lunes, 8 de agosto de 2011

SPOTS DE CAMPAÑA – entre la miserabilidad y la interpelación lastimera.

Como todos sabemos, la reforma a la ley electoral puso en pie de igualdad a todas las fuerzas políticas a la hora de comunicar a los votantes su propuesta a través de la radio y la televisión, corriendo por cuenta del Estado la contratación de los espacios de difusión. Un logro comunicacional inconmensurable para aquellos sectores que no cuentan con el aval de fuertes estructuras partidarias, ni con el apoyo de grupos económicos, ya que el segundo radiotelevisivo cotiza a precio de oro en estas épocas.

Sin embargo, no parece ser sabiamente aprovechada la oportunidad, ya que los spots de propaganda confeccionados, muchas veces se acercan peligrosamente al abismo del grotesco, cuando no optan por transitar la senda del ridículo. Evidentemente, el discurso de campaña, la formulación de propuestas, ha cedido indignamente terreno al criterio de propaganda mercantil. Ya a pocos parece importarle que el conocimiento informado es la base de la responsabilidad del ciudadano que emite su voto y es el instrumento más fértil de la consolidación de la democracia, puesto que genera un contrato de confianza entre el representado y el representante.

Alfonsín: cartelería de Entre Ríos hace 3 meses y de Tucumán ahora.
Transcurre la campaña y aún no encuentra la expresión corporal adecuada.
De una recia distancia a tomarse de las manitas con pícaro brillo en los ojos.

Mientras que desde el oficialismo se apela a los logros alcanzados por su gestión, en la oposición triunfa, lastimosamente, el apotegma duranbarbista de apuntar al corazón (cursilería amorosa o sensiblera) en vez de a la razón Se llama a los ciudadanos a pasear con sus changuitos entre las góndolas comiciales buscando el producto que “mejor blanquea tu ropa”, aunque no tengan ni una sola prenda alba en su ropero, sin importarle su costo, ni que los componentes de su fórmula sean aptos para el cometido promocionado.

La campaña mediática de Raúl Alfonsín es pletórica en apelaciones absurdas, aquí por ejemplo nos conmina a ser seguros y modernos como el ícono neoliberal Chile (un país que sufre la privatización y el arancelamiento de la educación, que ha resignado el incentivo de la salud pública, que no ha encontrado el norte en el tratamiento judicial e histórico de la dictadura pinochetista, que renunció a la legislación protectoria del trabajo, que sigue mercantilizando la seguridad social y que, en consecuencia, está cruzado de conflictos con los estudiantes, con los obreros, con los organismos de DDHH y con los usuarios de servicios) y, haciendo alarde de ignorancia, nos muestra una vista argentina de las cataratas aludiendo a Brasil, y nos grafica el ejemplo de producción y trabajo en dos jornaleros recolectores de tomates, con un campo de soja de fondo.

Podría contentarme con acusar al publicista de ridículo, si no hubiese mostrado también su lado hipócrita (que le pregunten a Alfonsín sobre inflación, justo a él, quien pretende ser heredero del presidente y representante del partido que han demostrado más explícitamente su incapacidad de controlar brotes hiperinflacionarios llevando dos veces en los últimos 30 años el país al caos) y su lado, lisa y llanamente, de indignante hijaputez, utilizando la trágica historia del asesinato de Matias Berardi, quien pidiera auxilio y sólo encontró puertas cerradas, producto de la plaga de sensación de inseguridad que los mismos medios que patrocinan al candidato, han sabido propagar en la sociedad.

De cómo mejorar la productividad, superar la inseguridad, combatir la inflación, por supuesto, ni noticias, lo que transforma su prédica en un sinsentido político, una apelación al imaginario popular (real o fictamente instalado) al que se priva de toda respuesta consistente: ¿Cómo combatirá la inflación Ricardo Alfonsín? ¿Desacelerando el crecimiento y enfriando los mercados? ¿Convenciendo a los empresarios de que aumenten la producción y achiquen los márgenes de ganancia por producto individual? ¿Quitando liquidez al mercado interno, reduciendo o congelando salarios y jubilaciones? ¿Aumentando los impuestos al consumo? ¿Liberando la importación? ¿Aumentando las retenciones a los productos agroexportables? ¿Imponiendo restricciones aduaneras para la exportación que obliguen a volcar al mercado interno mayor cantidad de productos y así aumentar la oferta?. No todo da lo mismo, explicite Ricardito…

En cambio, la izquierda trotskista ha recurrido a la conmiseración ciudadana, perdiendo el 50% de los valiosos minutos  que le otorga la Ley para expresarse gratuitamente ante una audiencia masiva, para denunciar que esa misma ley pretende proscribirlos y silenciarlos.

