Sumándome a la onda de
terrorismo feisbukero, pero de sentido inverso, desbordante de mala intención psicopateante, el viernes a la
noche publiqué esto:
Por supuesto que
aparecieron los sesudos comentaristas que intentaron echar por tierra la
endeble especie, argumentando con sagacidad y en base a incontrastables hechos,
a saber:
1) La Fed (Reserva Federal) dijo que no iban a ser retirados de circulación los billetes de viejo diseño.
2) Los EEUU Nunca retiran de circulación los billetes de viejo diseño.
3) ¡Aguante el dólar! (o I love dollar)
La inocente maldad empezó a ser digna de análisis más serio, porque si estos eran los argumentos para sostener su inexactitud, merituaba un análisis más fino.
2) Los EEUU Nunca retiran de circulación los billetes de viejo diseño.
3) ¡Aguante el dólar! (o I love dollar)
La inocente maldad empezó a ser digna de análisis más serio, porque si estos eran los argumentos para sostener su inexactitud, merituaba un análisis más fino.
“La
Fed dijo que no iban a ser retirados de circulación los billetes de viejo
diseño”. También dijo el gobierno de yankilandia que en Irak
había armas de destrucción masiva, entre otras tantas bellezas…
y los de la FED, ni siquiera son funcionarios del Estado.
Es decir, no existe diferencia sustancial en otorgar credibilidad a la palabra
de unos funcionarios norteamericanos de segunda línea de un pool financiero privado
en una conferencia de prensa de presentación de un billete, y creer en los
reyes magos.
El segundo argumento, es
una verdad tan relativa como la que esbocé en el feisbuk. Convengamos que los
norteamericanos son poco proclives a retirar billetes de viejo diseño, pero
afirmar que nunca lo hacen es tan erróneo como decir que siempre lo hacen.
En este link encontrarán
varios billetes de 100 dólares que no creo que nadie acepte como medio de pago.
Es más, toda una serie emitida en 1957 (respaldada en patrón plata) se encuentra fuera de circulación y
no tiene otro valor que numismático. Paradoja del destino, esta serie es
conocida como la de “sello azul” o simplemente “Blue Dollar”.
En 1963, Kennedy ordenó al
Departamento del Tesoro emitir una serie de billetes de dólares, sin la
intervención de la FED (es decir, el Estado emitió moneda directamente), se la
denominó “la serie roja”. Muerto Kennedy, su sucesor Jonson, anuló la orden
ejecutiva. Los billetes con sello rojo fueron retirados de la circulación antes
de que aparezca algún nuevo Lee Harvey Oswald.
En 1969, Richard Nixon, de
un plumazo, sacó de circulación los billetes de nominación mayor a U$S 100
(500, 1.000, 5.000 y 10.000). Después
volveremos sobre el tema.
De las 3 impugnaciones
recibidas, la más atinada y ajustada a la realidad, la que merece ser tenida en
cuenta, es la que clama “aguante el dólar!”. No tiene ningún indicio de
racionalidad, ni es producto de ningún análisis. Comparte con la primera la apelación
a la fe… y tiene razón: si el valor real del dólar no resulta sino de la
creencia de que representa un determinado valor económico ¿por qué suponer que
la cotización del dólar blue para alguien, responda a una lógica distinta a que
los medios masivos de comunicación le hacen creer que vale?
La racionalidad indicaría
que carecería de valor una moneda cuyo país de origen reconoce que le dá a la
maquinita de emitir sin contemplación, cuya deuda externa (sin contar la
interna) es superior en varios miles de millones de dólares a su PBI anual, y que
no termina de salir de una crisis recesiva inmensa. Para colmo, los nuevos
grandes bloques económicos emergentes la están abandonando como medio de pago
en sus transacciones comerciales internacionales (así como los países del Commontwealth
nunca la adoptaron, la eurozona la abandonó, los BRICS se encaminan en ese
sentido, al igual que bloques regionales latinoamericanos como Mercosur, ALBA,
Petrocaribe, antiguas zonas de influencia indiscutible del billete verde).
