martes, 28 de febrero de 2012

Cuestionar el modelo.

Salvo por los dicharacheros trencitos que pasean niños por la plaza, o los otros que hacen un recorrido por las zonas turísticas, vivo en una ciudad que carece palmariamente de cultura ferroviaria. Lo más cerca que estuvimos en Colón, fue cuando hace unos 50 años se designó a un Jefe de una Estación que nunca existió. 

Mi conocimiento en la materia no supera lo anecdótico, ni puedo apelar a otras experiencias que circunstanciales aventuras juveniles, o un particular embelesamiento por los subtes que me gusta abordar, en las condiciones que sea, cada vez que piso Buenos Aires.


Por ende, desde la vivencia personal me declaro incompetente para abordar la materia, dada mi condición de extraño a la problemática. Por supuesto que otro tipo de conocimiento y análisis podría permitirme arriesgar algún comentario, pero para escribir lo que quiero escribir me basta pararme sobre esta trilogía (sin desmerecer otros muchos aportes que han realizado varios compañeros):

1 1 “Undeja vû de algo de Antonio Diez en el Blog del Fusilado;
2 2 “Eltren del progresismo bobo de Gringo Viejo en el Blog Ganando Amigos;
   3 Matar a Cristinade Daniel Mancuso, en su blog homónimo.

Escojo los tres porque alertan sobre las reacciones voluntaristas y funcionales al enemigo en las que se suele incurrir producto del dolor y la sorpresa. 

Parece que siempre caemos en la misma trampa, como caímos con el caso Skanska; como caímos cuando Clarín aprovechó la hijaputez de Schoklender para embardunar a las Madres de Plaza de Mayo; como caímos ayer nomás, cuando Clarín y Altamira montaron el espectáculo pavo de los gendarmes espías; como cuando alegremente, sin análisis previo, salimos a putear gobernadores agitando la banderita de “Famatina no se toca”, entre otra larga lista de ejemplos. 

Saltamos como resortes a pedir renuncias, a cuestionar políticas y personas, a promover cambios sin analizar razones ni viabilidad, sin tomarnos el tiempo de tratar de correr la cortina que (debiéramos saber) está ahí siempre para ocultar las segundas intenciones, ya demasiado evidentes a fuerza de reiteración.

Los ferrocarriles fueron concebidos y diseñados hace un siglo para un fin que nada tiene de funcional a las apetencias y las condiciones del actual modelo.

Fueron privatizados en los ’90 a la luz de una ideología y a la medida de un proyecto de país que no alentaba la perspectiva de millones de personas moviéndose hacia y desde su trabajo. Cuando nos paramos desde el lugar de “pasaron ya 8 años”, parece que nos olvidamos, no ya de los logros obtenidos, sino de las limitaciones que impone una infraestructura cuyo mayor defecto ni siquiera es la obsolescencia, sino haber sido pensada para un país de exclusión y marginación. 

Por supuesto que duele y enerva, hasta desespera, contemplar el cuadro de medio centenar de hermanos muertos y diez veces más heridos. Por supuesto que el hecho es una demostración patente de nuestras limitaciones, pero me parece que terminamos imitando a los buitres que deploramos cuando, sobre los cadáveres tibios, nos sumamos a la oleada cuestionadora de lo que sea y exigimos transformaciones radicales ya, sin medir ni la factibilidad ni la sustentabilidad de nuestro reclamo. 

Que los culpables (todos y cualesquiera) se pudran en la cárcel es una aspiración de justicia que deben satisfacer los jueces. Pero así como deploro a los opositores que apenas pueden ocultar tras semblantes de ocasión su regocijo por la tragedia, pido a los compañeros que no se sumen al circo. Les recuerdo que si esos trenes marchan atestados de compañeros, es por la exclusiva responsabilidad de este modelo. Y no sólo porque no haya sido capaz de mejorar y multiplicar el servicio, sino, fundamentalmente, porque generó las condiciones para que millones de argentinos los atesten porque tienen  trabajo.
 
El modelo es éste compañeros, con sus logros y sus bemoles, no se construye sólo para y con gente linda y bien pensante, necesita de Poder para arrimarnos algunos metros más a la utopía, y no podemos ser funcionales a los intentos de limarlo, ni aun cuando nos gana el dolor.

Seguramente a varios les parecerá este post obsecuente y acrítico. Y hasta antipático. Asumo el riesgo pero aclaro que si cavé y me metí en una trinchera, no fue para salir corriendo cuando las primeras bombas caen cerca. Ni siquiera cuando se trata de “fuego amigo”. 



12 comentarios:

Daniel dijo...

