No es ninguna novedad que,
buena parte del periodismo argentino, abandonó hace ya bastante tiempo toda
pretensión de objetividad. Los grandes medios se han transformado en meros
traficantes de ideas, en apañadores de propósitos inconfesables y en un vil
comercio propagandístico.
De
ahí que su credibilidad
como comunicadores viene en caída estrepitosa y constante. Aunque
alguno, inmerecidamente, parezca haber logrado frenarla momentáneamente.
No sólo lo afirmo respecto
a sus análisis políticos. Si un desprevenido capitalista creyera en que el
serio periodismo argentino como una guía de sus inversiones, vería azorado como
se le escapan posibilidades de grosas ganancias en cualquier terreno. La
disociación entre la realidad económica y los augurios mediáticos resulta la
más evidente y contundente prueba.
La tan difundida comparación
entre el rendimiento del ahorro en dólar con las inversiones bursátiles, el
plazo fijo en pesos, o en inmuebles, entre otras, durante la última década, deprecian
el valor de los comentaristas económicos y de los gurúes infalibles que
heredamos de los 90. Sin embargo, pareciera ser que la santidad de sus palabras
permanece incólume en la apreciación del circo mediático.
El interés predominante ha
dejado de ser el de informar para trasvestirse en la instauración de
convenientes dogmas. La veracidad y la seriedad han sido sacrificadas en el
altar del entretenimiento rentable. Es por eso que, salvando las estéticas y el
formato, resulta tan difícil diferenciar la razón de ser de Periodismo Para Todos
de la de ShowMatch, y es fácil discernir el objetivo de la búsqueda del
escándalo artificial, tan propio del discurso
de Jorge Lanata como del de Jorge Rial. Ya no se busca la elevación del conocimiento
y del intelecto del receptor por vía del análisis de los hechos, sino la mera explotación
de su ignorancia y su sujeción, sea por vía de la utilización de su insatisfacción
sexual o de una moralina banal que nada tiene que ver con la práctica social
media, da igual.
Vender
un dogma, humo o un producto, no hay diferencia. Si es necesario promocionar la Feria
“Puro Diseño” de la Rural, es lícito enmascarar la propaganda como noticia e
incluso presentar la producción de zapatos de mondongo como una novedad
impactante, una explosión de creatividad (La Nación: “O la propuesta de Visceral, el stand más
original, que montó una carnicería de "las de antes" para exhibir sus
zapatos, carteras y accesorios. La idea tenía que ver con el producto: hecho a
base de mondongo de vaca curtido. La oferta del día: "zapato de
mondongo". Hay chatitas por $ 400, botitas por $ 650 y cinturones y
carteritas por $ 200. "Logramos transformar algo desagradable en un objeto
de deseo", explicó Nahuel Correa, socio de Visceral, que junto con la
diseñadora Lori Carini atendían con delantal y gorra de carnicero”). Tan
lícito como omitir que ya hace años se reinició la producción calzados de ese material
o, incluso, omitir que fue una exportación histórica argentina a Europa, durante
la primer mitad del S. XX, donde se vendían en casas de alta indumentaria bajo la
glamorosa denominación de “zapatos de cuero de cóndor”.
Pero
el ocultamiento de la propaganda, que convertiría a esta anécdota en nada más
que un ejemplo de viveza criolla, se transforma en una práctica de terrorismo
económico cuando se generaliza y tiene por objeto desalentar inversiones como
método recurrente de frenar el desarrollo y de desestabilización económica. No
es casual la permanente promoción del dólar como método de ahorro (a pesar de
su escaso rendimiento financiero como tal). El dólar presentaba dos
características interesantes: por un lado favorece la evasión fiscal, por otro
(al ser guardados bajo el colchón), retrae fondos del mercado de pequeños capitales
productivos.
La
última estrella de magnitud del desenfado irresponsable mediático, fue el
ataque a la estatización de la mayoría accionaria de YPF. Primero fue la nada
inocente calificación de “confiscación” con la que se tildó a la operación.
