Encabezando el Top Five de lo más
visto en política de The Nation “Políticos en el diván: Victoria Donda:
"¡Re quiero ser presidenta!", dejemos de lado la foto que haría
palidecer de envidia a “La Maja Vestida” de Goya
Y a la provocativa interrogación
retórica “¿A vos qué te parece que le
agrego?” cuando es preguntada qué supone ella que le agrega a Hermes
Binner, frase que irremediablemente nos conduce a una imagen difícil de apartar
de nuestras mentes una vez que es estampada por la imaginación: la de la
esmirriada figura del socialista santafesino adornado con procaces y turgentes
implantes mamarios.
Pasemos al serio análisis de una de
sus afirmaciones. Cuando es interrogada sobre la Ley de Medios su respuesta
puede ser denunciada por insustancial, cuando no de descomprometida y elusiva. “P: -Hablemos de la ley de medios. VD: -La ley es necesaria. El
problema es la implementación. Por ejemplo, cuando pasó lo del cacerolazo,
¿cuántos canales de aire lo cubrieron? (podríamos contestarle que todos,
pero claro, TN ya había propagandizado de que si no fuera por ellos, nadie se
hubiese enterado). El jueves habló
Sanatella [sic] que decía que los Qom tienen 23 radios... ¿Alguien escuchó
alguna vez la voz de Félix Díaz? (me recuerda a “¿quién va a escuchar una
radio wichi?), Pobre Félix Díaz,
estuvieron un año acampando en la 9 de Julio porque nadie los escucha. La
represión en Andalgalá, ¿dónde salió? Para eso era la ley de medios”.
Hablando mal y pronto, le esquiva al bulto de la manera más asquerosa,
cuestionando al gobierno pero sin decir una palabra de quien lleva 3 años
obstaculizando su aplicación.
Esto desnuda a la Donda
(figurativamente hablo), demuestra que la transgresión y la pimienta que gusta
alegar como su virtud política no pasa más que por aumentar el diámetro de su
escote y su estatura política sólo se incrementó en razón de las generosas
plataformas de los zapatos que exhibe. Se confirma una teoría: al progresismo,
la única vía de escape que le es permitida para alejarse discursiva o fácticamente
de nuestro gobierno, es la banalización de la política a través de la
tilinguería cerril.
En el mismo día, en Página 12, se
publica una nota (“El cacerolazo y el temor a Dios en el mundo al revés”) firmada por un apellido asociado a las
antípodas del pensamiento nacional y popular. Mónica Peralta Ramos, en un
sustancioso análisis, afirma para ponernos al borde del aplauso y la ovación: “Pareciera entonces que el miedo al
autoritarismo de CFK es en realidad el miedo de ciertos sectores a la pérdida
de lo que consideran su “derecho inmanente” a controlar al Estado. Desde
nuestra perspectiva, lo que está entonces en cuestión es la visibilidad de las
raíces del poder económico y político y la posibilidad de utilizar al Estado
para imponer cambios en la estructura de poder. Hoy en día el conflicto político más importante es el que se opone a
aquellos que reivindican el poder de los monopolios y su derecho a reproducir
su control sobre la sociedad y aquellos que intentan cuestionar esas relaciones
de poder impulsando un desarrollo con inclusión social, integración nacional y
democracia”, mientras asocia acertada, sagazmente y sin culpas de
clase, el movimiento cacerolo con la manipulación mediática y la
instrumentación de desazones legítimas por parte de aquellos cuyo único interés
es mantener su privilegio, Donda elude esta contradicción de manera impecable.
Una atinada voz crítica, no es
necesario compartir en la totalidad su análisis para entender que arrima
elementos para el debate sobre el sentido de la construcción política y de cómo
contrarrestar las cuestionamientos a la legitimidad de nuestro gobierno.
