El récord político de De la Rua fue roto zcan-daló-zamente
y sin atenuantes. Fernandito tardó menos de dos años en dilapidar el fabuloso
capital social logrado por la expectativa que generó la Alianza en 1999.
La oposición político-mediática-empresaria, en 15 días de
esfuerzos esmerados y tezoneros, logró aniquilar cualquier proyección hacia el
2015 de lo que pretendía vender como un aplastante triunfo electoral.
No resultaba fácil disimular el hecho de que, hace 15
días, el FPV lograba mantener el quórum propio y (por ende) se constituía en
mayoría en ambas Cámaras del Congreso. De este modo, el gobierno conserva intacta
la iniciativa política en los próximos 2 años, factor de poder esencial para
lograr un tránsito institucionalmente tranquilo hacia la sucesión presidencial.
Un elemento del que no gozó en el bienio previo a la reelección de Cristina, a
pesar de lo que sobrellevó exitosamente el trance. El desafío, en cambio,
resultó insuperable para Alfonsín (pierde frente a la “Renovación Peronista” en
el ‘87), Menem (pierde frente a la Alianza en el ‘97) y De La Rua (pierde
frente a Clemente en el ‘01).
Mucho menos fácil era eludir en el análisis que, en el
plazo que transcurrió entre las PASO y las elecciones legislativas (un plazo
que debía ser útil para consolidar una derrota aún más contundente que resulte
un signo claro de la irreversibilidad de la “caída del régimen”, del inicio
definitivo de la tan anunciada transición y fin de ciclo), el oficialismo en
vez de decrecer en las preferencias del electorado, obtenía un millón y medio
de votos más, ampliando su porción de la torta de menos de un 29% a más del 33%.
Extraño síntoma para una decadencia.
A pesar de ello, en franca contradicción con las
matemáticas, las proyecciones, la estadística, la práctica y la ciencia
política, la historia reciente y el sentido común del menos avisado de los
analistas, el enorme poder de fuego de la artillería mediática intentaba
denodadamente tergiversar las lecturas posibles de un resultado puesto y, a la
vez, exacerbar las expectativas de Sergio Masa, un candidato que obtuvo el único
mérito de consagrarse como primera minoría en un solo distrito.
Los primeros traspiés en la estrategia que intentaba consagrar
un triunfo mediático cuando no se lo había logrado construir electoralmente,
provinieron desde flancos impensados. El resto, fue mérito propio.
Al primero lo propinó un despechado Mauricio Macri. Antes
de que termine el escrutinio (animado seguramente porque, por primera vez, había
logrado trascender decorosamente las fronteras porteñas consiguiendo que sus
anémicas bancadas sean engrosadas por representantes entrerrianos, pampeanos,
cordobeses y santafesinos, a los que se sumarían un par de días más tarde 3
bonaerenses tránsfugas de las líneas de “El Favorito”) lanza su candidatura
presidencial jurando que en su gabinete no admitiría la presencia de nadie que
hubiese ocupado cargos en el kirchnerismo. Aniquila de este modo la
construcción de una alianza de derechas que debe ser “conditio sine qua non”
para la reedición del noventismo, y condena a los aspirantes a la lucha por la
mútua fagocitación.
Tampoco es ajeno a esta realidad donde la diáspora se impone a la necesidad de unidad el progre-gre-sismo de cotillón (segunda fuerza en el acumulado). En la UCR el Coboalfonsinismo vela armas para confrontar con el eje Sanzmoralista, mientras afuera aguardan el Hermesbinnerismo y el Carriopinismo, sin que se sepa aún que papel jugarán el Dondituminismo, en Stobizermillmanismo y el D.
No pasaron 48 horas, y ahora fue la Suprema Corte de
Justicia la que resquebraja la avanzada de colonización intelectual, obligando
al rotundo cambio del eje de la discusión que tanto lamentaran Morales Solá,
Blanc, Lanatta y los restantes mercenarios del discurso mediáticamente hegemónico.
La declaración de Constitucionalidad de
la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual hizo volar la santabárbara de
quienes machacaban sobre la disociación de dos verdades: la correlación de
fuerzas manifiesta en las urnas y la construida recurriendo al método del
recorte, la dialéctica exageración-ninguneo y la materialización de ambiciones y
deseos.
Ambos acontecimientos sólo dejaron espacios para
destempladas reacciones, indudablemente articuladas, pero condenadas al fracaso
cuando no al papelón, que denotaron, por sobre todo, la escasez de recursos
innovadores.
En una semana, fracasaron el desembarco de “un grupo de
periodistas” en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la embestida de
los legisladores nacionales PRO intentando la suspensión de la ejecución de la
sentencia de la Corte, los “Operativos Victimización” encargados a Magdalena
Ruiz Guiñazú (supuesta perseguida por la AFIP) y Alfredo Leuco (supuestamente
asaltado por “motochorros seleccionados por el kirchnerismo”), todos
movimientos que invitaron a la risa desenfadada más que a la solidaridad, el
análisis o la comprensión.