Si el dólar vale, no es
más que por el desmedido prestigio que se le atribuye desde los medios de
comunicación masiva. Después de todo, si existen masas acríticas dispuestas a
creer que Néstor Kirchner fue asesinado por su hijo y esposa, sucesivamente con
sospechar de que no había cadáver en el féretro porque no estaba muerto ¿por
qué no habrían de digerir que un papel impreso sin control vale el doble de lo
que la comunidad mundial está dispuesta a creer que vale? Porque ojo ¿eh? Basta
cruzar el Río Uruguay con pesos para adquirir los mismos dólares (casi sin
restricciones) al precio oficial argentino. Es decir la cotización del dólar blue
no es más que una sensación endémica del microcento porteño, que aprovechan
especuladores del resto del país.
Volviendo a la cuestión
convocante ¿puede o no ser que los billetes de dólar de la vieja edición sean
sacados de circulación, a pesar de que juren lo contrario los empleados de la
FED? Dato de no poca relevancia, porque de suceder, obligaría a los
atesoradores de la reliquia numismática a sacarlos del colchón e intentar su cambio
por el nuevo billete. Y ahí, a no dudarlo, va a estar la AFIP restregándose las
manos, o los cueveros para quedarse con un nuevo y formidable mordisco.
Volvamos también a 1969,
cuando Nixon sacó de circulación los billetes de alta nominación. Uno se ve
tentado a creer que lo hizo por una simple razón: reforzar la intermediación
bancaria (y la ganancia financiera) dificultando las operaciones comerciales de
muchos ceros con papel moneda (por aquel entonces aún no estaba popularizado el
método lanatiano de pesar los billetes en lugar de contarlos). Es decir, el
vínculo de Nixon con los banqueros iba mucho más allá de lo que se dice.
Y no es casual: Nixon gobernó
en la etapa de tránsito (eclecticismo económico)
entre el keynesianismo de la reconstrucción pos II Guerra y el Neoliberalismo
económico, cuando el capital financiero deja de jugar un papel secundario para
transformarse en el eje de la economía mundial. Dos años más tarde el nuevo esquema
se completaba: los Estados Unidos abandonan definitivamente el patrón oro (en
ese momento las reservas metálicas eran muy inferiores al circulante,
impidiendo su libre convertibilidad, Nixon se vio frente a la disyuntiva entre
devaluar o dinamitar el sistema). La moneda se transformó en fiduciaria (una cuestión
de fe), independizando su valor del contenido las bóvedas de Fort Knox. No
serían otros que los bancos (los mismos que emitían moneda dado que la Reserva
Federal estaba privatizada desde 1913),
liberados desde entonces de la pesada carga de compensar la emisión con oro,
los garantes de su valor representativo, sin ningún parámetro objetivo que lo
determine.
En síntesis, desde
entonces arranca la idea de que el dólar vale aquello que quienes lo emiten y “venden”
dicen que vale, en tanto y en cuanto millones de incautos les crean. La misma
mecánica de la sobrecotización del dólar blue.
La expansión monetaria de
los EEUU continuó sin control hasta el presente (respaldada por la propaganda a
veces, por el resucitamiento de la confianza las menos, y, a menudo, por el
amenazante despliegue armamentístico), demostrando la inviabilidad del sistema
las recurrentes y cada vez más profundas y duraderas crisis financieras. Si al dólar
fiduciario o físico, le agregamos el “dinero bancario” (virtual, producto de
asientos contables, como muy bien lo explica “Dinero es Deuda”) no hay economía
real que pueda respaldar semejante representación simbólica. Es decir si en
este momento alguien se apoderara de todos los dólares del mundo (físicos y bancarios)
y saldría comprar todos los bienes y servicios existentes, muy probablemente le
sobrarían miles de millones de dólares.
Se repite pues, la
situación que enfrentó Nixon: los dólares son mucho más que los bienes que
supuestamente representan, encima en un clima de estancamiento (cuando no de recesión)
global. Y se repite el catálogo de soluciones disponibles:
1) Devaluar el dólar: improbable. Ello implicaría admitir la mentira, la pérdida de fe definitiva en el dólar y el colapso de la megapotencia mundial que, al fin de cunetas, es la que respalda la existencia de la gran estafa.
2) Patear el tablero: imposible. No existen alternativas, ya reemplazamos el oro por la confianza en la expansión permanente de la economía, después de eso no hay nada.
2) Patear el tablero: imposible. No existen alternativas, ya reemplazamos el oro por la confianza en la expansión permanente de la economía, después de eso no hay nada.