Lateralmente Mónica Peralta Ramos
pone sobre el tapete la relevancia de la Ley de Servicios Audiovisuales, sin
que sea el objeto principal de su discurso lo aborda con una profundidad
diametralmente opuesta a la insolvencia y descompromiso con que la Donda
responde cuando es interrogada directamente al respecto, de manera imperdonable
para quien se pretende un referente político al quien le “re gustaría ser
presidenta”. Respalda así la hipótesis de la socióloga, entre otros segmentos,
el caceroleo interpreta un “disgusto social que puso en evidencia la
incapacidad de los partidos políticos de oposición para expresar el descontento”.
Es lógico que así sea, la Donda apoyó la Ley de Servicios de comunicación
Audiovisuales y ahora mariconea interesadamente con su aplicación, así como se
permite oponerse a la re-re elección de Cristina y colgarse del triunfo de
Chávez al mismo tiempo y con la misma convicción principista.
Pareciera ser que, lo que el sector “cacerolo descontento autoconvocado no
representado” alcanza (a pesar de todo) a percibir, es que el desteñido
tinte político que personifica la Donda queda a mitad de camino de todo:
pretende construir su imagen corriendo al kirchnerismo por la izquierda
discursiva, pero al momento de lidiar por el espacio vital del Estado, prefiere
no contradecir los designios del poder real. Un izquierdismo de cotillón al que
parece condenado el pueblo argentino a sufrir perpetuidad, recordemos a la
Carrió versión pos 2003: “no me interesa
el poder” fue la manifestación más clara que la definió como una política
conservadora, de derecha. Fue la confesión a su adscripción al neoliberalismo y
al rol que la ideología del pensamiento único reservaba a la política, al
Estado y a la democracia: ser una espada de cartón frente a la voluntad
absoluta de los mercados.
Vicki Donda, mejor dotada para los
menesteres de “llevar negros a votar”,
parece haber elegido transitar la misma senda de transgresión inocua para los
intereses dominantes.
Ya nadie puede dudar que “La Maja”
está desnuda.
8 comentarios:
Quisiera verla en esa marcha compatiendo espacio con tanta gente incalificable.
La verdad es que esta chica no sabe ni donde está parada, y tiene el ego demasiado inflado para lo mediocre que es.
Cada día se confirma más la teoría de que le falta un golpecito de horno! Fuerza Vicky!
¡Qué tetas, mamacita!!!
Estimado Rucio:
Impecable tu post. Había leído la nota de Mónica Peralta Ramos, y me pareció muy buena tu confrontación con la de esta chica que está "jugando a ser diputada".
Abrazo
A esta pobre trepadora se le notan demasiado los papelitos que el boludazo de Marchetti le escribe para que balbucee. Ni para eso sirve solita (y son tal para cual, vea).
No le queda bandera que traicionar, ni mafiosos a los que aliarse para seguir ascendiendo (es un decir; los votos que duhalde y carrió perdieron hace un año les permitieron perder por 40 puntos en lugar de 50, y estaba feliz).
En cualquier momento se viene el abracito fraterno y reconciliador de la Family Donda, nomás tengan paciencia.
Pará Chiarenza que acá el amigo dice que son implantes.
Hay polémica! Son naturales o postizas?... las neuronas de la Donda, digo.
Epa! no me malinterprete Daniel, que yo no dudo de la pulposa genuinidad de la Diputada, sólo que me causa un poco de impresión la posibilidad de que Binner adopte la misma estrategia de acumulación. Ya con el asunto de la Ley de Medios se hacen los pelotudos a dueto, no creo que por eso Clarín le haga una estatua ecuestre, pero a un buen busto se lo tiene ganado.
Chicos: si les ustan los globos de plástico,entonces sí la Donda tien algo para ofrecerles.(A proposito, alguna vez vieron las protesis que se ponen? Son unas gelatinas bastante asquerosas de ver, seguro que se les irian las ganas).Por lo demás la chica es bastante pateticona y a nivle popular no la conoce nadie.
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