Afortunadamente, los primeros estudios comienzan a esclarecer la misteriosa y luctuosa explosión de Esteban Echeverría.
La ciencia ha comenzado a develar el hecho, y a explicar lo hasta ahora incomprensible. Una ampliación de la fotografía de la bola de fuego naranja que surcara el cielo, desmiente su origen extraterráqueo, e incluso descartan la hipótesis que circulara en primeras horas de la mañana, de que se trataría de una maniobra pergeñada por Guillermo Moreno para ocultar el impacto que el precio del tomate produciría en el mercado global.
“Los daños son acordes con la masa corporal del objeto en ciernes”, habrían explicados los científicos “y la violencia de su lanzamiento a la atmósfera se explica por la explosión de la Coalición Cívica. Así como Patricia Bulrrich fue expulsada hacia el Pro, María Eugenia Estensoro fue llevada por la onda expansiva hacia el Duhaldismo y Adrian Perez cayó en el espacio Binnerista, la falta de atracción desde otros sectores hizo que Elisa Carrío se estrellara en Esteban Echeverría, con las lamentables consecuencias que todos conocemos”.
Interrogados sobre la razón por la cual no se hallan restos del objeto estrellado, respondieron con absoluta seguridad los científicos consultados “es que rebotó. Sus resultados en las últimas elecciones estarían demostrando su tendencia a “hacer sapo”. No deja de ser un dato alentador, si el objeto hubiese permanecido en el lugar, el daño podría haber sido mucho mayor.”
En el único punto en que no acuerdan los científicos consultados es en el destino final del objeto. Aplicando la ecuación de Schrodincher, hay quienes sostienen que probablemente se verifique otro impacto en algún lugar de la precordillera rionegrina, para luego perderse en el Pacífico Sur, entrañando un serio peligro para la fauna marina local.
Para otros físicos, los riesgos de polución no se verificarían, ya que entienden que la capacidad de rebote del objeto lo haría trascender la atmósfera, perdiéndose definitivamente en el espacio exterior, o en el mejor de los casos, orbitando el planeta durante varios años, sin que haya que lamentar nuevas desgracias.
8 comentarios:
Jaja, la gorda era, finalmente "El color que cayó del cielo" de HP Lovecraft!
abrazo!
jajajaja! genial, absolutamente genial, Capo....
La ToroRico se pasa o pasará, porque en el PRO necesitan a alguien experto para manejar el tema del vino en los cónclaves. Aunque no lo crean hay varios que le dan al tintillo, no todos toman -como lucecita Vidal- crush light.
Los demás, la juventud sana de la CC, luego del amargo amerizaje de la gorda imbancable. haran urgente un retiro espiritual en Pilar para que el Tata los ilumine. Ya sé es difícil evitar la diáspora, pero son creyentes, que le va cha ché. Cheeeeeeee!
Me muero!!!!!
Me muero de la risa, la verdad no es para menos, còmo diablos vas a tomar a estos personajes seriamente? A estas alturas del partido dan risa....
Excelente entrada Rucio.
Hola Rucio, yo vivo cuatro localidades antes, y le juro mire se vió una bola roja anaranjada que pasó por encima de mi casa y era la loca con una canasta vociferando TOMATES!TOMARES! y al final parece que explotó.
¡Usted no sabe nada, viejo! El asunto fue aclarado, definitivamente, esta mañana: fue un pelotazo. Después de orbitar durante trece años, al fin cayó a tierra el centro que el Piojo López le tiró a Batistuta a los catorce minutos del ST en el partido Argentina-Inglaterra correspondiente a octavos de final del Mundial Francia ´98 (partido ganado por nuestros players en definición por penales). Ahí lo tiene, déjese de absurdas especulaciones.
O Ud. es un delirante o se le atragantó la visera capitán... El célebre centro al que hace referencia ocurrió el 30/06/98, y ya hace rato que se sabe que el balón aterrizó en Tucupido, estado de Guárico, Venezuela el 18 de Julio del mismo año. Probablemente a Ud. lo confundieron delirantes crónicas como esta: http://juper.tripod.com/impacto.html, pero no es así.
La próxima vez que venga a mi blog a intentar rebatir certezas científicamente comprobadas, documéntese mejor.
Así lo haré... ¡por Mompracem!
Las ecuaciones en el plano me terminaron de convencer. Esto es incontrastable, ni que lo hubiera desarrollado Melconián.
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