El rico catálogo de personajes mitológicos argentinos es, sin embargo, mezquino en su categoría “animales fantásticos”: el chonchón, el basilisco, la mulánima o almamula, la mula sin cabeza que echa fuego por la nariz, el ratón Pérez, entre otros escasos ejemplos, agotan la lista. Como reconocimiento al aporte inmigratorio desde otras latitudes latinoamericanas, podríamos ampliar la serie con el chupacabras, e incluso (en un ejercicio de heterodoxia), considerar comprendidos a híbridos tales como el lobizón.
LA CHANCHA CON CADENAS - Jorge Bernard |
Pero la intención de este post es abordar el misterio que envuelve a otro horror poco conocido de este rincón del universo mítico: LA CHANCHA CON CADENAS, un terrible espanto sub rural por definición, quien, esporádicamente, perpetra sus tropelías en el corazón de los centros urbanos. (No confundir con el escurridizo “Chancho Enjabonado”).
No pasó desapercibida su existencia a Jorge Luis Borges (en "El Libro de los Seres Imaginarios"), quien la describió de la siguiente manera: "en el norte de Córdoba, y muy especialmente en Quilino, se habla de la aparición de una chancha encadenada que hace su presencia por lo común en horas de la noche. Aseguran los lugareños vecinos a la estación del ferrocarril que la Chancha con Cadenas a veces se desliza sobre las vías Férreas y otros nos afirmaron que no era raro que corriera por los cables del telégrafo, produciendo un ruido infernal con las cadenas (en tiempos pretéritos solía ser confundido con el estruendo de un huracán). Nadie la ha podido ver (al griego fue traducido como "κανείς δεν μπορεί να δει" o "nadie la puede ver”), pues cuando se la busca desaparece misteriosamente".
"Nadie la puede ver" (Encuesta julio/12) |
Ahora bien, críticos y detractores del ilustre escritor lo han cuestionado por su desconocimiento del país, allende la Capital y la provincia bonaerense. Por eso se duda de la procedencia que Borges atribuye al espanto, creyéndose que en realidad que es oriunda de Quitilipi (como afirman más modernas investigaciones que atribuyen a un error geográfico el origen atribuido por el laureado escritos), o de otro ignoto paraje de la Provincia del Chaco.
Según explica Rossanna Nelli: “la Chancha con Cadenas tiene siempre dos versiones: para algunos, es una cerda diabólica, enteramente renegrida, que emprende desquiciadas carreras en medio de la noche causando el mal a quien la encara, para otros, en cambio, es simplemente un alma en pena (Nota: se supo que “Desde muy chiquita fue rebelde. “Era inmanejable, a los cuatro años mi iba de mi casa con un bolsito detrás de las vías”, recuerda. Temprano también mostró su costado justiciero. Todavía no había entrado a la primaria cuando denunció a su hermano menor por matar a un perro. Luego se encargó de organizar el velorio “en la canchita de la esquina”.), de color negro, rojo o bayo, que ronda lastimera en las tormentas nocturnas, plañendo su desgracia”.
En nuestros días se sabe que su color es muy similar al tono koleston que usa otro ser oriundo de las vías ferroviarias: el Pollotrosko (Homocoiffeurs ferroviarensis) con quien algunas versiones apócrifas emparentan a raíz de su común costumbre de descarrilar. Ya, hace bastante, ha abandonado el negro en su indumentaria, casi al mismo tiempo que se le cayó una señal vial de “cruce ferroviario” que alguna vez embistió y que muchos confundirían con un crucifijo.
Rossanna Nelli también cuenta: “Todos coinciden en que se trata del ánima de una mujer maldita, que arrastra sus cadenas y purga sus pecados (y hay también acuerdo total en su elusividad, ya que se sabe que, si se la quiere ver y se la busca, se desvanece –Nota: Los criptozoólogos atribuyen su conducta huidiza a que ella misma se califica como una “excluida moral”-; y se desvanecen también los estrépitos de su carrera espectral)”.
