miércoles, 12 de septiembre de 2012

Soltadas de mano. De Clarín al Entre Ríos.




ACTO I: Clarin dice que Paolo Rocca dijo que la política industrial había perdido el rumbo desde 2008, que le preocupaba la competitividad porque los salarios eran muy altos, y bla, bla. 



ACTO II: Ante la mínima crítica desde el gobierno, AEA (es decir Clarín y Techint) salió a unir filas para respaldar los dichos del empresario,  en medio de un festival de tergiversaciones.

ACTO III: Roca sale a decir que no dijo lo que Clarín dice que dijo, atribuyendo el equívoco a: Una periodista, que no logró acceder a la reunión, buscó información sobre el contenido de la discusión con uno de los participantes, y lo elaboró a su manera, sin ningún contacto conmigo o con alguien de nuestra organización. Podemos tener diferencias de opiniones, pero no hacemos operaciones políticas (¿en serio?) y creemos en el diálogo abierto y transparente (JE! Hablame  que soy del campo…), en línea con lo que usted misma expresó en ocasión de la Conferencia Industrial del año pasado.”  

ACTO IV: Cristina le responde a Rocca, anunciando que va a dar a publicidad el intercambio de misivas, para desnudar la operación, responsabilizando a la dirección del diario directamente, porque la nota del escándalo fue publicada sin firma. “Me siento en la obligación de comunicarle a usted que daré carácter público a ambas cartas. Las suya y la mía. En la comprensión de que las instituciones sean privadas -como la que usted preside- o públicas, como en mi caso, como así también los más de 40 millones de argentinos, merecen tener acceso a una información veraz y sobre todas las cosas: conocer los `modus operandi´ de cierto monopolio -este sí de carácter ilegal- que aún subsiste en nuestra querida Patria. Como Ud. habrá observado, la nota a la que yo hice referencia públicamente -y que motivó la carta que Ud. me enviara- apareció en el diario Clarín del 5 de septiembre del corriente, página 22. La misma carece de firma, por lo que hace directamente responsable de lo publicado a la Dirección de dicho diario. Aclaro esto para no caer en la tentación, fácil o cómplice, de creer que todo es responsabilidad de algún periodista sin códigos".

ACTO V: La clásica, Clarín descubierto se victimiza clamando por enésima vez “por el libre ejercicio del periodismo” ( en su versión de macanear a gusto y sin que nadie lo replique). Se ofende con la Presidencia, pero por lo que dijo Rocca, y, de paso, se lava las manos y tira debajo del camión a su empleada:  La periodista Silvia Naishtat, quien también es ingeniera, tiene una larga y respetada trayectoria en Clarín y en otros medios argentinos. Está especializada desde hace años en economía y mantiene una relación profesional fluida con la primera línea de los empresarios argentinos. Fue la responsable de obtener la información que provocó la reacción presidencial, y de editarla tal como se publicó en Clarín”



Yo no fuí! Fue ella! Que quede claro, si alguien pensó en una demanda o en retirar publicidad, no nos culpen, fuimos víctimas de una arpía. 

No es para sorprenderse que Magneto le suelte la mano a sus empleados. El “incidente Negrópolis” le costó el cargo de Productor de Todo Noticias (Artear), a Juan Pablo Romero, despedido por decir en tuiter una animalada que respetaba a pies juntillas el pensamiento y la línea editorial del Grupo. La importancia de las formas ¿vio? Como en el mensaje de Misión Imposible, “si alguno de sus hombres es atrapado, Clarín negará tener conocimiento de sus actos… esta grabación se autodestruirá en 5 segundos”.

Una práctica de mierda. Un diario es lo que es por lo que hacen y escriben sus periodistas obedeciendo una “línea editorial” amasada a conveniencia de sus propietarios y accionistas. El periodista “independiente” no es más que un soldado de la fortuna, bajo la bandera de su conveniencia, pero carente de iniciativa estratégica propia, está a las órdenes de un empresario que se lleva la parte del león de los negocios, que lucra con las infidencias y tergiversaciones elaboradas por una pluma dotada y más o menos creativa. Nadie investiga, cita fuentes vagas, roba información o publica lo que el jefe no quiere.

Las habas se cuecen en todos lados de la misma manera. Acá en Colón también. Cuando la careta del mercenario se cae, queda agarrado del pincel.