3) Disminuir la cantidad de dólares circulantes, y aquí puede estar la madre del borrego.
La
característica principal de la nueva emisión es la introducción de modernísimas
y sofisticadas medidas de seguridad previstas para impedir su falsificación. El
lanzamiento se viene demorando 2 años, 2 años en que se viene machacando sobre
la idea de que el de U$S 100 es el billete más falsificado del mundo,
especialmente fuera de las fronteras de EEUU. ¿Qué sentido podría tener,
entonces, invertir millones en tecnología anti falsificación, si se piensa
seguir permitiendo que circulen billetes fácilmente falsificables?
Parecería
razonable que después del 8 de octubre, y a pesar de la afirmación en contrario
de los empleados de la FED, millones de poseedores del billete dispersos por el
mundo, producto de la economía informal, se vean en la necesidad de “blanquear”
sus ahorros a través de los bancos (porque resultaría impensable que se puedan
emitir de una vez semejantes cantidades de sustituto). De paso yankilandia
podría eliminar miles de millones de dólares incómodos, en manos de aquellos a
los que le resultaría imposible dar una razón lícita para la tenencia de los
billetes.
En
fin, ahorrista esperanzado en dólar blue… en toda guerra hay daños colaterales.
7 comentarios:
Junto con esas hipótesis, esta noticia:
China avanza en su plan de 'derrocar' al dólar
Economía
Sábado, 11 de Mayo de 2013 11:00
China ha anunciado que este año presentará un plan para que el yuan sea en moneda plenamente convertible, lo que allana el camino para unirse a las filas de monedas de reserva mundial.
Foto:actualidad.rt.com
La medida dará la posibilidad a empresas o personas chinas o extranjeras de intercambiar moneda sin restricciones en la compra de activos o acciones. La decisión forma parte de un paquete de reformas aperturistas del Consejo de Estado chino, encabezado por el nuevo primer ministro, Li Keqiang.
Se prevé que la plena convertibilidad del yuan facilite el flujo de capitales e inversiones desde y hacia China en un momento en que la segunda economía mundial desempeña un papel cada vez más importante en la economía internacional.
La convertibilidad permitirá regular la situación económica del país por medio de tasas internas como lo hacen la Reserva Federal de EE.UU. y el Banco Central Europeo.
Además, China obtendrá otra ventaja: el yuan se incluirá en la canasta del FMI, sobre cuya base se establecen los derechos especiales de giro. Por lo tanto, el yuan tiene una oportunidad de convertirse en moneda de reserva mundial derrocando principalmente al dólar estadounidense.
El proceso de 'derrocamiento' del dólar en las transacciones comerciales lanzado por China se acelera, destacan los economistas. Cada vez con más frecuencia los países utilizan sus propias monedas en las transacciones esquivando la divisa estadounidense.(RT)
Y ESTO ES MAS PELIGROSO PARA LOS EEUU QUE CUALQUIER ARMA CONVENCIONAL....
Rucio: si se da lo que pronostica, deberemos organizar una manifestación a Plaza de Mayo, para recagarnos de risa.
Un abrazo
Nunca menos!!!
Tatin empecemos este 25, a cuenta.
Nunca menos y abrazos
Muy bueno el post.
Sin embargo en la última parte de las "soluciones disponibles", el segundo punto respecto que no hay oro puede ser discutible. Hay un tipo de "oro" y es el "oro negro" (90% o más de la energía que mueve al mundo). Hoy por hoy cada barril que se extrae de la tierra, digamos, representa al mismo tiempo los dólares que vale, y esto no va a cambiar mientras la OPEP siga usando el dólar como moneda de intercambio. En relación a esto, hay una versión, para mí bastante creíble, de que la invasión y destrucción de Irak por los yanquis no fue por otra cosa que evitar que Saddan Hussein usara el euro como moneda (algo que en efecto había anunciado). Si mal no recuerdo, ésta hipótesis es de periodistas yanquis.
Aparte: ojalá el gobierno salga triunfante de esto.
Me olvidé de algo.
Corolario: ¿que pasaría si la OPEP se cambia al euro?
Bueno no sería, seguramente.
Norberto: me prendo.
Un abrazo
Nunca menos!!!
Llama la atención que ahora que el dolar blue (ilegal) cayó por debajo de los $9 haya también desaparecido de la página 1 de de los medios concentrados.
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