También conocido como
Glam-trosck. Dícese de la escisión de la IV internacional que, en medio de un conflicto
laboral por mejoras salariales (o de una generalizada confrontación por la
redistribución del ingreso), abandona la lucha bajo la excusa de “proteger la
fuente de trabajo”, y se adhiere a los
intereses de la patronal cuestionada por prácticas monopólicas, y/o por prácticas
desleales frente a la actividad sindical y/o fraude societario y/o evasión
fiscal o previsional. De paso, piden mejor distribución de la pauta
publicitaria oficial (a veces eliminación de cargas fiscales a la exportación) para
beneficiar a sus pobres esclavistas.
Los glam-trosck, gustan
marcar diferencias con el llamado “Sindicalismo Amarillo”, al que suelen
criticar ferozmente. Mientras el sindicalismo amarillo se identifica con los
intereses patronales sin demasiadas tribulaciones ni complejos, los glam-trosck
rechazan ser “furgones de cola”, negándose a suscribir comunicados redactados
por la patronal. En su lugar, realizan una asamblea y redactan uno de idéntico
contenido y pretensiones, pero introduciendo sustantivas modificaciones, como
la sustitución de los términos “empleados” por “obreros”, “ganancias” por “plusvalía”
y “adherimos ovinamente” por “inauguramos un nuevo estadio de la lucha de
clases, que es profundizada por la confrontación con el estado burgués”.
Asimismo, suelen sustituir
la forma de estilo de cierre “Dios salve al patroncito” por “la lucha de clases
continúa, pero otro día, a la tardecita.” Más o menos así se lo explica el delegado
(y ex perseguido por la patronal), Pablo Viñas del PO a Silvestre.
También cabe distinguirlos
de los “anarco-capitalistas” de cuño neoliberal… pero no estoy muy seguro de por qué.
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