Ya es Clarín el SEPRIN de “la gente”?

La tapa de ayer es de muy mala leche, de la peor. Ataca dos cuestiones: el trabajo de reinserción social, laboral y cultural de uno de los sectores más vulnerabilizados de la sociedad, un mandato constitucional expreso desde 1853 (Art. 18:  Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquélla exija, hará responsable al juez que la autorice.); y la actividad política de contenido solidario.

La tapa de Clarín de ayer se monta en una de las más bajas cualidades de “la gente” aterrorizada por la propaganda de la sensación de inseguridad. “La gente” siempre dispuesta a dejarse seducir por los slógans como “el que mata tiene que morir”, que no se hace cargo que, en buena parte, es corresponsable de la situación de miseria, de alienación o de marginación que  empuja a sus hermanos al crimen. Una sociedad determinista que, genéricamente, se siente tranquila amontonando presos en las cárceles, que no quiere oír hablar de reinserción “con la plata de sus impuestos”, que no está dispuesta a dar una segunda oportunidad.

La tapa de Clarín ataca, ni más ni menos, que al Servicio Penitenciario Federal, un referente permanente en el mundo, desde las épocas del primer peronismo, de las políticas carcelarias. Justo en un país que sufre, desde la salida de la Dictadura, la mayor parte de las denuncias ante la Comisión Interamericana de DDHH por demoras en la resolución de casos en la justicia penal y por hacinamiento, maltratos y torturas por parte de los servicios penitenciarios provinciales. 

La tapa de Clarín no es un acto aislado. La movida la empezó La Nación el 10 de julio pasado, levantando las palabras del impresentable Sergio Schoklender vertidas en el programejo de Luis Majul:  “la acusación más grave la hizo al asegurar que la La Cámpora estaría "armando una fuerza de choque formada por presos". Según Sergio Schoklender, la organización que dirige el hijo de la Presidenta, "destinó algunas mujeres que van a la cárcel a reclutar militantes y a organizarlos. Van por los pabellones con total libertad". El ex apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo detalló también el nombre de dicho grupo: el "batallón militante", que respondería y reportaría al diputado nacional Andrés "El Cuervo" Larroque, uno de los líderes precisamente de La Cámpora. "Estos presos, como militantes de La Cámpora en la cárcel, deciden si alguien tiene privilegios o recibe visitas", aseguró. Según manifestó, "la estrategia es que cuando estos muchachos salgan irían a las villas a seguir reclutando gente".

¿Es inocente la levantada de Clarín? ¿Se puede ser inocente cuando se sabe que, a la tarde del mismo día de la publicación de La Nación, la página de SEPRIN la replica, amplia y agrega mostrando impúdicamente el cuchillo escondido abajo del poncho?: “Ahora bien si la gente las matan como moscas, es licito armarse en defensa de nuestra vida, Si igual nos van a matar en “una entradera “. Al menos con un arma tendremos la posibilidad de vivir. Sin ella solo seremos un estúpido muerto y una foto en una marcha de vecinos pidiendo seguridad.Armarse en forma licita. Como corresponde, con el registro en el Renar. Por eso al ver que la Cámpora recluta presos en las cárceles, para “militar“, estamos frente a un grupo paramilitar  que harán cualquier cosa” desde matar a opositores políticos, como a personas que no le sean afines, incluyendo periodistas. Y lo pasaran como un hecho de inseguridad más. De ahí entonces se entiende el plan de desarme del Gobierno y que la gente común no se arme, no sea cosa que nos quedemos sin militantes. El tema es grave  y el país se está yendo por un abismo. Los Jueces, algunos de ellos extorsionados nos llevan un enfrentamiento civil por su desidia. Estamos solos. Nadie nos va ayudar si nos matan en la calle. No es apología del delito, sino es una guerra donde estamos solos y el enemigo está en la política, sino puede ser que Schoklender mienta y que los muertos por la inseguridad sean solo  una sensación.”

Para el que crea que también soy víctima de la paranoia por encontrar relaciones y la misma intencionalidad entre las 3 publicaciones, sepan que la mía tiene fundamentos:

Foto publicada en la página de Seprin, etiquetada como “Mariotto en las Carceles con el Batallon militante”, en la nota citada anteriormente.

Foto publicada en la página web de Clarín, el domingo 29/7, en la nota “El “Vatayón Militante”, con “entrada libre” en las cárceles”.

Mariotto casualmente, el que denuncia el estado deplorable en que se encuentra la población carcelaria de la provincia de Scioli. Toda una definición...

Por supuesto que, para que el planteo estigmatizador (de presos y de militantes políticos) surta efecto en la gilada, pueda ser levantado por el ex periodista estrella desde su trabajado halo progresista, y pueda ser digerido por la caterva de coreutas políticamente correctos que corran a denunciar funcionarios Clarín en mano, a pesar de repetir el discurso SEPRIN, es necesario recurrir a un edulcorante. La cobertura sobre la salida del írrito Callejeros, Eduardo Vazquez, en este contexto, fue el barniz amarillista que vino como anillo al dedo, para que señoras gordas se escandalicen en la verdulería, sin necesidad de sacarse los ruleros ni de hacerse cargo de la impronta fascistoide que penetra hasta el caracú la secuencia pseudo noticiosa, y para olvidarse que, el disparador de toda la jugada, fue Sergio Schoklender. 

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