Lo realmente importante es que se han registrado sus apariciones en variados y dispersos puntos de nuestro territorio nacional donde abundan testimonios de sus atribulados habitantes sobre la aterrorizante presencia. Incluso ha sido vista frecuentemente en la Banda Oriental.
También se ha verificado que la modernidad la ha alejado de los cables de telégrafo, habituándose en la actualidad a los estudios de radio y televisión, logrando mayor amplificación del infernalmente ensordecedor entrechocar de los eslabones y de sus aberrantes y apocalípticos gruñidos, sin que ello desnatualice tradición alguna o le haga dejar de ser lo que es: la chancha con cadenas (de medios de comunicación masiva).
También se ha verificado que la modernidad la ha alejado de los cables de telégrafo, habituándose en la actualidad a los estudios de radio y televisión, logrando mayor amplificación del infernalmente ensordecedor entrechocar de los eslabones y de sus aberrantes y apocalípticos gruñidos, sin que ello desnatualice tradición alguna o le haga dejar de ser lo que es: la chancha con cadenas (de medios de comunicación masiva).
Una particularidad de la maléfica presencia, es que suele ser vista en compañía de otros seres de similar calaña. Se la ha visto, en la mismísima Capital junto al Chonchón (*) y, en Rosario y La Matanza, acompañada por el Lobizón (**). Aparte de gozar habitualmente de las compañías del Ratón (Adrian) Pérez y de (Fernando) el Chupacabras, hacia el 2003 se registraron muchos avistamientos de la chancha encadenada junto a un basilisco (***), situación que se repitió en provincia de Buenos Aires en 2011, lo que indicaría un retorno de afinidades aparentemente abandonadas desde 1983.
Tiene hábitos depredadores, siendo muy temida por conservacionistas patagónicos y criadores de equinos, dado su costumbre de acosar a pingüinos y yeguas (de las que envidia, más que enconadamente, su figura y popularidad). La chancha encadenada se considera a sí misma como depredador natural de estas especies, aunque su suerte en la contienda no difiere demasiado de la del Coyote frente al Correcaminos. Verificadamente adaptable, en una optimista busca de mayor efectividad (y de rescatar algo de su antigua popularidad entre la fauna zoocríptica), ha transformado los Tribunales en su coto de caza preferido, y las denuncias penales en su arma dilecta.
Tiene hábitos depredadores, siendo muy temida por conservacionistas patagónicos y criadores de equinos, dado su costumbre de acosar a pingüinos y yeguas (de las que envidia, más que enconadamente, su figura y popularidad). La chancha encadenada se considera a sí misma como depredador natural de estas especies, aunque su suerte en la contienda no difiere demasiado de la del Coyote frente al Correcaminos. Verificadamente adaptable, en una optimista busca de mayor efectividad (y de rescatar algo de su antigua popularidad entre la fauna zoocríptica), ha transformado los Tribunales en su coto de caza preferido, y las denuncias penales en su arma dilecta.
EPÍLOGO
Para cerrar esta triste historia de la chancha que, creyéndose Leviatán, surca ya los mares del olvido, valga parafrasear la nostalgiosa conclusión de Rossanna Nelli: “al ruido de sus eslabones malditos, las viejas se persignaban y los niños se hundían más entre sus mantas…. y había aún quien le encendía velas, para espantarla o pedir la Santa Intercesión para el perdón de sus faltas… Actualmente, todo el norte y la zona de frontera comprendida entre las Salinas Grandes y las Salinas de Ambargasta, y de Sumampa, declinan poco a poco, asediados por la crisis, la incomunicación y los depredadores con cédula legal. Ya no se oyen los ferrocarriles ni el sollozo del crespín en las ramadas; escasean el monte, los delicados guazunchos, los pecaríes, los pumas, las palmeras; los antiguos pobladores, despojados, emigran a los márgenes ominosos de la ciudad capital. Entre las pavorosas hojas de la soja mutante, como en las praderas de algún planeta extraño, sólo se escucha, desolado, el ulular del viento. Y, muy, muy, de vez en cuando, las carreras fantasmas del Almamula y de la Chancha con Cadenas, que se resisten a migrar”.