Después la descripción de la generación de un nefasto “clima de negocios” y de
descrédito internacional del país frente a los inversores extranjeros. Se
extiende La Nación respecto a este punto el 13/6:
"Bla, bla... El tema de la nacionalización de
YPF y las limitaciones de acceso al mercado cambiario hacen que la Argentina
sea un país más riesgoso", dijo a LA NACION Verónica Améndola, analista
senior de la calificadora y responsable del informe. Entre enero y mayo de 2012, Moody's bajó en seis ocasiones las
calificaciones de empresas no financieras localizadas en la Argentina, lo que
implica que deban pagar tasas más altas en una eventual emisión de títulos en
el mercado de capitales. La mayor parte de estas bajas se dieron en empresas
del sector energético: Pan American Energy, Petrobras Argentina e YPF, cuya
calificación había sido rebajada en dos ocasiones durante los primeros cinco
meses del año y sufrió una nueva rebaja ayer, hasta ubicarse en Caa1. En un
comunicado de prensa, Moody's señaló que esta última baja, que fue acompañada
por caídas cercanas al 8% en el precio de las acciones de la petrolera en las
Bolsas de Buenos Aires y Nueva York, "refleja riesgo de liquidez ante una
aceleración de la deuda de corto plazo" de la empresa, la misma que
"tiene elevadas necesidades de moneda extranjera para atender sus
vencimientos de deuda, que incrementan el riesgo de reestructuración... bla, bla, bla".
Es
decir, un nefasto panorama que se cierne sobre la explotación petrolera estatal (y que se extiende amenazante sobre las
empresas privadas en general). Cualquier inversor local que creyera en este
augurio debería correr a ampararse en el dólar blue, brown, red o lo que le
quieran vender para rellenar el colchón.
Pero... |
Ahora,
si Ud. decidió no hacer caso a la advertencia e inmolarse en la Bolsa de Buenos
Aires comprando algunas acciones de YPF, el día después se encontró con que el
mexicano Carlitos Slim tampoco dio bola y lo imitó, alzándose con el 8,4% de
las acciones, provocando un shock de confianza y elevando las cotizaciones en un 15% en Buenos Aires y en un 17% en Wall Street. Nada mal la ganancia por 3 días ¿no? Ud. seguramente mirará el próximo jueves
pasar el caceroleo con una sonrisa desdeñosa a flor de labios y dirá, con un
dejo de sorna, para sus adentros: "¡giles, sigan creyendo en el periodismo
independiente…!"
El
54 y pico por ciento de los argentinos demostró en octubre que ya poco o nada
inciden la prédica y los pronósticos de este tipo de “Tribunas de Doctrina” a
la hora de tomar sus decisiones políticas. El día que los que la juntan con
pala decidan imitarnos y destripar los colchones, estamos hechos.
7 comentarios:
Otra vez le afano pero ahora solamente enlazando sin acotar ni un rebuzno. Juro que no se convertirá en hábito.
Saludos.
Grosso, Ruccio. Usted la pone.
Justamente escuché hace poco a un economista mexicano en la CNN predecir la peor noche para YPF después de la expropiación de Repsol. -"Difícilmente llegarán capitales allí, usted lo verá" le decía enfáticamente al periodista.
En la dimensión descosida ninguna realidad te arruina un buen pronóstico de apocalipsis.
Genial! Buenisssimo! Espectacular análisis! Lo comparto.
Me vuelven loco los zapatos de mondongo! Rucio, un genio, gran post!
Por eso un pájaro tan criollazo como el cóndor siempre me pareció tan feo, tenían el cuero hecho de mondongo, y, a mí el mondongo nunca me gustó.
¿Sabrán los que compraron los dólares a 6,50, que el rollo no pierde volúmen cuando se devalúa la cotización?¿Donde se los van a meter?
Un abrazo
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