De arranque: duro rojinegro y típicas consignas combativas.
Tramo final: estética reformista, coiffeur, trajes y fotoshop;
listos para ir a tomar la Primera Comunión.

La dupla Altamira-Castillo, tampoco escapa a la seducción de la mecánica propagandística mercantilista. Si observamos spot por spot nos encontraremos que sus propuestas no califican dentro de la retórica revolucionaria-clasista-vanguardista de la que gustan jactarse y, por intermedio de la cual, sus seguidores y acólitos, bardean, desde todo foro a su alcance, al gobierno y sus militantes. Las consignas de aborto seguro, reivindicaciones salariales, críticas a las tercerizaciones laborales, reclamo por Julio Lopez, alguna mentirosa referencia a que “la plata de los jubilados se utiliza para pagar la deuda”, no diferencian su arenga de la de cualquier partido socialdemócrata europeo que la reme desde la oposición para obtener un humilde espacio en el parlamentarismo burgués.

Evidentemente en el 2011, han renunciado a incentivar la revolución permanente y han postergado la confrontación con el capitalismo, los monopolios y el imperialismo, guardándolos quizás para épocas en que logren su afán de ser proscriptos y, de ser  posible, perseguidos.

10 comentarios:

Luis Quijote dijo...

Buen trabajo.
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¡Que bajo se cayó!
¿Serán tan inorantez los ciudadanos para comprar estas publicidades?
Me temo que sí.
Sal U 2.

Daniel dijo...

Excelente.
El frente de izquierda se propuso dar lástima. Lo de Alfonsin / De Narváez da vergüenza ajena. Los Saa se hacen los campechanos con "El Alberto".
Nunca vi algo peor.
Los spot del FpV son un lujo al lado de estas porquerías.

Moscón dijo...

Falta que los convoque tinelli para un "votando por un sueño".

Anónimo dijo...

Alfonsito larga uno con 4 pibes vomitando al ver '678'. Y bueh, son las leyes del juego. Aguantar hasta el domingo que la vittoria e`nostra!!

Sujeto dijo...

Hola Rucio
Los spots que elige cada uno habla de ellos, pero a veces transmiten más de lo que quieren: la izquierda, en su llamado a la conmiseración pública, no hace otra cosa que confesar que no tiene el menor apoyo popular. Carrió, especialista en agresión bestial, apuesta al honestismo. Duhalde, gran armador de puebladas y saqueos, se ofrece como garantía del orden (de los cementerios)que él mismo se ocupa de destruir; y finalmente, el retoño de Alfonsín apela a todo golpe bajo posible, por la sencilla razón que no se le cae una idea.
Y justamente, si algo brilla por su ausencia en esta campaña, son las ideas.
Abrazo

roberto dijo...

Lamentable el pobre desempeño de los publicistas de campaña, seguramente
apelan a los desmemoriados; ¿seran la mayoría? ojalá me equivoque.

Un abrazo

Luis Quijote dijo...

Ehhh! Moscón, ¡no les dé ideas!

Si lo leen, hacen lo que usted dice o la "Gran Hermano Politibobos", Ja.

Espero que nos equivoquemos, roberto, pero...

Reinaldo dijo...

Este "blo" se va pa'rriba.

Lucía dijo...

Pensar que estos personajes pretenden gobernar. Gobernar què? Acaso conocen còmo se constituye la poblaciòn? Por lo que se aprecia, generalizan y no es asì, aquì como en todos los puntos del planeta, hay mucha diversificaciòn en el electorado, detalle que deberìan conocer al dedillo, ser perceptivos, reconocer a la gente y segmentar para elaborar una campaña seria como "se debe", pero no hacen nada de eso....
No sigo porque es muy tarde y estoy cansada, hoy ya me enojè mucho con el mundo...
Un abrazo.

Lucho S dijo...

Rucio, cómo va? Insisto con una idea semántica que debatimos en lo del pibe peronista.
El nombre de la fuerza política de Altamira: "Frente de Izquierda y de los Trabajadores", ¿es un un acto fallido o un acto de sinceridad?
¿Por qué esa letra Y griega ahi en el medio del título?, ¿por qué separar los conceptos de Izquierda y Trabajadores, siendo que ellos se adjudican para sí la representación del proletario?
Quiero creer que fue un furcio de Jorgito, que ya está medio ga-gá para estas cosas, pero si no lo fuere tal vez estemos ante un mea culpa histórico... la izquierda argentina se dio cuenta que no tienen un pedo que ver con los laburantes.