GLOSARIO - BESTIARIO
(*) Chonchón, Tue-Tué o Chon-chón (en inglés Chon-cago boy): criatura de exitosa reproducción en Chile y algunas regiones de Argentina. Se le relaciona con alguna especie de lechuza o búho, pero está emparentada a toda ave “agorera” o de mal agüero. Se presenta como un ave de plumaje grisáceo ceniciento, y lo que sería su cuerpo lo ocupa una cabeza humana, de la que salen unas afiladas garras y son sus orejas unas gigantescas alas con las que vuela. Emite un chillido reiterativo y ensordecedor, y se caracteriza por repetir la frase “Tu-tué - Tu-tuén-tas no cierran”.
(**) Lobizón u hombre lobotomizado (vulgarmente: loboludo): No se conocen casos después de sancionado el Decreto 848/73 de Juan Domingo Perón. Más la costumbre del padrinazgo presidencial es una práctica inveterada aplicada a efectos de evitar que el séptimo hijo varón, sin mujer nacido al medio, mute horriblemente las noches de viernes en plenilunio. Algunas familias se negaron a acogerse al beneficio durante las presidencias peronistas, esta actitud antipopular dio lugar a que en San José de Feliciano, Entre Ríos, en 1953 se documentara el nacimiento del último caso en que efectivamente, un ser humano transmutara en lobizón. Cuentan las crónicas que se trató de un ex canillita residente en el conurbano bonaerense, quien abrazó las prácticas piqueteras durante la crisis de 2001. Sin embargo transmutó a su forma actual siete años más tarde, cuando fue nominado para el premio Konex junto al Rabino Bergamn y Monseñor Cassaretto. Desde entonces suele vérselo acompañando a la chancha encadenada. Sus familiares y amigos celebran misas para que prontamente recupere su estado humano. Algunos criptozoólogos opinan que este no se trataría de un caso de licantropía, sino de gorilismo por empatía.
(***) Basilisco o chauchao: especie de culebrón con cresta de gallo, capaz de matar con su mirada a quienes lo ven. El basilisco nace de un huevo pequeño y sin yema puesto por una gallina vieja o un gallo colorado, ocasionalmente por un ganso. Otras versiones dan cuenta de su carácter de “huevo de la Dictadura”. Afectos al cacareo, son conocidos por su codicia: tienen la capacidad chupar todas las energías de los moradores de la casa donde se alojan, hasta dejarlos secos, defaulteados o directamente matarlos. Pero también el basilisco cuando hay una madre que amamanta a una criatura la sorprende cuando duerme y le succiona la leche del seno, mientras entretiene al infante dándole a chupar su cola o usando otro tipo de entretención para giles.
(Para comprender el trasfondo profundo de esta publicación,
es necesario leer los enlaces incluidos)
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6 comentarios:
Creo que estamos a tiempo ya de decir que la más grande contribución de Carrió a la política argentina, en términos de penetración cultural e importancia práctica, no fueron sus investigaciones sobre lavado o haber tirado la idea de la AUH, sino (y por esto debería ser recordada) aquel verso de la "legitimidad segmentada" que fue prólogo del intento de golpe blando.
Muy, pero muy buen post.
Y pensar que los antecesores de estos eslabones perdidos entre lo zoológico y lo humano se referían a las gentes comunes y humildes de cerca de mediados del siglo pasado como "el aluvión zoológico".
Sin dudas, la descendencia de esos derechos y humanos antecesores han dejado rastros de sus heces a través de nuestra historia reciente, lo cual confirma su existencia.
Un aplauso para el asador ... digo, para este impresionante blog.
Faltan 124 días para el 7 de diciembre.
Saludos
Tilo, 71 años
BUE - NI - SI - MO !!!!
jajaja, buenísimo, ojo que al Gorda está por publicar dos (2) libros, una barbaridadddd, lo que es estar a pedo y sin ponerla!
Excelente!!
JA JA JA... Todavía tengo esperanzas, porque si es como dice el Pibe Peronista que está por publicar 2 ¡dos! libros, yo todavía puedo publicar en algún pasquín de barrio JA JA JA JA
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