(O sobre la importancia del humo en la generación de mitos)
La mañana del 21 de agosto
de 1915 se presentaba soleada y sin nubes en Gallípoli. Las fuerzas de los
imperios inglés y francés desarrollaban en Dardanelos una operación militar de
ciclópeas dimensiones, cuyo ambicioso objetivo final no era otro que tomar Constantinopla,
la orgullosa capital de su contrincante otomano.
En el marco de las
operaciones, se dice que el británico 5to. Batallón del Regimiento Real del
Norfolk fue enviado en apoyo de las divisiones neozelandesas y australianas que
pretendían apoderarse de la cota 60. De sus integrantes, apenas un cuarto pudo
hacer pie en la colina. Allí entraron en una extrañamente baja nube, como de humo, que
minutos después comenzó a ascender lentamente. Tres testigos del acontecimiento,
50 años más tarde, relataron que, despejado el panorama, ninguna señal o huella
se vio de los sobrevivientes del batallón: se habían desvanecido junto a la
nube y nunca más se supo que suerte corrieron.
El misterio de la desaparición de los 250 sobrevivientes del 5to. Batallón de Norfolk, es uno de
esos acontecimientos que permiten pasar a segundo plano el hecho que las
restantes ¾ partes fuera aniquilada por el fuego enemigo, o que en la Batalla
de Gallípolli perecieran alrededor de un cuarto de millón de soldados.
Incluso, la mórbida curiosidad por lo extraordinario, quita relevancia al dato
documentado por los partes de guerra que, al 21 de agosto de 1915, el 5to. Batallón
llevaba ya 9 días reportado como desaparecido en combate. Hasta hoy, el mito
resiste indemne la embestida de los acontecimientos reales.
Quizás dentro de 100 años,
los amigos de lo exotérico, lo oculto y lo extravagante, reproducirán la
historia del misterioso caso de la repentina y coordinada desaparición de 1/3
de los televidentes de un partido de futbol que disputaran las primeras
divisiones del Club Atlético River Plate (en lucha por el campeonato) y la Asociación Atlética Argentinos Junios (que
intentaba salir de la zona del descenso). Mostrarán como respaldo una nota del
Cronista.com que, comentando el rating del día domingo 2 de junio de 2013,
decía “Después fue el turno de Fútbol
Para Todos con River versus Argentinos Jrs. que a las 22 hs dominaba la franja
con 22.8 por la TV Pública. Pero cuando arrancó Lanata a las 22.20 El Trece
subió hasta 18.1 y el fútbol bajó hasta 14.8, tendencia que se mantendría durante el resto de la
competencia”.
El díscolo y enigmático
comportamiento de las parcialidades futboleras argentinas, seguramente se verá
refrendado por otros extraños acontecimientos de los que deja constancia el
mismo artículo periodístico: habríase registrado que, una semana antes, el significativo
partido jugado por el puntero del campeonato contra el clásico rival de quien
lo alcanzaba en lo más alto del torneo (NOB-Boca, a su vez rivales en el máximo
torneo continental), atraía 500.000 espectadores menos que otro que
protagonizaran el ante último (Boca) con el antepenúltimo (Velez) del
campeonato, sin correr ninguno de los dos riesgo alguno ni aspirar a mejora
sustancial en su posición.
¿Habrían las parcialidades
argentinas perdido todo sentido de la relevancia futbolística? ¿o acaso optaban
masivamente por ampararse de las angustias y sobresaltos del devenir deportivo
huyendo de su condición de telespectadores de los acontecimientos? Ninguna explicación cercana a la lógica podría
dar respuesta satisfactoria al interrogante planteado, más probablemente
tampoco se ahondará en cavilaciones racionales: siempre resultan más motivantes
la conservación del misterio o los pintorescos atajos argumentales que nos arriman
a lo sobrenatural.
Así como es preferible
desechar la precedente desaparición en combate que aniquila sin piedad el
misterio del 5to de Norfolk, esa tendencia amorosa hacia lo inexplicable, que
anida en todo ser humano y los hace crédulos a lo imposible, rechazará razones
tales como que quien confecciona los datos conspira a favor de su interés.
Incluso descontextualizará el enunciado que cita (obviando la ironía de su
título: “Domingo de locura”), prefiriendo esquivar aquel párrafo que lo enmarca
y advierte: “La pelea por el rating en
los últimos tiempos ya no tiene que ver con un costado económico, sino
fundamentalmente con su parte política, llevando por momentos este
enfrentamiento a niveles nunca antes vistos”.
A veces (sólo a veces), para
algunos (sólo para algunos), la palabra no necesita otro fundamento que quien la
emite, y la realidad objetiva no es más que un fraude a las sensaciones.
4 comentarios:
¿Y Fabio Zerpa que dice?
muy bueno Rucio, me gustó mucho. también encuentro parecidos entre las marcas dejadas en los campos por los alienígenas con las fantásticas mediciones de IBOPE, ambas parecen responder a una intencionalidad humana bien definida. La práctica es consetudinaria, ahora se la utiliza políticamente. Mal de muchos consuelo de tontos, eso se dice, lo que nos sucede -vida mía- sucede en muchas partes. el cuarto poder es ahora el segundo, el tercero son los fierros y el cuarto las instituciones políticas.
la democracia tutelada, bien gracias.
O sea que hinchas hipnotizados por cincunstancias límites de Argentinos Jrs., River, Quilmes, Independiente, Newell's y San Martín de San Juan dejaron en una tercera parte de ver al partido que se resolvió con un segundo gol, unos cinco minutos antes de finalizar! Ayyyyy!!!!!!!!!
«Bien sé que quienes se regodean en el misterio son amantes de la ignorancia.»
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