado el velero,
y desató las tormentas disuasorias (no pretende hundir al protagonista, sino
hacerlo volver a la costa de la mentira). Parece decir respecto a su producto (como
Marlon promocionando el show) “Todo es
verdad, todo es real. Nada es falso, nada de lo que ven en este show es falso… todo está controlado”, como si
alguna sinonimia pudiera ser arriesgada entre las ideas de “lo real” y “lo controlado”.
Durante
estos últimos días, en dos oportunidades el barquito de Truman pudo (con un
mínimo de persistente voluntad, o de curiosa actitud), chocar el confín de la falsa
verdad relatada por Clarín, sin necesidad de otra cosa que consultar la propia
fuente alegada en respaldo de su relato.
El
jueves 14 nos sacude la noticia: "Argentina
se ha convertido en el país con más robos de América Latina, superando incluso
a territorios donde esos delitos eran un flagelo como México y Brasil. Así se
destaca en el informe sobre Seguridad ciudadana con rostro humano, que acaba de
publicar el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), según
constató Clarín” (en “Informe de la ONU: Argentina es el
país con más robos de América Latina. Por Natasha Niebieskikwiat).
En
el mezquinamente breve informe (que pretende condensar sesgadamente en menos de
media columna las 285 páginas de “Seguridad Ciudadana con rostro humano: diagnóstico
y propuestas para América Latina”, desde esta página se puede bajar el informe
completo que no me deja mentir) se consiga: “Para el caso de los robos, por cada 100.000 habitantes, en Argentina
se cometen 973 delitos, en México 688 robos y en tercer lugar Brasil, 572. El
informe del PNUD alerta que seis de cada 10 de los robos se
cometen con violencia”. Las
págs. 57 y sgtes. del Informe, no dice exactamente eso. Por un lado registran
una pequeña baja respecto al parámetro anterior (2005: 980, 2011:973,3), por
otro la tasa no registra los hechos de robo, sino sólo los hechos denunciados, reconociendo el informe que hay
una “Cifra Oculta” que intenta descubrirse mediante la “Tasa de Victimización”,
que incluye (mediante encuestas) a aquellos delitos contra la propiedad que no
se denuncian. Si tomamos este parámetro (que pretende medir la cantidad real de
hechos, y no sólo los denunciados, llegamos a varias conclusiones que Clarín
sería incapaz de reconocer: 1) Que Argentina sea el país de Latinoamérica en que
más denuncia este tipo de delitos implica que existe (en términos comparativos
con el resto de los países) mayor “confianza
en la capacidad de respuesta de las instituciones”, sorprendente, pero es
así. 2) Si nos atenemos a los “Hechos emergentes de las tasas de victimización”
(17,93%), el resultado desmiente categóricamente el aserto de Clarin. En la
bucólica Uruguay, por ejemplo, se registran mayor porcentajes de robos que en Argentina,
sólo que se denuncian menos. 3) Otro de
los mitos que se caen es el “te matan para sacarte el celular”. Sin perjuicio
de que algunos hechos de esas características existan, y de que casi en el 80% de los casos los delincuentes porten
armas, en sólo el 12,1% se registran hechos de violencia concretos que se
traducen en heridos (la mitad que en la pacífica Chile). 4) También se registra
la verdad tantas veces desmentida mediáticamente. Argentina se mantiene en la
categoría de “Baja” respecto a la tasa de homicidios dolosos, en el trinomio
superior, equivalente a la de Uruguay y sólo superada por Chile (aunque la
última información tenida en cuenta es la de 2008, los registros –dispersos es
cierto por cuanto el Min. de Justicia, Seg. y DDHH desde entonces no publica
síntesis en su página- se mantienen por debajo de los 6/100.000 hab.). No es para tirar cuetes, pero...
Otro dato que no registra Clarín, y que le concierne
directamente, es la fuerte crítica que el informe efectúa a la tergiversación
de datos, su utilización política (a favor de ineficaces propuestas de “mano
dura” –que cuenta con un 30,5% de apoyo la Argentina- o de endurecimiento de
penas –idem 84,7%-), y a la generación de percepciones erróneas que dificultan la
comprensión y el correcto abordaje de la cuestión. Atribuye estas
circunstancias distorsiva a una multiplicidad de factores y agentes, pero
encabeza la lista con “Los medios de
comunicación. La cobertura noticiosa acerca del delito, marcada por el uso de
descripciones, imágenes y relatos, inciden en las percepciones de inseguridad.
Si bien lo expuesto en los medios generalmente se refiere a un hecho
específico, plantea la probabilidad de ocurrencia para cualquiera que se
exponga a situaciones similares. La difusión mediática de un hecho real puede
llegar a generar alarmas que superen a la misma realidad”. El “ruido
mediático” se complementa, según el informe, sépanlo, con “La caja de resonancia de la clase media. En la medida en que América
Latina ha crecido y que nuevos sectores se han incorporado a la clase media,
éstos tienden a verse más afectados por los robos y con más frecuencia son
víctimas de secuestro “exprés” y otros delitos patrimoniales. La repercusión
mediática gana más fuerza en comparación con delitos cometidos en zonas
marginales. El fenómeno de secuestro y robos a personas de altos ingresos
amplía este fenómeno, con casos emblemáticos de gran impacto social.”