Son los mecanismos de defensa que toman el lugar de la reflexión con panorama.
Nos desbocamos por defender como los otros lo hacen por atacar. Y ahí nos cruzamos.
Viene bien el post como aquel que te toca el hombro y te dice;
-"Aflojá. No te enganchés. Observá un poco con cierta distancia todos los aspectos que hacen que confluya así la coyuntura. Y después sacá conclusiones".

Diego de Laurentis dijo...

No, el post no es acrítico o antipático, es imbécil.

La cantidad de estupideces que escribiete superan cualquier límite.
Comentás que de ferrocarriles sabés poco, se nota, mucho menos conocés los ferrocarriles del GBA.
Te explico: la gente viaja atestada poque la cantidad de formaciones es la misma desde la época de Frondizi, en relidad menos porque cada tanto alguna se prende fuego.

Decís:
Los ferrocarriles fueron concebidos y diseñados hace un siglo para un fin que nada tiene de funcional a las apetencias y las condiciones del actual modelo.

Claro, claro, me imagino cómo serían los ferrocarriles del actual modelo: todos con destino al Calafate.

Moscón dijo...

Cuidado,desde adentro,el reclamo como hecho posterior al aviso tiene legitimidad,ya las las auditorías del 2009,que alertaban y alarmaban sobre el quilombo en el Sarmiento daban la pauta que un día iba a salir todo mal,no es para cuestionar el modelo sinó todo lo contrario;es cuidarlo en salud.
Sabemos lo difícil que fueron los logros del 2003 a la fecha,los constantes embates y luchas y traiciones que hubo que soportar,pero en este caso concreto no fué imponderable.
Desde el lugar mas destructivo que se puede utilizar,que es la obsecuencia,es desde donde mas se le hace el juego a los carroñeros.

Pibe Peronista dijo...

Yo le pongo una ficha a Cristina. Qué digo una, todas!

Abrazo

Anónimo dijo...

Moscón: Si yo te digo que en algún momento se va a caer algún avión de aerolíneas ¿Estoy avisando que algo no anda bién en esa empresa? Y seguramente en algun momento se va a caer algún avión de aerolíneas.
Hace un tiempito se quemaron varios vagones supuestamente por pasajeros indignaos por las demoras y cancelaciones.Ahora hay un montón mas de indignados porque no se cancelaron los servicios que no brindan un cien por cien de seguridad.¿Existe en algún aspecto de la vida un cien por cien de seguridad de algo?
Hoy se incendio parte de una máquina en Olavarría, de un tren de Bahía Blanca a Plaza Constitución.La mitad de los pasajeros quería que se suspenda el recorrido para que no pase otra tragedia como la de Once,la otra mitad quería continuar.Estuvieron seis horas demorados y siguieron viaje.Y arribaron con salud.
Ayer en Tierra del fuego chocó una camioneta con una familia de cinco integrantes contra una combi.Cuatro de la familia y uno de la combi fallecieron.Había dos herídos graves que no se al día de hoy como estarán.El lugar era llano y recto, estaba lloviendo y nevando con viento y la falta de visibilidad pudo ser la causa del accidente.La familia volvía de vacaciones de Tucumán,estaban a quince minutos de llegar a la casa.
Hay 22 de esas muertes por día.Sin embargo nadie cuestiona los autos,las rutas,las empresas de micros,etc.No se ha puesto de moda.
Al lado de eso el Sarmiento sigue siendo seguro.
Esperemos los resultados de la pericia y después veamos las responsabilidades.Salirle a pegar al gobierno por esto no solo es bajo y oportunista,es un síntoma de falta de compromiso y empatía con el proyecto,de falta de solidaridad.Es una manera de resguardar el culo y dejar que el garrón se lo coma Cristina, como todos los que se viene comiendo sola.No importa cuanto hagan,nunca es suficiente para que ante las situaciones dificiles logren el apoyo y la confianza de los que dicen ser agerridos defensores del modelo,por lo menos dos días después de unas elecciones ganadas o de una multitudinaria marcha a favor.
Los que ayer fogoneaban con Botnia y embarcaron al Gobierno en esa cruzada que casi nos cuesta las buenas relaciones con Uruguay, hoy ya no hablan mas de Botnia,se olvidaron,ahora hablan de Famatina y de los ferrocarriles.
Los que jodían por una ley de medios y ya la tienen, no han sido capaces de generar ni una puta FM barrial como había en la época de las truchas.
Universidades,sindicatos,minorías étnicas o sexuales,amigos de las armas historicas de avancarga,agrupaciones juveniles de excursionitas,de jugadores de badmintong o de go,nadie.¿Esperan que vaya Cristina a generar la programación?
La vida no es fácil,es mas fácil llorar,arrepentirse,dice Jaime Sabines.Y exigirle a Cristina agrego yo,eso es lo mas fácil.
Revertir mas de sesenta años de destrucción lleva mucho mas de ocho años,sobre todo si solo se cuenta con un par de frágiles manos de mujer.
Y no te preocupes,para cuidar al modelo en salud ya tenemos bastante con la oposición.

