martes, 30 de agosto de 2011

¿Boleta única? ¡DE ACÁ!

Dejando de lado consideraciones tales como preguntarme que grado de seriedad puede merecer en la consideración pública la candidatura presidencial de alguien que ni siquiera puede convocar la cantidad de Fiscales necesarios para controlar un acto comicial o repartir sus boletas y propuestas, aquí me pongo a teclear para analizar este asunto del tan mentado ProBolUdO (Proyecto Boleta Unica del Oportunismo).


Cualquier lector mas o menos habitual de esta Columna, podrá suponer, nada más que con la lectura del título, que la conclusión final será algo como “con la boleta única, hagan un rollito y métansela etc.”, pero no, trataremos de complejizar la obviedad y esgrimir algunos fundamentos sobre la oportunidad, los defectos y la intencionalidad del proyecto en danza, porque a sus autores uno ya les tiene picado el boleto.

Arrancamos mal, no es ÚNICA la boleta única. 

Acá podemos apreciar el proyecto de Reforma del Código Nacional Electoral que presentó Gil Lavedra, a consideración de sus pares, promediando mayo de este año. 

Prestemos atención a los que dice el art. 2º del proyecto: 

“Sustitúyese el artículo 62 de la ley 19.945 (Código Nacional Electoral), el que quedará redactado de la siguiente manera: 
“Boleta Única. La boleta única debe integrarse con las siguientes características en su diseño y contenido: 
a) Se debe confeccionar una boleta única para cada categoría de cargo electivo. Cuando exista votación simultánea, la boleta única por categoría debe identificarse por color, procurando que no coincida con el símbolo o figura utilizado por ningún partido. 
b) Para la elección de presidente y vicepresidente, la boleta única debe contener los nombres de los candidatos y sus respectivas fotos. 
c) Para la elección de diputados nacionales se deben incluir el nombre del primer candidato. 
d) Para la elección de senadores nacionales se deben incluir los nombres de los dos candidatos.” 

Y en este humilde y sencillo acto, comienzo a expresar mi discrepancia:

1) El diputado Gil escoge, para nada al azar, el sistema de boleta única más acorde a las acotadas posibilidades de su candidato presidencial. Corría el mes de mayo y cualquier encuestadora preveía una intención de voto para Cristina superior al 40%, y lejos, muy lejos del segundo. Posiblemente ya entonces en las locas cabecitas radicales anidaba la resignación y se prefiguraba la necesidad de despegar a los candidatos a legisladores de la suerte ya signada a los postulantes al Sillón de Nestor. El “efecto arrastre” podría ser demoledor y había que acotarlo.

Ese debió ser el oportunista motivo que llevó a los legisladores radicales a escoger el modelo santafesino en vez del cordobés donde realmente existe una boleta única (acá está la ley electoral cordobesa aprobada un mes antes que Gil Lavedra presentara su proyecto, vean especialmente el art. 53º).

Modelo de B.U. única cordobesa. Alineadas horizontalmente se
distinguen claramente las pertenencias partidarias, encabezadas
por su símbolo a la izquierda. Las columnas identifican los cargos.

Insisto, la elección del modelo santafesino, en lugar del cordobés, no es neutra ni inocente. En la boleta única el modelo cordobés se percibe con toda claridad la pertenencia partidaria de cada categoría de candidatos, ubicándose en una misma línea los postulantes afines políticamente. Con un solo vistazo a la boleta ya puedo percatarme que mi candidato preferido (sea a intendente, gobernador o legislador) “me sugiere” cuales candidatos de las otras categorías son sus aliados o comparten la misma pertenencia. Yo podré o no dar bola a tal sugerencia, pero no me pasará desapercibida. 

El modelo santafesino (acá esta la ley, ver el art. 2º), en cambio, propone tantas boletas como categorías de cargos se elija. Así se desdibujan las relaciones de afinidad y pertenencia partidaria.


B.U. santafesina para gobernador. Habrá otra totalmente 
distinta para Dip.Prov., otra para Sen.Prov., otra para Int. y
otra para Concejales, sin que quede clara la afinidad de c/uno.

