Autovía Ruta 14 - Solución para problemas no menores

Ya todos lo sabemos, fue ampliamente cubierto por los medios nacionales la inauguración de 4 tramos más de la Autovía de la Ruta Nacional 14. Pero la cobertura mediática del evento en Concordia, encabezado por la  Excelentísima Sra. Presidenta de TODOS/AS los argentinos, Dra. Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, eclipsó la trascendencia real de la obra que se está concretando.

Los cuatro nuevos tramos finalizados que conforman los 108 kilómetros  inaugurarados se dividen del siguiente modo: 10 kilómetros comprendidos entre Colonia Elía y Arroyo Colman; 32,7 kilómetros entre el empalme con la Ruta Nacional Nº 18 y el Arroyo Ayuí Grande; y 34,8 kilómetros entre Arroyo Ayuí Grande y Arroyo Mandisoví Grande; todos éstos dentro en la provincia de Entre Ríos; mientras el cuarto tramo consiste en 30,4 kilómetros entre el Establecimiento San Agustín y la Ruta Provincial Nº126, dentro de la provincia de  Corrientes.

Como veremos, buen tino tuvo Alfredo De Angelis cuando eligió cortar la ruta reclamando sus anhelados minutos de fama. Era perfectamente consciente de la magnitud del daño y las molestias que ocasionaba su tropelía.

La promesa de la conversión de la ruta 14 en autovía nació de boca de Carlos Saúl I durante la campaña de 1989 y transitó la segunda década infame como una metáfora de la postergación. Cuando Néstor Kirchner metió mano en el asunto, descubrió que todo había sido otra gran mentira, comparable con el avión que salía a la estratósfera y nos depositaba en un ratito en Japón: no había ni un solo plano ni estudio de la obra prometida. En 1990 la empresa Caminos del Río Uruguay resultó adjudicada como concesionaria del peaje del tramo Ceibas-Paso de Los Libres. Habilitada inicialmente para percibirlo durante 10 años, logró extender en 1996 su recaudación (contraprestando sólo mantenimiento) por 18 años más a cambio de construir doble vía en el tramo inicial al Sur, desde la culminación del Complejo Zárate-Brazo Largo hasta Gualeguaychú, compromiso que sólo concretó en menos de la mitad en 1999, llegando la obra a la localidad de Ceibas.

La Ruta 14 corre paralela al Río Uruguay hasta Bernardo de Irigoyen (Mnes.) en un trayecto de 1.127 km. Se ganó justificadamente el mote de “Ruta de la Muerte”, encabezando las estadísticas de tragedias viales de la Argentina, fundamentalmente en los 500 Km. que separan Ceibas (ER) de Paso de Los Libres (Corrientes). La razón de esto fue un poderoso cóctel de circunstancias: 

1) el desmantelamiento durante los 90 de la completa red de ramales ferroviarios de los que gozaba la provincia (FFCC Gral. Urquiza) que derivó el transporte de personas y cosas hacia el transporte automotor, superpoblando los caminos;

2) el explosivo desarrollo del corredor turístico del río Uruguay que se agrega al tradicional turismo a Cataratas y multiplica exponencialmente la presencia de ómnibus y vehículos particulares;

3) el tránsito intenso de mercaderías y productos provenientes o con destino a Brasil,  Uruguay y  buena parte de Argentina en caravanas de camiones que se multiplican al ritmo del crecimiento económico del Mercosur;

4) el paso obligado del 60% de los Entrerrianos que se dirigen o retornan de Buenos Aires y de buena parte de los Correntinos y Misioneros.

Una peregrina idea de la trascendencia de la culminación de la totalidad de los tramos que atraviesan Entre Ríos, nos la puede dar el hecho que la autovía atraviesa 6 Departamentos (Islas, Gualeguaychú, Concepción del Uruguay, Colón, Concordia y Federación), en los que habitan el 43% de la población total de la Provincia, además, del lado Uruguayo, se ubican la 2da. y la 3era. ciudades más pobladas de ese país (Paysandú y Salto), unidas por sendos puentes internacionales con Colón y Concordia.

El cuadro de las conexiones internacionales se complementa por el Sur con el Puente Fray Bentos-Pto. Unzé (Gualeguaychú), vínculo preferido por los porteños que veranean en la costa Uruguaya y punto de contacto comercial más importante con la zona más densamente poblada de la ROU; y por el Norte, ya en Corrientes, con el Puente Paso de los Libres-Uruguayana, principal destino de los que optan por veranear en Brasil y del transporte comercial con ese país, justamente ingresando a uno de sus polos industriales más importantes. Paso de los Libres también representa una especie de embudo donde converge buena parte del entramado vial de Corrientes y Misiones (vinculados al resto del NEA por el Puente Resistencia-Corrientes y con Paraguay).

Desde el sur (Zárate-Brazo Largo), se estima que ingresan 15.000 vehículos diarios promedio, trepando a más de 20.000 en recambios de temporada y fines de semana largos. Desde o hacia el extremo Norte de la autovía proyectada (Paso de los Libres-Uruguayana) se desplaza 1/3 de la totalidad del transporte terrestre del Mercosur. Por allí ingresan a la Ruta 14 alrededor de 1000 vehículos diarios, a los que deben agregarse otros tantos que desembocan en la misma ruta provenientes o con destino de los pasos fronterizos de Santo Tomé-Sao Borja, San Javier Paso Xavier, y Bernardo de Irigoyen-Dionisio Cerqueira.

Si a estos números agregamos que, a modo de afluentes, son tributarios de su tránsito, los automotores con destino a Brasil o Uruguay que ingresan a la provincia por el puente Rosario-Victoria y el túnel Subfluvial Paraná-Santa Fe (procedentes mayoritariamente de Córdoba, Santa Fe, El Cuyo y Chile), aquellos que acceden desde o cruzan hacia el Uruguay (16% del total del comercio terrestre del Mercosur) y el tránsito vecinal entre las ciudades entrerrianas (en 260 km.  se ubican la 2da., la 3era. y la 4ta.,  ciudades de la provincia más las 2 de mayor crecimiento demográfico intercensal: Colón y Federación) comprenderemos el volumen del tráfico comprometido en una ruta, hasta recién, común y silvestre.

Durante el año 2011 se contabilizaron transitando en distintos tramos un promedio de 28.000 vehículos diarios, incrementándose sistemáticamente a razón de un 7% anual.

Otro drama, además de la cantidad, resulta la diversidad de vehículos: desde rapidísimos automóviles de alta gama ansiosos por llegar a las playas o las termas, pasando por colectivos repletos con destinos imposibles de alcanzar en tiempo a las velocidades reglamentariamente aceptadas, y largos camiones internacionales con conductores tan sobrecargados de horas como los colectiveros, parientes de los lentísimos Bedford y Mercedes 1114 que acarrean palos de eucaliptos, leche, alimento para pollos, leña o brosa,  mas los “ciudadanos comunes” que trajinan de ciudad a ciudad por razones de trabajo o comercio, y las camionetas destartaladas de chacareros y huerteros que aparecen de improviso desde los caminos vecinales. Todos contribuyendo a un festival de sobrepasos ansiosos,  en no siempre bien calculadas ni responsables maniobras.

Comparativamente, desde que se inaugurara el primer tramo de las obras iniciadas en 2006, hasta antes de la inauguración de estos últimos 4,  la cantidad de accidentes registrados se redujo en un 72%, según informó Julio de Vido. Cuando se habilite la totalidad de la doble vía, se estima que sólo persistirá menos del 20% de los accidentes que se registraran en las épocas de infamia de la “Ruta de la Muerte”.