Capitán Yáñez dijo...

Rucio, dos aclaraciones previas, para evitar confusiones. 1) quien escribe lo hace desde los "arrabales" del kirchnerismo, por decirlo de un modo gráfico, y no desde la tropa magnetista. 2) laburar en un call-center en Once o como obrero de la construcción en una obra en Palermo es, ni falta hace decirlo, muy preferible a no tener laburo.
Aclarado esto, vamos al punto. Si los trenes "marchan atestados" de trabajadores desde el Conurbano hacia Capital Federal... algo no se está haciendo del todo bien y la "sintonía fina" deberá ser "muy fina".
Antes que morir en la trinchera, hay que ir a cuestionar (e insultar, llegado el caso) al cabo, al sargento, al teniente... o al que corresponda, según el propio rango.
Eso no es traición, es sentido común. No parece tan heróico, pero ayuda más a la construcción del "modelo" que aferrarse a la bandera esperando el cañonazo mortal.

Moscón dijo...

Gringoviejo:
Si me decís que en algún momento puede caerse un avión,está dentro de las posibilidades el hecho imponderable(de paso,la crónica de un desastre anunciado en Aeroparque no tuvo ningún responsable criminal).Otra distinta es cuando no se mantiene en condiciones mínimas la maquinaria y sabés que se va a romper.¿Te largarías a la ruta a hacer un viaje de 1000 km con las gomas que se le ven las telas?
El asunto es que no deban cancelarse servicios(en yanquilandia tienen un problema parecido con las compañías aéreas)porque la maquinaria aparte de obsoleta,la ponen a andar sin un mínimo de mantenimiento,con la lógica mas recalcitrante neoliberal:"maximizo ganancias a si sea a costa de vidas humanas y me embolso el subsidio millonario".
Y donde yo apunto no es a desprestigiar la acción de gobierno de Cristina,apunto contra las ratas con responsabilidad que están dentro del gobierno,esas que se embanderan con el discurso pero para usarlo de carpa para tapar como nos cagan,como schocklender dando una arenga sobre los compañeros desaparecidos.
Si las ratas nos copan la parada nos quedamos afuera.

Sujeto dijo...

Creo que "defender el modelo" no implica de ningún modo dejar de reclamar por lo que no funciona. Al contrario. El tema es cómo, y porqué. Coincido plenamente en que el ferrocarril se trazó originariamente para transportar los cereales al puerto de Buenos Aires, pero eso es respecto a la carga. Acá estamos hablando de los pasajeros que todos los días lo utilizan para ir a su laburo. Es cierto que viajan atestados porque hay laburo, pero también es cierto que viajan atestados porque los concesionarios no invirtieron para mejorar el servicio, y que el Estado, nuestro Estado al que defendemos y seguiremos defendiendo, no controló como corresponde.
También es muy cierto lo que dice el amigo Gringo Viejo acerca de las muertes por temas viales, y la amplificación mediática de la tragedia de Once; pero en este caso, tampoco una cosa quita la otra: hubo 51 muertos y 700 heridos, y el funcionario responsable de los transportes sólo atinó a decir que si hubiera pasado el feriado hubiera habido menos víctimas.
No sé cuál es la mejor solución para el tema ferrocarriles, pero se me ocurre que no será fácil ni mágica, lo que sí, es impostergable.
Saludos

Anónimo dijo...

Las heridas producidas por la tragedia ferroviaria del 22 de febrero hacen recrudecer las críticas al gobierno muchas de las cuales son expresión genuina de disconformidad ante la falta de acción ó casi complicidad de ciertas áreas y muchas otras que sólo tratan de destruir al gobierno y aprovechan la oportunidad que graciosamente se les brindó.
Cuando se apoya la gestión de casi 9 años desplegada a partir de 2003, una vez sorteadas las etapas más básicas y críticas, tambien se desea excelencia en el desempeño, no solamente demostraciones de poder. Es decir, motivos para disfrutar, confiar y convencer a los que aún son reticentes y para refutar con dureza a quienes siempre trabajan en contra, no sólo del gobierno sino del propio país.
Acabo de escuchar al Ministro de Planeamiento y al Secretario de Transportes anunciando la intervención por un par de semanas a TBA y la enunciación de distintas medidas para ir "encarrilando" el tema.
Me dió la impresión de que acababan de asumir sus funciones. Que no hace años que están a cargo de sus áreas. Y yo apoyo a este modelo. Me imagino los comentarios de quienes no lo apoyan ó tratan de boicotearlo, aún sin "accidentes".
Estoy de acuerdo en que las críticas ayudan a mejorar desempeños, rectificar cursos, eliminar fallas, depurar áreas. Pero lamento seguir insistiendo en que las 51 muertes y los 700 heridos del miércoles pasado no tienen perdón ni disculpa alguna.

