sábado, 9 de julio de 2011

Facundo Cabral ¿Así?

Cercado por los genocidas, los corruptos y las maras, Quetzaltcoatl renuncia a la esperanza y abandona Guatemala. Abochornado el país, como su ancestral dios, se suicida. Se transforma en la tierra donde se mata por error a hombres que gustan tanto del vino como las flores, y los conejos. 

¿Qué especie de inefable atrocidad domina un destino que asesina de manera   tan violentamente holywoodense, a quien confesara su pecado de perseguir en bicicleta a Manuela?



Debería estar terminantemente prohibido matar poetas con tan decadente  estilo y falta de romanticismo. Debería castigarse con azotes a perpetuidad la desmesurada contradicción de usar balas grises y autos lujosos grises en la escena de muerte de quien ser feliz era su color de identidad. Debiera ser catalogado como acción abominable el desatino de atentar sobre una ruta contra barbudos que recitan que “me gusta andar pero no sigo el camino, pues lo seguro ya no tiene misterio”.

¿Por qué gritos, estampidos, frenadas, puertas azotadas y vidrios rotos? Hubiera bastado prohibirle subir a un escenario, alcanzaba con negarle el derecho a contar anécdotas sobre Borges, sobre la Madre Teresa, sobre Bradbury o sobre un viejo campesino chino. Era suficiente quitarle el pasaporte para me no pudiera ir con el verano muy lejos para volver donde su madre en invierno. El resultado hubiese sido el mismo, pero más decorosamente apropiado, porque aunque no nos guste, en este mundo importan las formas.



Me llena la sorpresa, el desconcierto de saber que no terminó sus días ahogado en una marea de aplausos de “buena gente”. Nunca La Muerte podrá dar razón valedera de lo hecho. ¿Qué sentido pueden tener ahora para Maria tantas estrellas sobre el trigal?

Nada de explicaciones, ni de llanto, ni de luto. Facundo Cabral merece un altar que eternice poesías, habitado de mujeres de nombres simples y manantiales de vino, donde el canto perdure como sutil venganza hacia los sicarios.


4 comentarios:

Daniel dijo...

Muy buena, Rucio.
Increíble ésto

Lucía dijo...

Hay cosas que aún no puedo comprender, no logro explicármelo, qué demonios hizo este hombre para que la vida se ensañe de semejante manera!! Te dejo un fragmento de mínimo homenaje que le hicieron mis demonios!!

Hasta siempre trovador!!

Un hombre de esencia humilde que se identificó toda su vida con lo popular, un hombre a quien los caminos de la vida lo fueron tallando y moldeando hasta convertirlo en un trasmisor de la paz y el amor, un hombre que jamás olvidó sus orígenes, un hombre que supo ganarse el amor y la confianza del mundo entero, a ese hombre que hoy nos deja injustamente, privado de la vida que tanto amó, en manos de “pobres insensatos” incapaces de comprender su pregón....

Mauri Kurcbard dijo...

Muy bueno.
Guatemala fue el unica ciudad donde vi un tiroteo en la calle y eso que tengo alguito de barrio y varios años de Bs As , ciudad que presume de pesada.
Recuerdo que me lo habian advertido, no tanto pa que me cuide, sino para que no me amargara. Y pas{o, vi un tiroteo bien de Hollywood.

roberto dijo...

Hola Rucio, tal vez lo hicieron para figurar en algúna encuesta entre delincuentes, ya que no le
encuentro explicación alguna de una muerte tan en vano. Menos mal que acá hay tanta "inseguridad"
que todavía podemos caminar tranquilos mal que les pese a ciertos informadores.

Un abrazo