lunes, 30 de abril de 2012

Adelaaante, Radicales...

No es para nada desatinado afirmar que, desde su propia génesis, los grandes movimientos populares argentinos del Siglo XX, han sido presa codiciada por el conservadurismo, quien mediante el entrismo logró hacerse eventualmente de su hegemonía. Como íconos ahí lo tienen a Alvear en el radicalismo, y a Menem en el peronismo. 


El que inició la tendencia fue, ni más ni menos, que el propio Bartolomé Mitre. Pasado a retiro por el roquismo, encontró en la iniciática jornada de la cancha de paleta la oportunidad de retornar a una tribuna, montado en el ajeno y lejano (tanto ideológico como etario) impulso de la Unión Cívica de la Juventud. 



El discurso del Frontón de Bartolo (13 de abril de 1890) arrancó en medio de aplausos, tras su demagógica frase “Todos cubiertos menos el orador que se dirige al pueblo soberano, ausente en los comicios, pero presente aquí”, para concluir “Con esta bandera constitucional y estos patrióticos propósitos, afirmemos una vez más nuestra decidida actitud de resistencia y de protesta”. 



Juntos llegaron a la Revolución del Parque, pero separados a las próximas elecciones, ya que el fundador del aciago La Nación, prefirió abrazar al viejo Zorro, demostrando que su “actitud de resistencia y protesta” no era más que una suerte de berrinche producido por el síndrome de abstinencia de Poder. Desde entonces, imprimiría a sus herederos la impronta de jamás alejarse del rescoldo de los que cortan el bacalao en serio, y sí distanciarse de toda forma de chusma entusiasta, reivindicativa o vindicativa. 

La primera escisión del radicalismo se produjo entonces en 1891, antes incluso de adoptar el calificativo de “radical” como mote. Desde entonces, y hasta ahora, ha sido un deporte habitual entre correligionarios el de escindirse, cayendo del centenario tronco ramas secas, frutos podridos y hojas que dispersa impiadoso el viento de la historia. Muy de vez en cuando, algún retoño procaz logra reinsertarse en las luchas populares, aportando la savia de sus más sanas tradiciones, pero es este un acontecimiento mas bien extraordinario, siendo más común la experiencia de especies de abrojos parásitos que se prenden para seguir chupando los jugos que su decadente partido ya no proporciona (Vg. Julio Cleto Cobos, ¿se acuerdan?). 

¿A que viene todo esto? A que justo hoy, cuando la mayor parte de sus representantes son víctimas de un rapto de memoria y apoyan la renacionalización de YPF (reivindicando la iniciativa de Yrigoyen y Mosconi, pero sin privarse de mostrar su hilacha oportunista con un voto “en particular” disidente), la decisión cataliza un nuevo (enésimo) sisma, esta vez por derecha. 



Aquí, en The Nation, Oscar “el Milico” Aguad, nos anticipa que “en el momento del voto me voy a retirar del recinto porque no voy a votar ni a favor ni en contra ni me voy a abstener", como si la votación de una ley se tratara del infantil entretenimiento de “no decir ni si, ni no, ni blanco, ni negro”. Tras la fantástica definición se permite en ágil dialecto reiterarnos la misma cantinela que suscriben los medios hegemónicos, de los jurásicos izquierdistas como Altamira o los propagandistas como Lanata, Morales Solá y Grondona: “se ha usado YPF para cubrir el fracaso del gobierno en materia energética”. Pero la doctrina de “la Tapa”, maleable muletilla de los opositores de anémicos análisis, en el caso de Aguad resulta insuficiente para justificar la suscripción a un nuevo proyecto político. Le es necesario explicitar porqué motivo cree que fracasó la política de gobierno en materia energética, y aquí es donde dice los que otros prefieren callar pudorosamente: "hay que darle los recursos a las empresas que están explorando y producen en Argentina, les pagan 42 dólares el barril, y nosotros importamos a más de 100 dólares el barril". Es decir, la política equivocada es no pagar los precios internacionales por NUESTRO petróleo, cree Aguad (no me animaría a contradecirlo) que si los argentinos pagáramos las naftas en las estaciones de servicio un 250% más caras, estaríamos en condiciones de autoabastecernos, evidentemente porque las leyes del mercado sí satisfacen los intereses de las petroleras, e incentivarían la inversión, la exploración, la extracción, la producción y la mar en coche. Yo me animaría a agregar, dentro de esa lógica, que incluso obtendríamos saldos exportables, beneficiaríamos el medio ambiente, incentivaríamos la generalización de las bicisendas y ahorraríamos gastos en construcción de autopistas. Porque el 80% de los argentinos optaríamos libremente “de manera obligatoria” por vender nuestros autos como fierro viejo, volveríamos a arar a buey y las carretas y diligencias no necesitan de grandes rutas. ¿Competitividad, producción, valor agregado y generación de empleo? Bueno, este… tampoco podemos pedir todo che. 

