Cuando Jorge Lanata editorializa su
programa de Radio Mitre el 25 de marzo blanquea definitivamente su condición: “Tenemos que sacar a esta gente votando
a otra gente, pero esta historia no da para más. Que pierdan una vez el
inconmensurable poder que tienen y que nos está haciendo mierda. Hay que
cambiar… “Voy a hacer todo lo posible para que eso pase y yo les pido
que hagan todo lo posible ustedes también”. Listo, a confesión de parte, relevo
de pruebas, Lanata decidide rotularse como
un político opositor, particularmente, como el político opositor con más prensa
a su disposición.
Y en este rol se lanza a la captura
de adeptos. Para guardar expectativas de éxito en la arena política, existe una
gama de alternativas disponibles cuando uno se para en la vereda opositora. La
una es plantear una propuesta que se considera superadora a la vigente, la otra,
es ocultarla por considerarla impopular y dedicarse a la tarea de devastar
desde cualquier ángulo al gobierno sin proponer nada. En la extensión del concepto
“todo lo posible” enunciado por Lanata, cabe la última y “que se vayan”, sin explicitar quien lo reemplace ni para qué, exhibe la condición de militante de
causa inconfesable que inviste el showman.
La edición primera de la segunda temporada
de “PPT” (que tanta repercusión obtuvo en medios de comunicación propios –de ellos-
y ajenos) debe ser inscripta en este contexto. Carece de todo sentido de
primicia periodística reflotar una causa que el propio gobierno (a través de uno
de sus brazos, la AFIP) instala en los foros tribunalicios hace 2 años, sin agregar nada a lo que ya se sepa, salvo en el ámbito de la ficción que se
construye a partir del clima logrado por una supuesta cámara oculta (tampoco es
original el recurso, ya había sido practicado con éxito en “La Bruja de Blair” y
“Rec”, por ejemplo). El acting se completa con la chica, rubia y pulposa, corriendo a
tribunales para aportar la nueva pruebada (como si una ex asesora de
fiscales de la dictadura no supiera que una cámara oculta autoincriminante no
sirve para nada) que el Juez la devolverá envuelta en papel de celofán en estricto
cumplimiento de la ley procesal, solo para que Lanata diga que la “Justicia K” es
corrupta y encubridora, y siga el baile.
El lanzamiento de campaña de Lanata
también, para quien sepa leer entre líneas, devela el lugar que piensa ocupar
en la próxima contienda electoral. En política hay quienes intentan armar tropa
propia para acceder a algún sitio de poder, inspirando a sus seguidores con su
prédica y su ejemplo. Otros prefieren armar “tropa ajena”, es decir, acumular a
los efectos de vender sus servicios y sus acólitos al mejor postor, para que sea éste el que
acceda. A esos llama Nicolás Maquiavelo “mercenarios”. En este caso, bastan la
prédica y la arenga, porque el ejemplo edificante habrá de comprometerlo otro.
Según la nota que cito más arriba, el
sujeto traído a la palestra por Lanata (Leonardo Fariña de Jelinek), es
investigado por lo siguiente: “La AFIP acaba de denunciar por
enriquecimiento ilícito a Leonardo Fariña, el flamante esposo de Karina
Jelinek. El organismo que encabeza Ricardo Echegaray se basó en inconsistencias muy simples en las
que incurrió el empresario de 28 años desde que saltó intempestivamente a la
fama por su romance con la modelo. Fariña
maneja dos Ferrari y un BMW, pero no
tiene cuenta en ningún banco. Compró joyas por medio millón de dólares, pero no
posee ni una tarjeta de crédito a su nombre. Festejó su casamiento en el
Tattersal de Palermo, por lo que pagó más de 350 mil dólares, pero consiguió
trabajo hace sólo un mes y cobra menos de $ 6.000”. El entorno que da Lanata a la entrevista,
implica un fuerte demérito a la conducta del tipo este. Lanata, le reprocha, lo
juzga y lo condena, pero parece alegarse excluído del imperativo categórico kantiano "Obra sólo de forma que puedas desear
que la máxima de tu actuación se convierta en una ley universal”.
Mientras Jorge Lanata se presentaba
ante la AFIP como monotributista que apenas recaudaba un de máximo $ 6900 por mes, según Perfil, “vive en la zona de Retiro en un sólido
edificio de columnas dóricas en el que, desde 1927, numerosas familias
tradicionales dejaron amores, penas y recuerdos”, para ser más específico,
en un coqueto piso (5 ambientes y 440 m2) de este edificio conocido bajo
el glamoroso nombre de Palacio
Estrugamou:
Cuyo alquiler se cotiza en la friolera
de U$S 7500 (alquiler mayor aún que los $ 20.001 que Lanata dice ahora ganar como contribuyente del régimen de ganancias). Esto sin contar que, para la época desde su quinta
en José Ignacio (Punta del Este), conducía junto a Alvaro Vargas Llosa, para Radio Prisa (España), “Tertulia Latinoamericana”,
sin dar razón alguna de en qué condición habitaba el paradisíaco lugar. Y sin contar
tampoco que, al igual que su entrevistado (y para “forzar” semejanzas), carece
de cuentas bancarias y tarjeta de crédito,
a efectos de eludir a esa manada de detractores de la libertad de prensa que son
los trabajadores que quedaron colgados del pincel en sus anteriores emprendimientos
periodísticos ¡manga de vagos que pretenden cobrar sus acreencias laborales!!!
Lo que sí es una lástima, es que los
lanatadictos, hagan caso omiso a la metodología propuesta por el ex periodista
de “sacar
a esta gente votando a otra gente” y sigan optando por la catarsis del
berrinche cacerolero. Quizás sea que, cuando
se desdibujan los límites de la verdad y la ficción, del periodismo y el show, entre
la prédica y la práctica, también los receptores del mensaje crean que la impronta de la convocatoria
no está impresa en el recambio democrático, sino en la idea de “hacer todo
lo posible”, aunque sea un “poquito” ilegal.
3 comentarios:
Jua, jua, jua, jua... ¡Forro de Clarín!!!
Es que para vender merluza, al menos que no esté podrida! Abrazo Rucio!
Parece que el domingo hay una cámara oculta de un tipo que dice que hace 50 años mató a un tal Kennedy.
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