Se lo preguntará Ud., embargado de cierta angustia.
Sépalo: talcualmente es
una forma de charlatanería de apariencia docta, producto pseudocientífico obtenido
de una sesgada mixtura gruesa del liberalismo adamsmithiano con el art decó y la
aplicación tardía de técnicas derivadas de la utilización del látex.
Si bien los anales
históricos ubican su nacimiento en la reunión de Mont Pellerin (Suiza),
convocada por Friedrich A. von Hayek, en
la que se reunieron intelectuales cuyas plataformas de pensamiento habían sido
desechadas como viables para la reconstrucción de la Europa de post guerra, no es menos cierto que el hito sólo significó
el momento de confluencia de líneas de pensamiento ya existentes, acunadas en
la preguerra al fragor del movimiento intelectual-artístico del art decó.
El mismo se nutrió de
expresiones propias de las culturas exóticas, antiguas o actuales (amerindias, orientales,
africanas subsaharianas, egipcia, vikinga, etc.), exentas de la influencia de
la civilizada Europa. Los fundadores del neoliberalismo hicieron lo propio,
especialmente adoptando para el enriquecimiento de las ciencias económicas dos
elementos: “la hechicería” y “el jeroglífico”.
Mediante la hechicería
intentaron descifrar el díscolo comportamiento de un ser polimorfo, en el que reconocieron
las características de omnipresente y todopoderoso, cuyo arbitrio eludía la
comprensión de los hombres y era ajeno a toda forma de regulación. Sin embargo,
los iniciados serían capaces, mediante ignotos conjuros, de anticipar sus comportamientos,
y oficiarían de sacerdotes que esclarecerían a las multitudes cuyo
comportamiento adecuado no sería otro que obedecer dóciles a sus inescrutables
sentimientos.
Como suele suceder con
la hechicería y otras formas de pensamiento mágico, sus practicantes suelen
errar las predicciones, fundamentalmente, porque sus diagnósticos atribuyen el
carácter de causa a lo que es consecuencia, dificultando de ese modo el correcto
tratamiento de los males ocasionados. Es en este punto en el que acudieron en
su socorro los jeroglíficos. Un intrincado y hermético sistema de símbolos y ecuaciones,
les permitía moverse en un nimbo ubicado fuera de las capacidades cognitivas
del resto de los mortales, quienes asistían absortos a explicaciones
inconmensurables que disfrazaban los errores como aciertos y las crisis como
oportunidades. Las evidencias del contrasentido quedaban veladas por la
ajenidad del discurso justificante.
Los monjes de Mont
Pellerin no obtuvieron logros significativos durante los primeros tiempos.
Cubiertos de burlas y rodeados de comprensible incomprensión, se retiraron a
reflexionar al monasterio de la Universidad de Chicago. Allí avanzaron
incorporando nuevos ritos, descollando el de “la jibarización”. Notaron acertadamente que las sociedades humanas
tenían la tendencia de asociarse en torno a “el Estado”, una forma organizativa
que solía funcionar como repelente de las tendencias puramente individualistas
en tanto y en cuanto tenía como finalidad la satisfacción de necesidades
comunes. El planteo entonces, como precondición de la instalación de la nueva
religión, fue el de empequeñecer al máximo posible la cabeza de esa comunidad
organizada, y acallarla cociéndole la boca que la expresaba. Entre los primeros
casos de jibarización exitosa podemos contar los de Chile, a partir de 1973 y Argentina en 1976.
No tardaron los
montpellerines en notar que (excepción hecha del caso chileno) la metodología de
jibarización, si bien eficaz de y rápida implementación, no resultaba
perdurable si se instalaba mediante un golpe de estado. Tal circunstancia los
obligó a retornar a las fuentes y recordar que otro atributo notable del art decó
fue la incorporación de nuevos materiales al diseño. En este punto es donde
ingresa el latex, y particularmente, se enriquece el acervo neoliberal con la
técnica de “la globología”.
La mecánica es
sencilla. Se toma un objeto de latex longiforme y preferentemente de colores
vivos, se lo infla, mediante retorsiones y anudamientos se le imprime una forma
“X” y se lo expone al público haciéndole creer que es, justamente, lo que el
público quiere ver, aunque la espada no corte ni pinche, ni el perrito ladre ni
mueva la cola. El fenómeno psíquico denominado “pareidolia” hace el resto y
proyecta sus inclinaciones y aspiraciones en sujetos tales como los Menem, Collor
de Melo, Fujimori, Piñera, etc., a los que llama “presidentes”; o los Macri o Massa,
a los que pone en el lugar de intendente, aunque no sean más que algo parecido
a coloridos forros muy proclives a pincharse, muchas veces aún antes de lograr
su cometido, generando embarazosas situaciones que padecerán tanto los ingenuos
como los otros.
Del libro “todo lo que
a Ud. siempre le ocultaron sobre ciertas ideologías de moda”. De Rucio Sancho,
buceando con esnorkel en las profundidades oscuras de las nuevas sonseras.
3 comentarios:
Un detallito menor: Por un error de digitación, escribiste "El planteo entonces, como precondición de la instalación de la nueva religión, fue el de empequeñecer al máximo posible la cabeza de esa comunidad organizada, y acallarla cociéndole la boca que la expresaba" cuando debió ser : Cosiéndole la boca que la expresaba" Digo, haciendo puntos de costura para acallarla, obturarla, cerrarla. Una muy acertada forma de explicar esta monstruosidad.
Nunca mejor contada nuestra historia reciente.
Un abrazo
Mientra sea embargado por la angustia, no hay mayor problema.
He decidido agregarle una pestaña al blog llamada choreos/afanos y allí va a parar cosas que expropio y socializo, cual anarquista expropiador.
Le comunico que ha sido choreado. Cuando finalmente aparezca la pestaña, esta entrada será exhibida como trofeo.
Me declaro culpable (encima, agravado por el hipervínculo)
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