Este blog ha sido varias veces duro con Alberto Pierotti. En alguna oportunidad lo he acusado de ser una persona afectada de una discapacidad moral severa, menos por tergiversar información para disfrazar que era parte de una campaña de difamación, que por utilizar para eso fotos de una persona discapacitada. 

También de montar una parodia lamentable sobre la inventada aparición de un fantasma, que terminó involucrando a la policía local. En muchas ocasiones lo señalé, pero nunca perdí de vista que “El Entre Ríos” siempre fue el beneficiado último de esas maniobras. Su juego político oculto tras la apariencia de independencia de criterios y republicanismo, fue funcional y complemento de una línea editorial que ha transformado al diario conservador en el principal destinatario de la publicidad oficial del Municipio de Colón, y a él mismo departir cenas en lugares de privilegio. 



La saga del “fantasma del Barrio el Ombú”, apuntó al morbo popular para superar una persistente caída de ventas. Ese ejercicio reñido con la ética de un oficio le fue haciendo perder paulatinamente escrúpulos, desdibujando los límites de lo permitido y lo prohibido. Muchas veces Pierotti se sumó al clamor de que los delincuentes entraban por una puerta y salían por la otra, muchas veces nos alertó sobre el accionar de los “amigos de lo ajeno” y acicateó esa fibra sensible de la inseguridad.

Hoy Pierotti es beneficiario directo de ese mismo garantismo que tanta veces bastardeó para ganarse el aplauso de una audiencia paranoizada. Transita libremente por las calles de Colón tras ser sorprendido el jueves pasado con las manos en la masa, hurtando archivos de la Biblioteca Nacional, según unos, del Archivo General de la Nación, según otras versiones. Un allanamiento policial practicado en su vivienda dio cuenta de que no se trató de un desliz ocasional: desde uniformes antiguos hasta documentación histórica incunable propiedad del Estado Nacional, se amontonaban mezclados con “material pornográfico comprometedor”. Triste destino el de los peones sacrificables que suelen escribir sobre lo correcto y lo incorrecto y desde sus tribunas periodísticas nos cuentan sobre el verdadero sentido de la moral y de los valores republicanos.

Material secuestrado en el allanamiento.

La dirección del diario “El Entre Ríos”, en una edición dominical donde un interlineado y un tamaño de letras mayores a los habituales daban clara cuenta de la ausencia del trabajo de Pierotti, no se ocupó de reflejar el hecho, sólo se limitó, tajante en su contratapa a dar cuenta del “cambio en nuestro equipo de redacción”: “es nuestra obligación hacer saber a nuestros lectores, a las publicaciones colegas, a nuestra comunidad y a las comunidades hermanas de nuestra región que Alberto Pierotti ha dejado de pertenecer al cuerpo de redacción de esta publicación”. 

La abundante publicidad oficial obtenida por las artes del historiador-periodista, sigue presente, seguramente porque su obtención sigue siendo beneficiada con el principio de inocencia.


Foto de la Mesa: Miriam Lambert (esposa del Intendente y Sec. de Acción Social),  Roberto Romani (Sec. Cultura de la Pcia. de Entre Ríos), uno que no se quien es, Francisco Rodriguez (Sec. de Cultura de Colón), Alberto Pierotti y el Intendente Mariano Rebord. La ocasión fue la visita de Romani para delinear los festejos del 150° aniversario de Colón.


FUENTES (entre otras):



3 comentarios:

Pibe Peronista dijo...

A la mierda, teléfono apra Pierotti, pocos pueden darse el lujo de tener su propio Magneto, lo felicito amigo Rucio!

Bochy dijo...

Genial Rucio!!!!!!!!!!!! Que manera de "descaretar" a cierta gente...

Anónimo dijo...

Rucio El Entre Rios y el Observador también, me acuerdo en plena época de los desastres de Adami y Marso juntos, con Visca y Mascato juntos nada decía el que bien Observa. Tampoco sobre los asesinatos de drogas mezclados con la política local, como cuando el Entre Rios se callaba la boca cuando se hacia agua en la Plaza de la Madre en San José. Colón tiene un muy bajo nivel, pesimo, pedorro nivel periodistico, donde ademas la LT26 es otro gran negocio que factura y factura, siempre dependiendo de los que están de turno