Me pregunto ¿acaso el Proyecto Gil Lavedra (como el santafesino) no atenta contra el rol que la Constitución Nacional le asigna a los partidos políticos desde 1994 (Art. 38.- Los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático. Su creación y el ejercicio de sus actividades son libres dentro del respeto a esta Constitución, la que garantiza su organización y funcionamiento democráticos, la representación de las minorías, la competencia para la postulación de candidatos a cargos públicos electivos, el acceso a la información pública y la difusión de sus ideas.)? ¿No representan una rémora del neoliberalismo farandulero noventista, época en la cual los “figurones” desplazaban las orgánicas y los partidos renegaban de sus idearios en pos de acogerse al discurso único dictado por los sentimientos del Mercado? ¿Qué sentido tiene la atomización de las propuestas legislativas y ejecutivas si, al menos teóricamente, Diputados, Senadores y Presidente de un mismo partido llevan adelante un mismo proyecto? ¿Por qué pretender ocultar con el formato de una boleta que Cristina (o cualquier otro presidenciable) se sentiría más acompañada con tal o cuales candidatos que con otros? Y no me vengan con el verso republicanero de una amañada interpretación del significado de la división de poderes porque se van a exponer a la más descarnada ridiculización…

En síntesis, además de decir que el proyecto en danza es OPORTUNISTA, también me doy el gusto de sostener que es MENTIROSO, porque mentir no es sólo contradecir la verdad, sino también ocultarla.

2) Y ya que estamos con los epítetos a la orden del día, denuncio que el proyecto de Gil Lavedra es MENOS TRANSPARENTE para el elector que el sistema de la “lista sábana”. En las categorías colegiadas (legislativas) en la lista sábana figuran la totalidad de los candidatos titulares y suplentes. Al sistema se lo critica porque tras de dos o tres “primeras figuras” normalmente conocidas y descollantes, colaban una caterva de desconocidos. El proyecto que nos ocupa en nada mejora esta situación, por el contrario, la empeora porque acota las posibilidades del votante de conocer a los “de relleno” al establecer que “c) Para la elección de diputados nacionales se deben incluir el nombre del primer candidato”, los otros serán mencionados en un afiche que estará en el patio de la escuela. A ver, si yo tengo un partido movilizado y militante, y estoy orgulloso de los candidatos que integran mi lista, me aseguraré de llevarte un volante a tu casa para que te enteres de su conformación completa, porque ya no existirá el reparto de boletas. En cambio, si mi lista se parece más a la nómina laboral de Don Vito Corleone que a un coro de ángeles, bastará que yo pasee con un “mascarón de proa” presentable para que (blindaje mediático mediante) el votante ignore durante toda la campaña que con las fojas de los prontuarios del resto podría empapelarse completo le Château de Versailles. A sí, bueno, en una de esas tenés suerte de calzar una cola larga y, con la “netbuk para todos” que te prestó tu hijo en mano, te hacés una investigación relámpago de todos los candidatos que aparecen en los afiches del patio… 

Volviendo al oportunismo. 

En mi post anterior hice relación al “desvastador efecto que produce en las posibilidades de un candidato el leer Clarín y/o La Nación y/o Perfil, o de alisar el culo en un sillón consumiendo TN X 24 hs. X 7 días a la semana, y encima creer en sus análisis o en el poder omnímodo de convicción del que alardean”. Esos mismos efectos pueden verificarse en el caso. 

Cabizbajos por los resultados que se avizoraban en el horizonte, Gil Lavedra & Cia., presentan el proyecto el 20 de mayo pasado. En Junio vino la opereta “Schoklender”, pintada como una patada en el tobillo al núcleo ético K, reforzada más tarde por los reclamos contra Abuelas por las derivaciones del caso “hijos de Ernestina” y la embestida contra Zaffaroni. En Julio sacudón en la CABA por el triunfo de Macri, seguido de Santa Fe, y Córdoba. Los analistoperadores políticos del trío mediático tan mentado destilaban babas especulando con la nacionalización de las derrotas y el efecto demoledor que la sacudida a Madres, a Abuelas y al Juez, producirían en la intención de voto a Cristina. ¿Podemos ser tan malpensados en creer que este panorama es la razón por la cual el ProBolUdO durmió por 3 meses el sueño de los justos en el Congreso? ¿Podemos atrevernos a malicia tal de suponer que el recuento de votos del 14/8 hizo las veces de despertador? ¡SÍ PODEMOS!!! 

