lunes, 12 de agosto de 2013

Una de detectives (pura ficción)


Al Comisario se le termina la paciencia, reflexiona sobre lo espinoso que pinta el caso, muchas ingógnitas, gente influyente involucrada... "mala mezcla" se dice. Se pregunta si tenía algún sentido consultar a Herminio Pérez sobre este asunto o si era una nueva pérdida lastimosa de su tiempo. Mira su reloj, comprueba que las tres horas que le pidió a solas en la sala de video expiraron, y mientras imparte la orden de ingresar con un cabezazo al Sargento Rosales, abre la puerta.




-         Bueno Herminio ¿que tenemos?
-         Herquils, se lo tengo dicho, prefiero Herquils Puaró –contesta el detective privado, echado para atrás en la silla, mientras se retuerce el bigote.
-         O.K., Herquils o como quiera que lo llame, espero se haya ganado lo que se le paga como consultor y no haya dilapidado mi tiempo… ¿que tiene?
-         Nuestro hombre es bombero, conocía a los vigiladores del country y tampoco era extraño a los de la casa.
-         ¡Sorprendente! ¿Qué nos perdimos para no arribar a tal conclusión?
-         Sencillo Comisario, lo de bombero lo deduzco por su chaqueta ¿ve ahí cuando se pone de espaldas a la cámara de seguridad? Dice “bomberos” en letras refractantes. Además de eso, en el vértice superior derecho de la imagen se alcanza a divisar la trompa de la autobomba.
-         Notable deducción Puaró, notable. Claro, conoce a los vigiladotes porque habitualmente lleva agua para llenar las piletas de natación… por eso, a pesar de lo evidente pasó desapercibido.
-         Psé… puede ser. Pero observe bien… el Natalia-Natalia en el minuto 24 con 46 segundos, mira a la cámara y dice “saludos al Chueco y Luisito que sé que me están mirando. Quiero aprovechar la oportunidad para que le comuniquen mis más fervientes deseos de que pase un muy feliz cumpleaños a Alcides Acevedo, cuando esta noche se junten a festejarlo en el bar “El Óbice” de los hermanos Rodriguez. Hagan un brindis por mí che, que no voy a poder estar porque estoy de servicio”.
-         No me tome el pelo Puaró, la grabación no tiene sonido.
-         Sé leer los labios Comisario, sé leer los labios. Recuerde que en mis años mozos me dediqué al arbitraje, por entonces los cursos de detective privado por correspondencia no gozaban de gran prestigio que digamos, y debí ganarme la vida de ese modo… si habré expulsado jugadores por mascullar barbaridades sobre mi mamá. En fin… otros tiempos…
-         Ahora… Ud. dice que también era conocido de la gente de la casa… es una hipótesis atrevida la suya.
-         Hipótesis las pelotas. Mire acá –dice adelantando el video- va directo a la maceta del malvón y saca de ahí la llave. ¿cómo sabía que estaba ahí?
-         Hmmm… quizás algo que ver con el personal doméstico, no se puede confiar en esa gente…
-         Me temo que se equivoca nuevamente Comisario… puede que alguna relación de ese tipo exista, pero me huele a coartada… una agachada para encubrir algo entre los dueños de casa.
-         Definitivamente, Ud. es un atrevido Puaró, el Comendador es una persona seria y su esposa, una recatada señora que colabora con su gestión. Son una pareja modelo, gente de familia, como uno…
-         Esos son los peores.
-         ¿Cómo se atreve?
-         Vaaamos Comisario! no se haga… estoy seguro que la Triguesa Mabragaña y la Tetona Flores cuentan con elementos de convicción suficientes como para desmentirlo… aparte su presencia habitual en el lugar de atención está registrada por la cámara de grabación de la esquina de Dragoneante Ugarteche y Avenida de los Residuales.
-         ¡Pero que dice! ¡Hacer esas imputaciones delante de mi subordinado!
-         ¿Quién? ¿El Sargento Rosales? Mire cómo se pone colorado… como si no se supiera que él hace los adicionales atendiendo la barra del “Colitas Frescas”, el piringundín que funciona atrás del Casino.
-         Bueno, bueno… bueno, basta de comentarios inconducentes que nada tienen que ver con la dilucidación del hecho que nos ocupa… estábamos en que, probablemente, el móvil del infractor estuviera relacionado con asuntos familiares ¿en qué basa su acusación, si se puede saber?
-         En la calle se encuentran los indicios, mi estimado. En la cola para comprar el pan de Moreno, el jueves pasado escuché el comentario entre dos comadres vecinas del Barrio Cerrado en marras. Eran, para ser más preciso, la mejicana Juarez del Cartel y Mercedes Felicitas de los Milagros Vives de Arriba y Renta, señoras finas de indubitadas reputación y habituadas a la práctica del caceroleo. Ellas comentaban que la pareja hacía ya rato que vivía separada, que guardaban la apariencia nomás por cuestiones de no afectar la buena imagen de la que gozan y para no ser comidilla del Barrio.
-         Es entendible, imagine si se enteran los periodistas…
-         Naaa… Luis Sanchez, mi amigo paparazzi me dijo que sus colegas estaban todos enterados, pero tenían órdenes terminantes de arriba de no publicar nada.
-         Sin embargo, ella es una fiel colaboradora de su marido, todo el mundo lo sabe.
-         Psé… conozco unos cuantos que, para evitar escándalos, y para no tener que pasar alimentos de su bolsillo, conchaban a sus ex en el Estado. De ser este el caso, afirma la hipótesis.
-         ¿…?
-         Elemental mi querido comisario, como gusta decir al amigo Yerloc*… En la función la Ñorase accede a información sensible y comprometedora, una nunca sabe cuando se acaba el changüí, así que mejor prevenir poniéndola a buen resguardo. Y dígame ¿Qué fue casualmente lo que se llevó el individuo? Ni joyas, ni dinero, ni algún plasma… la PC.
-         A ver, me parece que acá cayó en una contradicción… ¿qué necesidad entonces de mostrarse? Si la señora sigue viviendo en el country era probable que los vigiladotes le cuenten lo que vieron…
-         Impunitaje le llaman. A Ud. lo seduce lo obvio Comisario… pero se le escapa un detalle ¿Quién paga las expensas y habilita el barrio a pesar de que no cuenta con  servicios municipales básicos?
-         ¿Entonces descartamos la hipótesis del escándalo de campaña?
-         No lo haga… aún es prematuro, tampoco abandone la conjetura del pata de lana despechado.


(¿continuará?)

* nota. Refiere a Yerloc Jolmes: seudónimo profesional de Joaquin (a. “el Rata”) Pereba Duarte, ex cerrajero, actual consultor de seguridad del Municipio, condiscípulo de Hequils Puaró en la carrera de Detective Privado por correspondencia en Academias Ilvem. Posee un postgrado en decodificación de mensajes cifrados.


4 comentarios:

Luis Quijote dijo...

Si no continúa... ¡se pudre todo, eh!

Moscón dijo...

Loco este relato es una masa men!!

Tito dijo...

Lo voy a publicar en mi blog, no te conocía. Excelente el relato ficcionado. Una massa.
Tito

Anónimo dijo...

¿continuará?