La conclusión, creo que la finalidad de la distorsión,
se expresa en “La desconfianza
interpersonal y en las instituciones. Aunque no parecen generar efectos tan
inmediatos de alarma como las fuentes anteriores, sí ayudan a profundizar los
sentimientos de temor. La desconfianza se arraiga en los individuos que
perciben bajos niveles de efectividad en la reducción del delito y bajo desempeño
en instituciones encargadas de su manejo —policía, organismos judiciales o
gobernantes locales—. A la vez, la desconfianza interpersonal, percibida como
bajos niveles de efectividad comunitaria e integración social, generan sentimientos
crecientes de amenaza e inseguridad.” En otras palabras, se genera (con el
pretexto de la preocupación por la seguridad) la desconfianza en el sistema
democrático, se mella el apoyo los gobernantes y se promueve la desintegración
social y comunitaria. Ahí está, la pared de Truman frente a tus narices.
El otro hecho tiene un contenido mucho más grotesco,
evidentemente dirigido a exacerbar los sentimientos contradictorios que genera
la farándula… es más obvia la referencia a Truman (el hombre de la vida
televisada), tan obvia que ni siquiera merecía ser explicitada. La operación
tenía por objeto agitar las conciencias de los mismos que hasta hace poco se quejaban
por la excesiva exposición presidencial y caceroleaban contra de la Cadena
Nacional, para sin solución de continuidad reclamar por lo que consideraban era
la muy escasa información respecto a la salud presidencial. Un amasijo de
sujetos influenciables y de indignación fácil, núcleos intelectualmente vulnerables
y bastante homogeneizados, integrado tanto por ex K prototroskoides como por señoras
gordas con ruleros.
La
megaartillería mediática descerrajó un titular impiadoso: “50 millones de pesos
para filmar a Cristina las 24 horas. El Gobierno lanzó una millonaria
licitación para contratar un equipo de comunicación que la siga todo el día con
cámaras HD”. Cristina omniprescente en la pantalla. Cristina trumanburbankizada,
ozzyosbournizada y granhermanizada. Un escándalo: “se especifica que todo el personal técnico y operativo, esté
disponible los siete días de la semana las 24 horas". Y menciona la fuente de la infamante especie, donde sus autores se regodean con el post perversamente intitulado: "CFK Truman Show: “Un ejército audiovisual se
prepara para registrar el regreso de Cristina”.
Si
nos ahorramos las apreciaciones subjetivas y la capciosidad desmesurada de las intenciones,
podemos poner nuestra atención en una licitación pública (Licitación Pública
24/2013, expediente 0006302/2013 correspondientemente publicada en el B.O.),
que los propios autores se preocupan en difundir.
Como
podemos ver, no se trata de otra cosa que la renovación (en legal forma) de una
actividad que ya se venía desarrollando, que nada tiene que ver con una
persecución las 24 horas del día de la figura presidencial, sino en la mera
compilación, edición y difusión de sus actividades oficiales, cumpliendo con el
precepto constitucional y republicano de dar a conocimiento público (publicidad)
los actos de gobierno. Ni siquiera excluyente de la figura de Cristina, sino de
la Presidencia y los Ministerios.
No
lo digo yo, está en el pliego de licitación. La única referencia a las 24
horas, todos los días, que contiene el contrato, es la pretensión de que el
contratista cuente con disponibilidad permanente, ya que, obviamente, resulta
imposible predecir con demasiada antelación las actividades a las que deberán
darle cobertura. Así de simple.
Despójate
ya del batón, las chancletas y los ruleros ¡oh, Truman opositor! Ni siquiera es necesario atreverse
a navegar las aguas del mar de Google, ahora estás en la base de la escalera, a sólo un click de
desbaratar la cacofonía clarinera que obstruye tu sinapsis. Tu puedes... no lo dudes, renuncia ya a la ortopedia intelectual clarinera.
4 comentarios:
Ojalá fuera tan fácil. Pero nuestros pequeños truman con indignación programada ni siquiera pasan de los titulares web que tanto los indignan. Al parecer el hacer click y leer la noticia entera ya los cansa.
EL TEXTO NO ES MIO, PERO ACOMPAÑA EL COMENTARIO ANTERIOR:
"Hoy, después de una charla con un amigo, me cayó la ficha y se me ocurrió contestarle esto a mi amigo feisbuquiano, el Dr. Scholl: “No quiero ser pesimista, queridísimo Dr. Scholl, pero de repente me pregunté si eso que Vd. escribió: "Ojalá recupere la razonabilidad un sector de la población hoy preso de un odio irracional hacia todo lo que tenga que ver con el gobierno” no será un exceso de bonhomía. Porque tal vez se trate de un sector en el que jamás existió la razonabilidad (“Viva el cáncer”, “Maten a la yegua”, etc…) y por lo tanto, sería imposible que eso suceda, porque nadie es capaz de recuperar algo que jamás poseyó. Una vez más no quiero ser pesimista, amigo Scholl, pero no parecería ser esperable semejante transformación. (Ya están convocando a un nuevo cacerolazo) Así que tamaña expectativa podría ser más compatible con un pensamiento mágico o, mejor dicho, con eso a lo que llaman "milagro”. De todas maneras sigo pensando que al odio hay que responder con el amor, en los hechos. En los hechos nomás. Y por dentro no dejar de mandar bien a-la-puta-madre-que-los-re-mil-parió a esa manga de descerebrados! Le mando un gran abrazo!” HORACIO FONTOVA" ABRAZO BURRERO...
La verdad es que esta nota no tiene ni pies ni cabeza. Un mandril con epilepsia la hubiese escrito mejor
Probablemente, así será. Ud. debe tener contactos fluidos con simios mucho más frecuentemente que yo, Ano, y debe estar habituado a su escritura. Ultimamente salgo tan poco.
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