Si no fuera por la señera reprimenda y convocatoria a la
rebelión lanzada en su show dominical por el almirante de la armada clarinesca
y Pope de la comunicación polichinelística (amparado en el lastimero relato de su próximo trasplante), estas consagraciones del disparate
lucirían inconexas, torpes y banales. Sin embargo (teniendo en cuenta aquel
hilo conductor) tranquilamente pueden ser considerados como eslabones de una
cadena de estimulación “indignizante” de cerebros frustrados por no haber
obtenido un triunfo electoral que no requiera de retorcidas explicaciones para
patentizarse o, al menos, que les permita avizorar un horizonte que excluya la
molesta presencia “K”.
La explicación es funcional a que la “mimada Lilita” había
encendido la mecha reflotando el viejo artilugio del contubernio “Cristina-Corte”
(hipótesis llevada a la justicia en abril y desechada por “inverosímil” en
todas las instancias) y convocara a cacerolear en repudio a la sentencia que
ponía en vilo la hegemonía discursiva del Grupo Clarín.
Los resultados están a la vista. El 8-N coronó la semana
con otro estrepitoso fracaso, demostró la actual incapacidad de articulación de
vectores que habían empujado hacia una discreta relevancia a las anteriores
experiencias, y preanuncia el ocaso de una práctica desgastada por la
inexistencia de logros y por la imposibilidad de generar propuestas en su seno (ni siquiera propuestas
viables, simplemente propuestas que congloben las expectativas de sus
participantes).
Hilando más fino, quizás la contundencia de estos nuevos
fracasos también denoten la pérdida de eficacia de la prédica de sus mentores.
Quizás, por una de esas insólitas reglas de la neurología aún por descubrir, frente
a un ignoto estímulo se provoca una reacción simultánea en miles de cerebros, y
en algún intersticio cerebral, dos neuronas desechadas logran hacer sinapsis y
motorizar el entendimiento de que, en nombre de libertades propias y de una
república formalista, sus extremidades superiores son movidas a batir objetos
ruidosos en la exclusiva defensa de intereses y privilegios ajenos.
Quizás sea eso, o tal vez la lluvia, o en realidad, que
amen secreta e inconfesadamente a Boudou.
3 comentarios:
El 8N fueron a cacerolear, pero sin consignas.
Era un "no se de que se trata pero me opongo".
Debería desarrollar más la idea del final.
Hay cosas notables en este momento de apocalipsis político opositor, mediático y cacerolo/callejero, justo después de ganar las elecciones y de dar por empezado el fin de ciclo K.
Algo malo está pasando, ¿no me cree? acabo de ver por ahí una foto de binner estrenando testa rojiza, increíble, se viene el poyo binner!
La diktadora que encima tiene el tupé de no estar y que el derrumbe de estanterías acontezca durante la "presidencia Budú".
Si uno no cree en brujerías ni hechizos ni fenómenos sobrenaturales, es un buen momento para empezar a creer, cosa e'mandinga estos K!
JÁ! Muy bueno, lo de que "secretamente tal vez aman a Bodou" GENIAL. jaja
Cualquiera pensaría que aprovechando que Cristina está vulnerable físicamente, Bodou en plena presidencia suplente, con la "derrota electoral", etc, etc... los cacerolos iban a salir a "tomar el país"... pero no salió ni el loro... como puso RAM : cosa e'mandinga.
Es muy bueno el planteo del articulo, entender como se desinfló en horas nomás, la "victoria electoral" justificada mayormente en el solo hecho de no tener que ver nuevamente ése terrorífico "54%" que "tuvieron adentro" cada segundo de estos dos últimos años... Diría que la "operación Massa" les salió como tiro por culata, Massa apunta a un target electoral que no banca "caudillos", no banca "hacer política", osea, TODO la infernal manija mediática que invirtieron en el personaje éste no reditúa en generar un clima social en la zona metropolitana..(ese territorio le pertenece a otro)... lo que rejuntó +S.A. en el grandísimo territorio metropolitano, ANTEAYER: fueron los que subieron al pedestal a DeNarvaez; AYER nomás: a Binner; HOY: a Massa... mañana, a Mauricio?... El movimiento "cacerolero", "anti x", o "independiente", no se traduce en construcción de poder político... es un sujeto social que no acepta construir nada político, ni les interesa. Son movilizados de otra manera, y lo que pasó con este fracacerolazo es muy bueno para estudiar esa dinámica de movilización.
Mauricio... Mauricio gobierna la capital, Mauricio además es "Macri"... Massa, Massita no se sabe si asume su banca, es solo una promesa, y en la Argentina sabemos bien lo que vale una "promesa"... Mauricio es seguridad y poder político HOY de cara a la corpo mediática, la cual disparará su último cañonazo electoral en 2015... Queda un solo cartucho y Mauri no se lo va a dejar al "Massa" éste, que lo echaron ayer nomas del gabinete de Cristina... Como señaló la propia CFK, el "mérito político" de Mauricio, es que no es un tibio, dice lo que piensa aunque sea una forrada impresentable, los que votan a ese tipo saben lo que votan... los que votan a Massa en cambio, en cuestión de horas pueden votar otra jeta... Mauricio esta parado en terreno sólido, el Massita éste no se sabe bien donde hace equilibrio hoy... ambos quieren lo mismo y Mauri aniquila todo lo que se le cruza enfrente... ¿Quien volteó el 8N? Sólo no creo que se haya caído, "alguien" no quiso que estos mamertos salgan a la vereda... y esto ya es un asunto de territorio político opi...
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