Aguad, como todos los otros mercachifles del libremercadismo, acusan al gobierno por no tener políticas adecuadas para el sector energético. Pero si el Estado interviene de manera directa, lo acusan de violentar la libertad de los mercados y la iniciativa privada. Ergo, atando las dos críticas, arribamos a la conclusión que la manera que pretenden se regule el mercado energético es, justamente, no regularlo, dejar que las intangibles leyes de la oferta y la demanda hagan lo suyo. 

Podemos imaginarnos a un Aguad incómodo en un partido que hace un tímido intento de revalorizar su pasado estatista y populista. No realicemos ningún esfuerzo innecesario, acá, en Infobae, nos cuentan que, siguiendo el juego de “ni si, ni no, ni blanco, ni negro”, “consultado sobre la posibilidad de una alianza con el PRO, Aguad respondió: "Ni lo descarto ni lo afirmo”. La idea de su futuro político extrarradical la completa en el artículo de The Nation que ya cité: “Además, adelantó que en los próximos días se va a dar a conocer un proyecto relacionado con "armar una estrategia de país" que involucra a varios dirigentes políticos, pero dijo que no puede comentar nada más al respecto”. Con “próximos días” hace alusión, supongo, al momento en que finalice el debate parlamentario y la promulgación de la ley de expropiación de YPF, tiempo propicio para que Mauricio Macri vuelva de la huída presurosa hacia Alemania y Armenia (donde tiene previsto visitar a los parientes de El Gran Otto y de Martín Karadajian) tras de su desatinado posicionamiento respecto a la expropiación en marcha. 



No se porqué uno relaciona todo esto con el hecho de que Cristian Ritondo visite Rosario, importante ciudad de la provincia migueldelselista, lanzando el Peronismo PRO, algo que se me pinta como una ambulancia con aspiraciones de recoger reutemannistas, duhaldistas y menemistas residuales. 

Indudablemente, tras el guachazo fenomenal que significó la iniciativa de recuperación de YPF, la derecha pura y dura ha decidido unir esfuerzos para generar una movida urgente de alcance nacional, y para ello ha acordado dotar de dos nuevas patas (derechas) al partido vecinal de Buenos Aires. 

Ya todos sabemos adonde han llevados las prácticas neoliberales que el nuevo coro de Mauricio Macri predica. Pero eso para nada amedrenta a Aguad, a quien nadie se atrevería a cuestionar si tiene chapa para ser dirigente PRO, es un convencido que se debe dejar llevar por las Corrientes y ve, en cada crisis, una oportunidad


Otro PRO-cesado.



5 comentarios:

Ricardo dijo...

La verdad es que la performance de Del Sel en las últimas elecciones los habilitan a soñar con el concurso de reutemannistas, duhaldistas y menemistas residuales. Más residuales que todo lo anterior, porque no tendrían drama en ser macristas-delselistas.

Pero a Aguad lo van a usar y tirar. Preguntar por López Murphy, si no, otro ex radical (¿cómo Aguad no es ex-radical todavía?) al que se fumaron en pipa.

Abrazo.

Rucio dijo...

OJO con este pollo Ricardo! Mientras Lopez Murphy hace del neoliberalismo un culto a Onan, Aguad se levantó 60 palitos por el servicio de ser interventor. En la UCR secesionista también hay palomas y gavilanes.

Pibe Peronista dijo...

A ese Aguad lo odio particularmente, verlo ya me causa repulsión. La gente dice que Ritonto se manduca a Stanley, ¿será verdá? ¿Dóndw está el Narcobañero? Muchos interrogantes para esta hora. Salud Rucio!

Anónimo dijo...

Pibe Peronista ¡El amor vence al odio! El milico es un ser despreciable,sin duda. Que se una al pro lo debilita, tanto a el como a ellos.

profquesada dijo...

Muy buen post Rucio usté es un burro del cual se aprende mucho.

En cuanto a la temática de fondo que es el permanente intento de los sectores de la antipatria de penetrar al movimiento nacional es tan viejo como las luchas de los patriotas contra los maturrangos y sus cipayos. Buenos Aires ha sido la cuna de muchos de ellos. Entre Ríos, en cambio, ha sido un baluarte del sentimiento nacional, por eso lo han castigado tanto y tantas veces. No van a poder, esta vez no, podrán hacer todas las alquimias que quieran, sus posibilidades son muy acotadas. Vigilemos nuestro frente interno, cuidemos nuestras alianzas, imaginemos para el futuro porque el presente es nuestro. No hay duda. Un abrazo