Saludos
Tilo, 70 años

profquesada dijo...

Rucio me gustó mucho tu post. Cuando decís que sobre los trenes lo ignorás todo es algo que deberíamos reconocer todos. Es, lo mismo que el tema de los recursos no renovables, del comercio exterior y la extranjerización de la economía, una de las herencias más pesadas y complejas que nos dejó casi medio siglo de liberalismo. Sin embargo ahora todos somos expertos, entrenes, en minería, en gestión de lo público. Los trenes suburbanos de Buenos Aires (no todos) son y eran un desastre 20 años antes de la tragedia de once y lo seguirán siendo por varios años más a pesar de los esfuerzos que se hagan por arreglarlos. Para ninguno de esos temas hay soluciones mágicas. Porque los problemas estructurales no son solo cuestiones de planificación e ingeniería son también cuestiones de intereses sectoriales de todo tipo, es decir, son problemas de políticas. Cuando ocurren desastres tan traumáticos como los de Cromañón o lo de Once todos andamos hiper sensibilizados, incluidos los funcionarios, hasta la misma Cristina, a la que se le retrata en la cara el dolor (y la indignación). No es posible llegar a conclusiones ni siquiera aproximadas con falta de información y un torbellino de sentimientos en la cabeza. Y si uno es funcionario tiene que saber que lo que diga será pasado por la más dura de las pruebas. Y nadie está exento de cometer un error, se ha visto en éstos días decir alguna cosa que era mejor no decir. No es el caso de Cristina, que dijo lo justo. Y todo ese va y viene de declaraciones y contra declaraciones e interpretaciones no tiene nada que ver con los trenes, ni siquiera con el accidente y sus causas, ni con la forma de corregirlas, sino más bien en como evitar sus consecuencias en los personal o corporativo o en cómo aprovecharse de ellas, según sea el "bando" en el que uno se pone. Estos problemas, por lo menos desde nuestro lado, no son problemas de bando o, si querés, de banderas. Sin embargo algunos creen que es así y que un accidente como este o el cianuro en famatina o el proyectoX o la ley antiterrorista caracterizan a un gobierno porque así lo dicen Clarín y La Nación y un grupito de trasnochados que de pronto son expertos en todo. En este clima mediático, mañana te tiran que Cristina mide un 15% de aprobación y muchos (incluidos de los nuestros) se lo creerán. No estamos pensando con la cabeza sino con el corazón (o con el culo) y nos dejamos llevar por la corriente que impulsan y controlan "ellos". Sus mentiras que son dichas a diario, nadie las juzga, nadie las condena, las rectifican sin pedir disculpas, ahora, una palabra de más o de menos, un silencio condena a alguien del Gobierno. ¿Estamos todos locos?, yo creo que, como me parece que vos lo pensás, conviene parar la pelota y dejar que quienes gobiernan tengan el espacio para responder al juego macabro de ellos con hechos y resoluciones en los tiempos que se necesiten y que la realidad, no los deseos o los reclamos de quienes esperan milagros, determinen. No creo que sea el momento para sumarse al coro de los reclamadores conducido en su mayoría por quienes nos llevaron a esta situación, en todos esos órdenes de cosas que mencioné al principio y que no están tan separadas como podría parecer. Estoy a muerte con lo que dice el Pibe, cortito pero muy claro. El tiene esa virtud, lamentablemente yo no.

roberto dijo...

Seguro que hay culpables y deben pagar, pero mucho comentario mediático de por medio y una cantidad de opinadores de la nada coparon y aprovechan para descargar sus broncas, yo no entiendo de ferrocarriles más allá de viajar en ellos, a veces mal, pero recuerdo hace cuarenta años atrás se viajaba hasta en las locomotoras diesel, alguno de los que comentan seguramente se acuerdan y eran épocas donde había laburo como ahora. Solo olvidan los que no les conviene y aprovechan las muertes para saltar de sus propios ataudes. Igual falta cumpa Rucio, hay que darle una posibilidad al gobierno,sabemos que puede durar años solucionar algo que lleva años enquistado, lo improvisado ya sabemos como termina. O acaso paramos todo y empezamos a subsidiar la compra de bicicletas,
para evitar otro accidente.

Luis Quijote dijo...

Un análisis correcto.
"Se hace camino al andar, y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver al pisar".