Por supuesto que el perfil de serio jurista que atesora Gil Lavedra lo inhibe de ser protagonista de tan burda maniobra de reeditar el proyecto después de tan escandalosa paliza. Por supuesto que los aspirantes (aunque ya sin chances) al Sillón de Nestor deben preservar la poca dignidad que le resta y renunciar al primer papel en el grotesco espectáculo. 

Pero no importa, siempre hay payasos de ocasión dispuestos a hacer las delicias de gorilas grandes y chicos. Basta con que se arme el circo mediático para que salte a la pista la Piba Bullrich para hacer malabares con 3 mancuernas (1 por cada 1% de votos de la CC), denunciando irregularidades en el escrutinio provisorio para justificar el relanzamiento del ProBolUdO. Denuncias de supuestas irregularidades que habilitaron un recuento que obtuvo como resultado que se abulte aún más la cantidad de votos a Cristina y aumente la diferencia con sus rezagados competidores. 

Paralelamente, salen bandadas opositoras a sugerir en conferencias de prensa que no es democrático, ni republicano, que alguien gane por tanta diferencia. 

¿Qué más nos tienen que confesar para que entendamos que el ProBolUdO es un engendro que pretende cambiar las reglas de juego en mitad del partido para favorecer a los que vienen siendo apabullantemente derrotados? 

Porque seamos claros, las P.A.S.O. del 14/8 y las Elecciones Generales del 23/10 no son dos actos electorales distintos, sino dos momentos del mismo proceso comicial, la etapa clasificatoria y el mundial, para ponerlo en términos futboleros, y por lo tanto, lloren, chillen o pataleen, es un despropósito pretender cambiar las reglas en mitad del juego. 

Conclusión: a otro perro con ese güeso. 

Creo que dejé claro mi más profundo rechazo al ProBolUdO, tanto por razones sustanciales (desde lo jurídico, por el desconocimiento al rol que la constitución reconoce a los Partidos Políticos; desde lo político porque desmerece y desconoce la unidad de acción que debe animar a candidatos a legisladores y ejecutivos de un mismo partido, en pos de la sustentabilidad y la direccionalidad de la función de gobierno) como circunstanciales (el esfuerzo oportunista para cambiar en medio de un proceso único las normas de juego). 

Si el planteo es que del sistema de Boleta única podría resultar un aporte a la calidad institucional o a la transparencia de la elección (evitando el robo de boletas, menoscabando la necesidad de fiscalización partidaria, facilitando la acción de “partidos chicos”), podríamos discutirlo como parte de la reforma del sistema político, con la profundidad que ello merece, con el necesario acuerdo de las Provincias a efecto de unificar los sistemas. Y con suficiente tiempo tanto para lograr la difusión y concientización pública del nuevo modelo de participación comicial, como para permitir a los partidos y sus candidatos diseñar las estrategias acordes con el nuevo escenario. 

Pero insisto en la idea que el sistema a debatir debiera parecerse al de boleta única para todos los cargos y de candidatos, al estilo cordobés, para dejar de manifiesto las pertenencias partidarias y las afinidades, y con la inclusión de todos los candidatos de cada categoría, en razón de preservar la transparencia para el elector. Ninguno de estos dos requisitos son reunidos por el ProBolUdO de Gil Lavedra. 

O sea… bueno, SÍ, lo del rollito por ahora, cabe. 


4 comentarios:

Ricardo dijo...

Excelente, Rucio.
Coincido con todos y cada uno de los argumentos.
Hay que ver qué epítetos deberíamos comernos si los ganadores de las PASO hubieran sido ellos y nosotros pidiéramos cambiar las reglas de juego.

Un abrazo.

Daniel dijo...

Está bárbaro.
Pero creo además que esto tiene un efecto búmerang.
A la gente no le cabe que tras una goleada les salgan con que hay que reglamentar los festejos o que si un equipo usa medias oscuras el otro las tiene que llevar claras.

José Pepe Parrot dijo...

Calculo que todo sería más transparente si los tipos declararan que, luego de las elecciones de octubre discutirán la Boleta Única. Pero no quiren una discusión seria, quieren más chicanas.

Omar.- dijo...

Muy bueno, muy esclarecedor.- El dicho dice "nunca hay q cambiar de caballo a mitad del rio" y menos en este caso donde el oportunismo y los manotazos de ahogado estan a la vista.-Abrazo.-